007: Monty Stevens

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Después de aquel momento supe que todo iba a destruirse. Los sentimientos de mi hermano hacia esa chica se destruyeron al momento en que le conté todo. Aarón parecía que no podía creerlo, pero tampoco iba a dejarlo comprobarlo. Ahora más que nada debía continuar por allá solo y sin recordar nada de este lugar.

No le dije nada de lo que los chicos me dijeron. Cambie todo porque no quería destruirlo. La idea era que dejara de pensar en ella, no que su corazón se rompiera de nuevo.

Le dije que Jenna había cambiado demasiado. Ya no era lo que el conocía y tenía que dejar de intentar arreglarlo todo. Le conté sobre lo qué pasó en cada y mi discusión con papá. El me dijo que entendía que ahora estuviera mal pero que todo saldría bien. Y tenía razón.

Cuando fui a mi segundo día, volví a ver a los chicos. Y esta vez no fui yo quien se acercó, fueron ellos.

—Escucha —dijo Michelle tan pronto llegó a donde mi—. Se qué tal vez no empezamos con el pie derecho y no sea buena idea que te metas a nuestro grupo de amigos pero... Me ayudaste cuando estaba de alguna forma en una crisis. Así que, ¿Podemos dejar todo atrás y ser amigos?

—Sabemos que eres el nuevo, te conviene tener amigos —añadió Kansas al ver que no dije nada—. Me llamo Kansas West Freeman. Soy la hija del ex director de aquí y también la hermana de Blake. Tu hermano conoció al mío, de hecho eran muy amigos.

—Nos conocimos ayer, no entiendo porque te presentas de nuevo —dije confundido.

—Te estoy dando una segunda impresión idiota, no arruines mi presentación.

Sonreí y asentí.

—Cameron Lightwood.

—¿Te gusta el baloncesto? —preguntó Jake.

—Mi hermano fue el capitán de aquí, ¿Tú que crees?

—Entonces vamos a improvisar un partido. ¡Yo armó los equipos! —anunció Michelle comenzando a caminar directo a la cancha.

—¿Por qué siempre tienes que armar los equipos tú?

—¡Por que estoy embarazada!

—¿Y eso que tiene que ver? —preguntó Jake incrédulo.

—¿No haz escuchado que a las personas que no le complacen los antojos a las embarazadas les pasa algo malo?

—Si —dijo Kansas apoyándola.

—Bueno, a menos que no quieran que algo les suceda deberían dejarme hacer los equipos.

—Manipuladora.

—Mal perdedor.

Y así fuimos todo el camino a la cancha de baloncesto. Yo por mi parte no sabía si debía estar ahí o no. Pero simplemente fui.

Después de un buen partido improvisado todos acabamos muertos de cansancio. La campana resonó  de nuevo y cada uno tomó su camino a su clase.

Pero yo no pude ni llegar a la mía. Porque ahí estaba ella.

—¿¡Quién carajos te crees que eres?! —gritó/preguntó tras darme una bofetada que me reinició la vida.

Ella estaba ahí, de pie, muy molesta y casi echando humo por las orejas.

Mientras que yo solo me podía preguntar como diablos una mujer podía verse tan linda enojada.

—¿No piensas responderme?

—¿Me haz dejado hablar? —respondí en el mismito o que ella.

—Olvidaba que eres casi su copia exacta —escupió.

Jump Shot | Libro II  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora