Cuando llegó, la lluvia ya había amainado, mas alcanzó para empapar su ropa por completo. Tiró la bici en el garaje y luego entró a su casa con cuidado de no mojar mucho el piso.
—Lou, amor, ¿dónde estuviste? Estás empapado, te vas a resfriar —lo reprochó su madre al verlo entrar.
—Hola ma, solo salí y me alejé de casa —habla mientras se encaminaba escaleras arriba—. Ah, saldré esta noche, ¿necesitas algo? —Su madre niega sorprendida mientras lo veía alejarse por las escaleras.
Era la primera vez en años que Louis salía un sábado a la noche, y eso le extrañó muchísimo. Quizo preguntarle y resolver aquel misterio, pero no quería meterse demasiado y arruinar todo. Iba a dejar que él le cuente cuando se de la posibilidad.
Louis sale del baño con la toalla enroscada en su cintura. Luego de una ducha caliente, sus sentidos por fin volvían a funcionar con normalidad. Volvió a su cuarto dejando huellas de agua en aquel mosaico blanco. Cerró la puerta de la habitación y se sentó sobre la cama.
¿En serio iba a hacer eso? ¿En serio estaba por salir con una chica que no conocía de nada? No sabía si la falta de emoción en su vida lo obligaba a hacer eso o si, por dentro, era consciente de que necesitaba a alguien por primera vez en su vida.
Se fijó la hora, eran las 05:30 de la tarde, todavía tenía tiempo para desperdiciar y no se le ocurría otra forma que no sea repasar su armario unas treinta veces viendo outfits y convenciéndose de que nada le quedaba bien. Entonces fue cuando se le ocurrió que quizás Niall podía ayudarlo.
—¡Hey, Lou! —Contesta su amigo al tiempo que su cara se veía en la pantalla.
—Hola Ni —saluda Louis sin poder evitar mover su pierna con vaivenes rápidos.
—¿Qué cuentas?
—Voy a salir esta noche, ¿sabes? Y necesito que me ayudes a elegir un outfit —explica.
—¿Vas a salir? ¿Dónde? ¿Con quién? ¿Va a haber comida de por medio? —Niall atacó con sus preguntas y Louis entendió que su vida era tan aburrida que hasta una acción tan simple como salir con alguien suponía para sus amigos toda una hazaña.
—Conocí a una chica hoy, y simplemente la invité a salir —cuenta él como si estuviera orgulloso de eso.
Niall río y Louis empezó a sacar outfits para que su amigo elija. No faltaban por parte de su amigo algún que otro chiste o comentario como "vas a una cita, no a un velorio", "no vas a correr un maratón, sácate esas zapatillas", "esa remera parece sacada del baúl de mi abuelo". Louis, lejos de ofenderse, se reía junto a su amigo y simplemente cambiada de ropa.
La hora se acercaba y, entre risas y bromas, se decidieron por un jean chupín verde oliva y una camisa blanca que, según Niall, le quedaba perfecta.
—Va a babear cuando te vea como yo babeo al ver una triple hamburguesa con queso —bromeó su amigo al ver el resultado final de su amigo.
Llegaron las ocho de la noche y con ello los nervios de Louis. Luego de cortar la llamada, comenzó a sentir como su cuerpo temblaba y su sudor salía de forma exagerada por su frente. Se puso desodorante unas cuatro veces antes de tomar las llaves de su casa, el móvil y bajar las escaleras.
—Vaya, Lou, estás precioso —lo alargó su hermana mientras lo veía aparecer.
—No tanto como tú —le acaricia la mejilla con suavidad—. ¿Exageré con el perfume?
—No, estás perfecto. ¿Y se puede saber a dónde vas? —Interroga temiendo que su respuesta sea negativa.
—Está noche te cuento, con un café —le guiña un ojo y luego sale de su casa caminando muy tranquilo.
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Fucking English boy
RomanceOjos azules, como el Atlántico. Me hacen caer como el Titanic...