Capítulo 11

87 13 1
                                    

El recreo por fin empezó. Al oír aquella bochornosa campana, una sonrisa de felicidad se dibujó en el rostro de Louis. Sin esperar mucho tomó dinero de su mochila y se puso de pie enseguida.

Caminó hacia la puerta mientras su vista estaba perdida en su celular. Iba tan encerrado en si mismo que no deparo cuando impactó contra otro cuerpo, haciendo que del susto su celular caiga al piso.

Louis se agachó a buscarlo, pero cuando lo hizo no se fijó en que la otra persona hizo lo mismo que él. Sus cabezas chocaron y por primera vez Louis alzó la vista. Entonces lo vio, aquellos ojos verdes que ya conocía, lo miraban con suspicacia. Sin darse cuenta se habían quedado mirando más tiempo de lo normal. Solo cuando un chico carraspeó fueron conscientes de que estaban tapando la entrada.

—Fíjate por dónde vas —voceó el ojiazul poniendo su celular al bolsillo y tratando de salir de aquel salón entre el tumulto de gente.

—Lo siento —suspiró Harry. Pero aquel chico ya se había alejado.

Estaba llevando un pedazo de emparedado a su boca cuando sus ojos se abrieron como platos. Estaba entrando en zona prohibida.

"¿Es que este chico es tonto?" "Lo van a matar ahí" pensó casi en voz alta mientras miraba a aquel ojiverde caminar sin vasilar en sus pasos.

—Miren, un niño mimado se acerca —pudo escuchar desde su sitio las palabras de aquel chico que, desde las penumbras, fumaba un cigarro.

—Hola, solo pasaba y...

—Cállate niño mimado, este sitio está prohibido, eso significa que no puede pasar —hace una breve pausa y pone mayor énfasis en la siguiente palabra— NADIE.

—Oye, solo quiero estar en este sitio, no quiero molestar —levantó ambas manos en señal de paz, pero aquellos chicos se iban a abalanzar sobre él si nadie intervenía.

Harry se había metido en el baño de chicos "abandonado". Nunca lo clausuraron ni nada, pero con la construcción de los baños nuevos y el segundo piso, aquellos baños afuera de la cafetería quedaron en el olvido, y aquellos chicos no perdieron oportunidad de adueñarse de aquel lugar. Cualquiera que intentaba meterse allí terminaba lastimado, y eso todos lo sabían.

"Va a poder solo" pensó Louis antes de darle otro mordisco a su emparedado.

—Miren, el niño mimado tiene miedo —el más malo de ese grupo se puso de pie y, aunque era alto, Harry lo pasaba en altura.

—Ya deja de molestarme, solo pasaré al baño, me lavo la cara y ya —se quejó.

—No puedes, nadie puede —voceó uno de los grandotes del fondo.

—Váyanse al demonio —exclama Harry amagando a irse, pero el "líder" del grupo lo siguió y lo sujetó firmemente de la muñeca.

"Oh no"

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora