—Tu departamento es lindo —comente viendo el lugar. Michelle sonrió viendo a su alrededor de la misma manera.
—Me gusta, es acogedor y pequeño. Justo lo que necesito.
—¿Dónde planeas hacer la habitación del bebé?
Ella se mordió el labio inferior pensativa y se encogió de hombros abrazándose a sí misma.
—Dormirá conmigo en mi habitación. No creo que pueda hacer una habitación por separado para él.
Fruncí el ceño.
—¿Dónde es tu habitación? —pregunte, ella señaló un corredor. La seguí yendo tras de ella.
Era una habitación pequeña, maximo tenía espacio para la cama y el vanity donde tenía su ropa y demás. Apreté los labios viendo el espacio pequeño alrededor.
—Creo que aquí estaríamos bien los dos.
—¿No hay habitación de huéspedes? —pregunte escaneando el lugar.
—No, solo está esta.
Aquí no dejaría que creciera ese bebé, eso es seguro.
—Si quieres ya puedes irte a casa. Seguro estás agotado —dijo sentándose en la cama viéndome.
Enarque una ceja en su dirección.
—¿Quieres que me vaya?
—No, es solo que... —ella se quedó en silencio. Yo puse mis manos en mis bolsillos esperando su respuesta—, Me da vergüenza tenerte aquí.
—Eso es ridículo.
Ella negó.
—No lo es. Mis papás han trabajado mucho toda la vida pero no han podido rendir mucho en cuestión a dinero. Me fui de casa cuando noté que estaban excediéndose con el dinero, no podían pagar las cuentas por pagarme mis cosas —dijo con un aire de nostalgia. Apreté los labios viéndola, se notaba como sentía lástima al recordar aquello—, Así que me fui. Conseguí este lugar, empecé a trabajar y... Me despidieron a la semana.
Casi me reí por lo último. ¿La despidieron?
¿Qué hizo para que la despidieran?
Me aguante las risas.
—Así que con lo que tenía ahorrado me he mantenido de a poco —explicó—, Me gusta este lugar. Es cómodo para mí.
—Cuando tengas al bebé no será así, el necesitara espacio.
Ella enarcó una ceja sonriente.
—¿El? ¿Estás diciendo que quieres un niño?
Sonreí bajando la mirada. Sus ojos estaban puestos sobre mi.
—Me gustaría también niña. Pero preferiría un varón, ya te lo dije.
—Lo que digas —dijo sonriente.
—Sabes, estuve pensando un poco —dije sentándome en la cama con ella, ella se recostó del almohadón con la mirada sobre mi—, Y creo que deberíamos mudarnos juntos.
—¿Mudarnos? —repitió mis palabras.
Asentí.
—Podría rentar un apartamento para los dos. Así estaríamos cómodos, el bebé tendría más espacio y yo podría cuidar de ti —dije—, De los dos —corregí.
—No quiero aprovecharme de tú dinero —respondió.
Sonreí aún más. Mi mano se acercó a ella, tirando de su brazo para sentarla frente a mí.

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Jump Shot | Libro II
Novela JuvenilAltanero, confiado, sarcástico, atlético... Todos y cada uno de esos son las características responsables de describir a Cameron Lightwood. Al igual que su hermano mayor, es un gran atleta y el capitán del equipo de baloncesto. Pero, hay una gran...