Capítulo 23

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—¿Qué le hiciste a la puerta? —Voceó Harry.

—¡Nada! —se defendió Louis.

—Entonces ábrela —insistió.

Louis volvió a intentar, estaba completamente cerrada. Ambos se miraron con desesperación. Solo había una cosa peor, para Louis, que quedarse encerrado en la biblioteca de la escuela. Y esa cosa era: quedarse encerrado en la biblioteca de la escuela con Harry Styles.

Los profesores solían abrirla a la mañana para dejar material en las fotocopiadoras, pero luego antes de la primera clase se cerraba hasta el último recreo.

—Tengo el celular, voy a llamar a Niall —propuso buscando el celular en su mochila.

Marcó, pero el celular de Niall empezó a sonar en la mochila que colgaba del brazo de Louis. Por su culpa Niall había empezado su primera clase sin la mochila.

—No quiero ser yo quien diga esto —suspiró Harry—, pero debemos esperar al recreo.

Eso significaba estar dos horas encerrado con Harry Styles en una biblioteca oscura y con olor a moho. El rostro de Louis expresó un claro nerviosismo, aunque trató de evitar que Harry se de cuenta.

—Oye... si vamos a estar acá encerrados por dos horas creo que podríamos adelantar algo del trabajo de lengua, ¿no? —habló Harry casi con miedo en su voz.

Lo que pedía no era algo super loco ni tampoco era algo estúpido. Era la primera vez que Louis y Harry estaban de acuerdo en algo. Ambos caminaron hacia el final de la biblioteca, donde había mesas que podían utilizar. Tomaron asiento uno frente al otro, mirándose fijamente una vez que ambos estuvieron acomodados.

—Bueno, la última vez habíamos quedado acá —señala en la hoja un punto—. Yo creo que deberíamos agregar algo más, ¿no? —Louis asintió con la cabeza.

Harry comenzó a escribir con rapidez, sin despegar su vista de la hoja blanca.

—¿Podrías fijarte si encuentras algún libro por ahí que sirva de algo? —dice este de pronto, alzando la vista.

Louis se alejó alegremente de Harry. Para él, caminar a más de un metro de distancia de Harry era lo mejor que podía pasarle. Y, supone que Harry le había pedido que busque aquel libro para estar lejos de él también.

Caminó entre las polvorientas y desvencijadas estanterías repletas de libros hasta llegar a la sección "libros de literatura", los cuales pensó que podrían servir. Espió con desgano entre los libros, y pudo ver a lo alto un libro que definitivamente iba a servirles. Pero, como todo lo bueno, estaba fuera de su alcance. Pensó que quizás iba a ser buena idea escalar por los estantes hasta alcanzarlo. Así que eso hizo, puso un pie, y luego el otro, y el otro, y comenzó a subir. Alzó el pie derecho y su mano izquierda fue directo a sostenerse de algo, pero en ese instante todo el estante se balanceó y sintió que su alma abandonaba su cuerpo. Se balanceó hacia atrás, tratando de no caerse, pero era complicado estando colgado a unos metros de altura. Y de pronto sus miembros no respondieron, y cayó hacia atrás.

—Louis... Louis despierta... —sus ojos se fueron abriendo lentamente—. ¿Qué sucedió?

Su cuerpo yacía en el piso. Pudo sentir la mano cálida de Harry sosteniendo su cabeza. Cuando pudo enfocar la visión, vio aquellos ojos verdes mirándolo con preocupación.

—Te... tengo el libro —susurró. Le costaba hablar, pero su cara tenía una sonrisa.

—Trata de no hablar, ¿sí? Dame la mano —estiró su mano hacía él, quien la tomó receloso.

Al tocarle la mano, Louis sintió una electricidad que le recorrió cada punta de su cuerpo. Como su un nuevo sentido empezara a formar parte de él... con esfuerzo se puso de pie, Harry lo sostenía fuertemente por la cintura. Desde donde estaba, Louis podía apreciar el aroma de Harry.

Luego de ayudar a Louis a sentarse en una de las viejas sillas, pudo apreciar como de su frente caía un pequeño hilo de sangre. También al resbalar su remera se había enganchado y ahora se encontraba con un tajo grande que dejaba ver el pecho de Louis.

—Tengo el libro —insistió Louis alzando su mano con el libro en ella. Harry sonrió, mirándolo a los ojos.

—Déjame curar tu frente primero —suplicó Harry sacando de su mochila un paquete de pañuelos descartables.

—No, ni creas —exclamó al ver cómo Harry mojaba la punta del pañuelo con baba—. Estoy completamente b... —una gota de sangre cayó sobre la palma de su mano. Harry le dirigió una mirada severa y luego apoyó el pañuelo sobre su frente.

—No te va a doler, ¿si? —susurró moviendo el pañuelo lentamente sobre la zona.

Sus rostros estaban cerca, tan cerca que Louis podía sentir el aliento a menta de Harry al inhalar. Vio sus labio moviéndose lentamente, como si hablara para él mismo. Alzo la vista despacio y vio aquellos ojos verdes mirándole la frente con concentración. De pronto Harry retiró el pañuelo de su frente y sus ojos descendieron hasta los ojos azules de su acompañante. Una de las manos del ojiverde se cerró sobre la rodilla de aquel chico de ojos azules.

Louis vio el verde de los ojos de Harry. Era raro, era un verde que nunca antes había visto... y no sabía por qué eso le gustaba. Le gustaba los ojos de Harry. Le gustaba lo que transmitían. Y nunca se hubiera fijado en la paz que le daba verlo de no ser por esa estúpida caída.

—Ya está, no va a sangrar de nuevo, no te saques la costra —advirtió poniéndose de pie lentamente—. Por cierto, te presto mi camisa, así no andas con la remera así por toda la escuela.

Se sacó la camisa, dejando a la vista una remera mangas cortas. Le tendió la prenda hacia Louis, quien la aceptó con un "gracias" dudoso. Al retirar el brazo de Harry, pudo ver en él algo que lo dejó helado. Tenía un ancla tatuada, justo igual a la que Louis había dibujado en su cuaderno.

—¿Qué hacen ustedes dos aquí? —La puerta se abrió lentamente y una señora de lentes bastón apareció en el lugar—. Su clase comenzó hace media hora. Ya mismo corran al salón.

Ambos salieron corriendo del lugar, agarrando sus cosas al salir. Se pararon, agitados, frente a la puerta del salón de clase. La mano de Louis se dirigió al pomo de la puerta, pero se chocó en el camino con la de Harry. Rápidamente quitó la mano, no sin antes volver a sentir aquella electricidad que todavía no sabía qué significaba.

—Harry... —habló antes de que este gire el picaporte. Sus ojos verdes se pararon sobre él—. Gracias.

Harry le dedicó una sonrisa cálida y luego entraron al salón.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora