Su cuerpo impactó fuertemente contra la vereda, sus ojos se cerraron por unos segundos para luego abrirse con rapidez.
Sentía su cuerpo entero, tenía todos sus miembros en su lugar, agregando un peso adicional sobre su pecho. Entornó la vista y logró ver a la persona que estaba sobre él y que le había salvado la vida. Tenía cuerpo delgado y unos delicados rizos castaños. Sus miradas se cruzaron y Louis sintió el aliento cálido de esa persona rozando sus labios.
—¿Estás bien? Tremendo susto me di —exclamó con voz dulce mientras ambos se ponían de pie—. Por cierto, me llamo Eleanor, ¿y tú eres...?
—Louis, un gusto —suspira confundido.
Miró detalladamente a aquella chica. Vestía una falda acampanada rosa y una camisa blanca, Louis deparó en el detalle de los zapatos con calcetas blancas y le pareció tierno. Su rostro venía con maquillaje, pero él pudo notar que, aunque no lo tuviera, seguiría siendo bella.
—Louis... lamento lo de tu bici —ambos miran al piso y encuentran la bicicleta tirada, con una rueda salida y el manubrio torcido.
—Descuida, está vieja. Cuando llegue a donde me dirigía veré si puedo arreglarla —explica esperando que aquella chica no pregunte más nada—. ¿Tú para dónde ibas?
—Recién salía de mis clases de modelo, así que estoy libre —hablaba de forma segura, mas su mirada parecía insegura.
—Oye... ¿te invito un helado? Para agradecerte por salvarme —había algo en aquella mujer que a Louis lo tenía hipnotizado, y no pudo resistirse a agradecerle de alguna manera lo que había hecho por él.
De pronto su celular comenzó a sonar estrepitosamente. Sus mejillas se tornaron coloradas y, mientras lo sacaba de su bolso, le dibujó a Louis un "perdón" con los labios.
—Me necesitan urgente en casa... ¿tienes planes esta noche? Quizás podemos salir esta noche —habló ella, su voz parecía tan inocente que Louis no pudo decir que no.
—¿Esta noche a las ocho te parece? —Sonrió—. Nos encontramos aquí.
—Perfecto, nos vemos Lou —y agitando su mano comienza a alejarse de aquel chico con sonrisa en su rostro.
Louis quedó por unos segundos viendo los rizos de aquella hermosa mujer subir y bajar mientras ella caminaba con pasos seguros.
Tomó su bicicleta desarmada y la arrastró con él por la soleada calle, no podía dejarla tirada y tampoco quería volver.
Tras media hora de caminata por fin comenzó a ver aquellos frondosos árboles que caracterizaban a aquel lugar. Su corazón saltó de alegría mientras sus piernas corrían a toda velocidad adentrándose en aquel lugar.
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Fucking English boy
RomanceOjos azules, como el Atlántico. Me hacen caer como el Titanic...