Respiró ondo y trató de calmar los nervios. En ese momento el jean gris que traía y la remera color vino empezaron a parecerles pesados y quiso arrancárselos de su cuerpo. Vio para el costado, la mamá de Niall se encontraba tendiendo ropa en el patio.
—Hola Lou, cariño —lo saludó con una sonrisa, a lo que Louis respondió moviendo su mano y devolviéndole la sonrisa.
Ya no podía estar parado aquí afuera, debía tocar el timbre. Tocó y esperó. Al poco tiempo le abrieron la puerta. Era una chica más grande que Louis, vestía una falda con flores, unas manoletinas blancas y una blusa de seda. Louis no iba a negar que se veía hermosa.
—¿A quién buscaba? —Pregunta con un tono de voz dulce y tierno.
—Gemma, él es Louis, mi compañero de grupo —interfiere Harry apareciendo detrás de ella. Louis tardó unos segundos en analizar su ropa. Vestía pantalones normales, pero exorbitantes camisas con flores y estampados de colores, y sus cabellos estaban suelos. Louis no había deparado de lo largo que eran sus cabellos aquella mañana puesto que lo llevaba recogido.
—Hola —saludó el recién llegado de una forma que sonara seca y a la vez amable.
—Bueno, voy a estar en mi cuarto por si necesitan algo —dijo la chica con una sonrisa, yéndose del lugar y desapareciendo por unas escaleras larguísimas.
—Ven pasa, los chicos no llegaron aún —habla él apartándose a un lado para dejar pasar a Louis.
Entró con miedo. ¡Santo cielos! La casa de Harry era un sueño. Louis quedó con la boca abierta al ver toda la decoración y cuadros que había colgados en aquellas paredes.
—Ven por aquí —indica esquivando los sofás del living, llevándolo hacia una puerta de madera corrediza.
Sin mucho esfuerzo la corrió y, al abrirse, dejó ver un salón de estudio con bibliotecas que abarcaban todas las paredes y una mesa de algarrobo en medio que se veía hermosa haciendo juego con aquellas sillas tapizadas en terciopelo rojo. Louis, otra vez más, quedó impresionado. Harry tenía la familia perfecta. Su hermana era hermosa, su casa era espaciosa, hasta su perro olía bien.
—Rowen, sal afuera —sonrió Harry al ver al pequeño perro correr hacia él. Era un perrito de tamaño chico, pero parecía de carácter malo.
Louis, por un momento, se sorprendió pensando en lo afortunado que era Harry. No iba a cansar de repetirse que la vida que este llevaba era mucho mejor que la de Louis.
El pequeño animal, al ver a Louis, le saltó dejándole huellas en su pantalón.
—Rowen, no —Harry lo miró avergonzado, cogiendo al perro en brazos y sacándolo de la sala—. Lo lamento tanto, él es así.
—Descuida —fue lo único que salió por parte de Louis.
—¿Tienes uno? Un perro, digo —cuestionó Harry, tratando de quitar ese silencio incómodo.
—No realmente, tengo un gato, pero no está nunca en casa, se la pasa en el techo —las palabras salieron por sí solas de la boca del ojiazul, se sorprendió la elocuencia con la que se expresó. Tratándose de un extraño con el que se encontraba hablando, debería de haberle costado minutos formular esa frase que, en realidad, la formuló en unos pocos segundos sin siquiera pensarla.
—Tenía un gato cuando era pequeño, pero era demasiado agresivo y mi tío se lo llevó a una granja. De hecho, recibí una postal de él hace unos días, déjame te muestro —sacó su celular del bolsillo y comenzó a buscar mientras tarareaba una cancioncita que Louis no pudo reconocer—. Aquí está, mi adorado Ares, a veces me dan ganas de ir a buscarlo, pero mi mamá no quiere...
Le muestra a Louis una foto donde aparece un gato negro, con unos ojazos verdes hermosos. El minino se encontraba hecho una bolita sobre un sofá, al lado de una chimenea.
Louis quiso contestar, decirle que su gato era hermoso, o que los ojos se le parecían mucho a ambos, pero su boca se abrió al mismo tiempo que la puerta de entrada.
—¡Buenas, perdón la tardanza! —Entró Niall hablando como si viniera a su propia casa—. Ah, Liam tuvo que correr al médico, un perro le mordió la pierna de camino a su casa, pero él está bien. ¿De qué hablaban? ¿Hay comida?
Louis y Harry se miraron y ambos se sonrieron sin saber por qué.
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Fucking English boy
Roman d'amourOjos azules, como el Atlántico. Me hacen caer como el Titanic...