Llegué a la biblioteca a las 3:10. Al final había decidido asistir y salvar mi calificación. Esperaba encontrarme con Bill, mi maestro de mates. Pero mi sorpresa fue enorme cuando al pasar junto a un muchacho su aroma me hizo detenerme de golpe. Era el aroma que estaba grabado en mi memoria desde el día anterior cuando tuve el accidente del café y Ryan me presto su chaqueta.
Gire lentamente para encarar al dueño de ese exquisito aroma y claro, no podría ser otro que el perfecto Ryan Scott.
-Hey, Steph! -. Me saludó alegremente. El no parecía sorprendido.
-Hey-. Correspondí el saludo- Así que hum, ¿también tendrás tutorías?
-No para nada.
- Entonces, ¿que haces aquí? ¿Terminas una tarea?
- Nop, estoy aquí para dar tutorías.
- Ah bueno, entonces no te quito el tiempo con tu alumno. Le dije.
-Steph, yo seré tu tutor. -me regalo una sonrisa deslumbrante.
-¿seguro que no hay un error?
- En absoluto.
-Entonces, eres mi tutor. -De acuerdo parecía retrasada, pero esto era lo último que alguna vez me esperé.
-Así es.
-¿seguro que no hay un error?- repetí.
Enarcó una ceja.
Dios, se veía tan guapo.¡Stephanie, concentrate!
-Sip, seguro.
-Supongo que pudo haber sido peor.- le dije encogiendome de hombros.
-Tomare eso como un cumplido.
-Lo es.
Y lo era. No muchas personas logran sacarme uno...aunque sea consiente de todas sus cualidades y muera por decírselos. Pero según mi madre, era de mal gusto decir cosas de ese tipo seguido así que guardaba mis felicitaciones y comentarios para mi misma.
-No podría soportar pasar todo este tiempo con el viejo Bill.
Ryan se rio.
Lo malo es que si no era para elogios, no tenía filtro verbal.
-Siento el amor.- dijo sarcástico.
Lo afirmó.
-Pues digamos que no es mi preferido.
- Entonces, ¿con qué tienes problemas?
-Con el mundo pero supongo que no los puedes solucionar. Así que sólo es trigonometría por el momento.
-De acuerdo, resuelve estas y veré como lo haces. - me pasó unas hojas con ejercicios y mi mente no pudo evitar tomar el otro sentido de sus palabras. Algo en el era tan seductor que me vi a mi misma fantaseando con el. No que fuera algo nuevo.
-Seguro que quisieras ver.
Él, que en ese momento estaba tomando una bebida la escupió y empezó a toser. Fue entonces que me di cuenta de lo que había dicho. Enrojecí hasta la punta de mis orejas y baje la mirada a las hojas, el aún tosía.
-No me refería a eso, pero si en realidad quieres saber, pues...
-¡Oh por dios! Olvida que eso siquiera salió de mi boca.
No podía estar más avergonzada y el lo encontraba hilarante.
-De acuerdo, Steph.
Levanto sus manos en señal de rendición.
40 minutos después, aún seguía en el primer ejercicio y casi me había acabado mi goma y mi lápiz, antes nuevo, ahora era del tamaño de mi meñique.
-¡NO SE PUEDE! -grite con frustración.
-Claro que se puede. -contestó con serenidad.
-¡Que no!
-No estas leyendo bien.
-Ugh. Claro que si, ya lo he leído 7 veces.
-Y las 7 las has leído mal.
Empuje las hoja y el lápiz hacia adelante y me crucé de brazos.
-Me rindo.
-Aún te quedan 9 ejercicios más, ¿lo sabes, cierto?
-Ryan, no puedo. Te juro que no puedo. Nunca he sido buena con los problemas.
-Steph, esque ni siquiera lo estas intentando. -sonaba cansado.
-No me estas ayudando.
-No te voy a dar la respuesta-. Rodó los ojos.
-¿No se supone que me tienes que ayudar?
-A resolver tus dudas no los ejercicios.
-Creo que tengo duda con...mmm- examine toda la hoja un buen rato hasta que decidí cual era la duda-. Con todo.
Dije finalmente.
Se pasó las manos por la cara y luego se volvió hacia mi.
-De acuerdo, voy a resolver este y quiero que pongas atención, luego te tocan los demás.
Asentí entusiasmada con la cabeza.
5 minutos después el ejercicio estaba resuelto finalmente.
-Justo lo estaba haciendo así.- le dije.
-Claro que si-. ¿Sarcástico? Nah, para nada.
-Sabes que si. Bueno eso ha sido fácil, creo que podré hacer los demás.
Él estiró su brazo, empujando las hojas hacia mi.
Okey. Esto será fácil.
15 minutos después aún no sabía como resolverlo.
- Yo, humm creo que tampoco se como hacer este.
Jesús, odiaba no poder resolverlo.
Para mi sorpresa, Ryan no se enojó, sino que me sonrió y me explico todo paso a paso.
Luego de 30 minutos giró su mano izquierda y comprobó la hora.
-¡Vaya! Nos hemos pasado de la hora, perdona.
-No, creo que me has ayudado mucho. Gracias. Nunca les había entendido como ahora, incluso me gustó.
-Eso es porque nunca has tenido un tutor tan guapo como yo-. Dijo, sonriendo.
La verdad nunca lo he tenido, le quise decir. En cambio reí fuertemente y le empujé un poco con el hombro.
-Entonces nos vemos mañana, profesor.
Dije esa ultima palabra de una forma suave y pausada. Sexy.
Él me observo en silencio un momento como si estuviera proseando lo que dije, parpadeó y luego flexionó sus brazos sobre su cabeza, estirandose y dijo-. Hasta mañana, Steph.
Sentí un estremecimiento bajando a lo largo de mi espina dorsal cuando pronuncio mi nombre. Como si fuera la primera vez que lo decía y lo estuviera probando.
Dejé la biblioteca justo a tiempo para ver a Charlotte entrar por donde yo había salido. Supe que se dirigía hacia la misma persona con la que acababa de estar. Una sensación que hacia mucho no tenía crece en mi interior y lo odio, porque se lo que significa. Celos.
De repente me sentí pequeña e insignificante al lado de Charlotte. Es algo raro, teniendo en cuenta que yo había crecido mucho más que ella. Yo mido 1.68 y ella apenas llega al 1.62. No que alguna vez fuera a admitir que en realidad creía que era una buena altura pues cuando eres así de pequeña y menuda es fácil sentirte protegida. Y no tienes problemas de ser más alta que algunos chicos.
Su corto y sedoso cabello de oro me recordó que necesitaba una cita para cortar un poco el mío, pues se estaba maltratando un poco. Pude haber seguido mi lista de comparaciones de no haber sido por la llamada que entraba a mi celular.
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A la deriva
Teen FictionNadie dijo que amar fuera fácil. Lástima que nadie le advirtió a Estephanie. De 17 años de edad, Estephanie siempre se ha sentido atraída por Ryan, el chico más sexy y encantador que haya conocido, pero pronto descubre que no todo es perfecto. Su r...