Capítulo 25

46 10 0
                                    

Los días que siguieron fueron uno mejor que otro. Ahora Louis y Harry se llevaban de maravilla. Todos los recreos almorzaban juntos y el grupo compuesto ahora por Louis, Niall, Liam y Harry iba ganando popularidad. Harry, para sorpresa de Louis, no era tan malo como parecía. Y eso le agradaba, pero lo que más le agradaba era las galletas que cocinaba. En la semana habían vuelto a casa de Harry unas tres veces, para terminar el trabajo.

—Mi madre debería estar en camino —informa el ojiazul mirando por la ventana de la cocina.

—¿Mientras viene quieres ayudarme a cocinar? —propuso Harry con una sonrisa—. Voy a hacer pizza.

Louis asintió mientras Harry intentaba, sin éxito abrir el paquete de harina.

—Déjame ayudar —dijo él, acercándose para tomar un extremo del paquete. Ambos tiraron y, al cabo de un segundo, la harina se encontraba volando por todos lados. Ambos se miraron y estallaron en una carcajada, habían quedado completamente blancos—. ¡Hicimos un desastre! —exclama Louis.

—Mi madre me va a matar —suspiró Harry, aunque no podía contener la risa.

Ambos buscaron una escoba y empezaron a limpiar. Mientras Louis pasaba un trapo húmedo sobre la mesada, notó como Harry pasaba la escoba mientras tarareaba. No pudo evitar pensar que Harry tenía una voz hermosa, y se quedó embobado escuchándolo.

—Lou... Louis... ¿vas a querer café o no? —una voz femenina lo sacó de su recuerdo.

—Lo siento Fizzy, no te estaba oyendo. Sí quiero café —respondió por fin.

—¿En qué piensas tanto? —indagó dejando una taza frente a su hermano—. ¿La chica con la que saliste te tiene así?

—¿Qué? ¡No! —río él—. De hecho... estaba pensando en un compañero de la escuela.

—Él te... —se aclaró la garganta—. ¿Te gusta?

Louis se ahogó con el café, escupiendo lo que tenía en la boca. Comenzó a toser con violencia, tratando de calmar esa tos. Su hermana le entregó un vaso con agua. Este tomó un trago y, cuando la tos cesó, se aclaró la garganta.

—¿Gustarme? ¿Él? Fizzy, ¿qué fumaste? —le dirigió una mirada que oscilaba entre el enojo y la sorpresa.

—Louis, no soy tonta, te vi mientras pensabas en él. Los ojos no te brillan así pensando en cualquiera.

—Va a ser mejor que vaya a dormir —se levantó de su sitio con una especie de enojo y dejó a su hermana sola en la cocina, con el café a medio tomar.

Al llegar pegó un portazo y se tiró en la cama. Tomó su celular y miró la hora. Entonces, este vibró.

[05:34 a. m.] Harry: "Estás dormido??"

Ese mensaje lo tomó por sorpresa, no solía hablar mucho con Harry por mensaje. Y, ver su mensaje ahora le hizo sentir una especie de sensación rara. Rápidamente contestó con los dedos temblorosos.

[05:35 a. m.] Yo: "No, o eso espero"

Su respuesta no tardó en llegar.

[05:35 a. m.] Harry: "Perdón por escribir a esta hora, acabo de despertarme..."

[05:35 a. m.] Harry: "¿Tú te llevaste el trabajo de mi casa? Porque lo tenía sobre el escritorio y no lo encuentro"

[05:36 a.m.] Yo: "No, Niall dijo que iba a llevárselo él, junto con dos galletas jajaj"

[05:38 a. m.] Harry: "Ay, qué tonto soy. Perdón por molestarte tan tarde, pero me preocupé"

[05:38 a. m.] Yo: "No te preocupes, todo está bien"

Y bloqueó el celular con una sensación extraña dentro. Lo apoyó sobre su pecho e, instantáneamente en su cabeza empezó a sonar la canción que Harry tarareó en la cocina. Sin darse cuenta estaba sonriendo.

[05:46 a. m.] Ni: "CÓDIGO ROJO, REPITO, CÓDIGO ROJO"

Ese mensaje hizo sobresaltar a Louis. ¿Qué tan grave había pasado para que Niall le escriba a esa hora cuando era sabido que él dormía lo máximo posible?

[05:46 a. m.] Ni: "Lou, es una emergencia."

[05:47 a. m.] Ni: "Podrías abrirme la puerta?"

Ese último mensaje desconcertó a Louis. ¿Qué puerta? De un salto salió de la cama y se calzó. Dudó antes de abrir la puerta.

—POR FIN, ¿viste el frío que hace afuera? Casi muero congelado —exclamó mostrando exageradamente como el vaho salía de su boca.

—Por el amor de Dios, ¿podes explicarme qué haces acá a estas horas? —Louis casi tiene un ataque de nervio.

—Te voy a explicar, rompí un jarrón de mi mamá y no quiero estar ahí cuando se despierte. Así que pensé "¿qué mejor que venirme a vivir unos días a casa de mi mejor amigo?". Piénsalo, será una experiencia divertida —guiña un ojo mientras intentaba sonreír a pesar del frío.

—Si tu mamá se entera de esto nos corta la cabeza a ambos —dice Louis pensativo. Niall procedió a hacer lo que mejor sabía: poner cara de perrito triste—... entra antes de que te enfermes.

Niall entró dando saltitos y festejando, llevando consigo la mochila de la escuela y un bolso que, Louis supuso, tenía ropa. Fueron ambos hasta su habitación y Niall acomodó sus cosas sobre la cama de su amigo.

—Oye, creo haber visto esa camisa antes —exclamó Niall señalando la camisa que estaba prolijamente doblada sobre el escritorio—. ¿Harry no tiene una igual? ¿Se llevan tan bien que ahora hasta se compran las mismas camisas?

—De hecho... —Louis dudó sobre si decir esto o no, ya que notaba en la voz de Niall cierto sarcasmo—. La camisa es de Harry.

—¡¿De Harry?!— los ojos se le abrieron más de lo normal.

—¿Qué tiene de malo? Somos amigos. Tú y yo también somos amigos y, de hecho, los calcetines que tienes puestos ahora son los que te presté hace un mes atrás —Niall se sonrojó un poco. Pero no dejaba de darle risa la situación.

—Bueno, si... pero me sorprende que de un día para el otro se hicieron mejores amigos y hasta se presten ropa —Louis notó cierto tono de celos en la voz de su amigo.

—Niall, solo tengo un mejor amigo, y esa persona está ahora en frente mío haciéndome una escena de celos. Harry me prestó su camisa porque, cuando me caí en la biblioteca, mi remera se enganchó con un clavo y se rompió.

Niall parecía satisfecho con las palabras de su amigo. Así que solo sonrió.

—Llámame a la hora de ir a la escuela —pidió antes de tirarse a la cama y comenzar a roncar. Louis no pudo evitar reírse. Así era su amigo, a veces se preocupaba más por la comida que por él mismo, se metía en problemas la mayor parte del tiempo y casi siempre era Louis quien lo sacaba del enredo. Pero así lo quería, porque era único, y porque dudaba que alguien pudiera sacarle tantas sonrisas cómo hacía Niall.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora