Lo haremos.

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-Entonces, ¿vas a ir a casa hoy?- Ruedo los ojos ante el reproche en la voz de Noah. Aun por teléfono se cuando no le gusta algo.

-Sip. Aún tengo ropa ahí.

-No me gusta que entres sola ahí. ¿Porque no te acompaña Ryan?

Río y sacudo la cabeza, Noah quiere arreglar todo con Ryan.

-Va a checar sus solicitudes de universidad.

-¿Si se irá?-pregunta, aunque ya sabe la respuesta, aún no acepta que estaremos separados un tiempo, en lo que yo termino el instituto.

-Sabes que si, no puedo seguir reteniendo a las personas que amo, no quiero que se pierdan cosas por mi culpa.

-¿pero has pensado en todo lo que puede pasar en un año separados? ¿Al otro lado del mundo?

Claro que lo he pensado, y me asusta como el infierno pero no pienso decirlo en voz alta.

-Estaremos bien. Tenemos todo controlado, lo tenemos.-repito más para convencerme a mi que a mi hermano.

-Eso espero. Bueno, tengo que salir pero te hablo en la noche, saluda a Ryan de mi parte.

-Adiós, te amo.

Aviento el teléfono a la cama y me empiezo a arreglar para ir a mi casa.

Son las 2:40 P.M.
Debería estar en la escuela.
He tenido muchas faltas este bimestre y es que por alguna extraña razón me encuentro cansada todo el tiempo y quiero decir TODO, anoche, Ryan y yo íbamos a ver una película a eso de las siete de la noche y me quede totalmente dormida en su regazo.

Cada vez me cuesta más levantarme por las mañanas.

Tendré que hablar con el asesor para ver como consigo créditos extra.

Entro muy silenciosamente a mi casa.

Despejado.

Subo corriendo las escaleras y me encierro en mi cuarto.

O lo que era mi cuarto.

Donde se encontraba mi cama, ahora hay un sofá y donde estaba mi tocador ahora hay libreros por doquier. Mi cuarto antes, de color rosa pastel, ahora es de un blanco inmaculado.

Mi estómago se tensa y me dan arcadas.

Voy a vomitar.

Corro al bote de basura en la esquina y le digo adiós al rico desayuno que tomé con Ryan.

Dios, me siento terrible.

Ahora que se que no queda nada en esta casa que pueda recuperar, agarro mi bolsa y salgo en silencio, justo como entré.

🌎🌎🌍🌍🌍🌎

-¿No dejaron nada?-la incredulidad en la voz de Ryan es adorable, Aun no acepta lo insensibles que son mis padres.

-Nada, ni siquiera el color que tenía mi cuarto. Se nota que me extrañan mucho.

-No tienes que volver ahí, Steph.

Asiento.

Ya no quiero hablar de esto.

-¿A ti como te fue?-pregunto.

La sonrisa en el rostro de Ryan se ilumina por completo.-Todo va como lo imaginé, primero voy a ir a Chicago tres meses a un curso de ingles intensivo pero como ya tengo la certificación solo tendré que asistir y de ahí podremos ir a cualquier lugar que queramos.

A la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora