4 meses
Algo caliente y pequeño se mete en mi camisa.
Pequeño y caliente.
¡EVA!
Al parecer me quedé dormida con Eva en mis brazos y ahora aprovecha para obtener su desayuno.
Son poco más de las nueve de la mañana, lo que me sorprende. Eva rara vez nos deja dormir después de las ocho.
Volteo a ver a Ryan.
Una sonrisa escapa de mis labios.
— Parece que papi aún necesita su sueño de belleza. —le susurro a Eva. Ella ríe y aplaude. Le doy un sonoro beso en su mejilla regordeta. Eva jala mi cabello hasta llevarse unos cuantos mechones con ella.
— ¡Ay! —mi grito despierta a Ryan, quien luego de un momento de desorientación, salta de la cama y agarra un bate de base ball y lo sostiene frente a él.
— ¡¿Qué pasa?!—pregunta exaltado.
— Pasa que tu hija me arrancó la peluca.
Ryan ve el puñito de Eva y mis tristes cabellos en él y luego se ríe. Duro. Yo no puedo evitar fruncir el ceño para luego unírmele y Eva al parecer tampoco puede evitarlo porque, suelta mi cabello arrancado y aplaude y ríe.
Ryan coge a Eva en sus brazos y la alza sobre su cabeza, Eva parece un avión.
— Baubuabau...—balbucea. Ryan la besa y la sienta entre sus piernas. Viéndolos así, nadie duraría que son padre e hija, tienen el mismo tono de gris en los ojos y cuando sonríen, los dos muestran ese único hoyuelo que me encanta.
— Voy a preparar el desayuno. —anuncio y me dirijo a la cocina.
— ¡Hot cakes!—grita Ryan desde la recamara y pongo los ojos en blanco. —¡Y no me ruedes los ojos!
Río por lo bien que me conoce y empiezo a hacer la harina para los hot cakes. Siempre pide lo mismo.
Luego de un desayuno de campeones, metemos a Eva en su tinita llena con agua caliente para bañarla. Noah le compró un patito de hule y no puede bañarse sin él.
Eva ama sus baños y nosotros amamos bañarla porque verla disfrutar tanto como lo hace, es lo más divertido del mundo.
Una vez que hemos terminado con su baño, extiendo una toalla en la cama y la recuesto ahí. Rueda y gatea como un pequeño cangrejo. Me acuesto a su lado un momento y el sueño me lleva.
El sonido de un flash me despierta.
Veo a Ryan con su cámara en mano. Me sonríe.
— Ya es hora, nena. Mark llamó y dice que todo está listo.
— ¿Seguro que no podemos llevar nada? Me siento mal de que se encarguen de toda la comida.
— Afirmativo. No quieren que nos preocupemos por nada.
— En ese caso, solo visto a Eva y me arreglo y nos podemos ir.
Ryan hace un sonido de desesperación y levanta sus manos al techo. — ¡Nunca nos iremos!
Me río y le pongo a Eva su vestidito rosa que Charlie le regaló. Está perfecta.
Le entrego a la bebé a Ryan y él se la lleva susurrándole cosas y besando sus cachetes.
Cuando termino de arreglarme, voy a la sala y veo a Ryan viendo un juego de futbol en la tele con Eva en sus brazos. Le está acariciando distraídamente el cabello pero para mí, es la imagen perfecta.
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A la deriva
Teen FictionNadie dijo que amar fuera fácil. Lástima que nadie le advirtió a Estephanie. De 17 años de edad, Estephanie siempre se ha sentido atraída por Ryan, el chico más sexy y encantador que haya conocido, pero pronto descubre que no todo es perfecto. Su r...