Capítulo 26

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Ese día de escuela había sido agotador. Entregaron el trabajo que habían estado haciendo y luego la mañana siguió tranquila. Esa mañana Harry casi no habló con Louis, había estado gran parte de la mañana leyendo solo en una de las mesas del comedor. Niall intentó acercarse a él, pero su reacción fue sonreírle y luego volver a su libro.

—No sé qué le pasa, ¿se pelearon de nuevo? ¿Discutieron? —Niall interrogó a Louis al volver a su mesa, donde él y Liam comían unos sándwiches de jamón y queso.

—La verdad es que no, no hablamos. Esta mañana me escribió para preguntarme quién se había llevado el trabajo de lengua —contestó Louis a su amigo—. Me parece extraño que él, siendo tan organizado e inteligente se haya olvidado cuando Niall tomó el trabajo y lo metió en su mochila frente a él.

—Además, ¿por qué solo te escribió a ti? —añadió Liam—. Si realmente hubiera estado preocupado nos habría mandado un mensaje a los tres integrantes del grupo.

Niall y Louis voltearon a Liam con expresión confundida.

—¿Qué quieres decir? —indagaron ambos al mismo tiempo.

—No se lo tomen muy a pecho, son conjeturas mías. Y me sorprende que no lo notaran, pero eso del mensaje pareció más una excusa para escribirte que otra cosa.

—Pero Harry no necesita excusas para escribirme, nunca lo ha hecho, pero en la escuela siempre hablamos... cuando yo le hablo primero —reflexionó Louis.

—¿Eso quiere decir que le caemos mal? —cuestionó Niall mirando a Liam preocupado.

—No, no creo, pero uno tiene vergüenza a veces de hablar con alguien cuando esa persona le gusta.

—¿Yo? ¿Gustarle? ¿A Harry? —Louis rió fuertemente, atrayendo las miradas de muchos de los que estaban ahí sentados—. Estás completamente loco. Primero, él no parece el tipo de chicos que se enamora de otros chicos. Y segundo, aunque lo fuera, no parece el tipo de personas que se enamora. Además somos dos mundos opuestos.

—Los opuestos se atraen —dice Niall con una sonrisa torcida en su cara.

—Anoche Fizzy, ahora ustedes, ¿es que no tienen vida? —se pone de pie con brusquedad y sale de la escena llevándose con él decena de miradas; la de Harry, Niall y Liam incluidas.

Corrió al baño, estaba negado a escuchar a alguien ahora. ¿Harry? ¿Enamorado de Louis? Era lo más estúpido que había escuchado en su vida. No podía ser. O quizás él no quería que fuera.

La puerta del baño de abrió y Louis quedó petrificado en un rincón. Harry acababa de entrar con la mirada perdida y sus cabellos revueltos.

—Hola —saludó Louis al ver la mirada de Harry perdida en algún punto fijo.

—¿Pasa algo? Estás pálido —observa el ojiverde preocupado.

—Todo está bien... tengo que irme —sin darle tiempo a contestar, abre la puerta y sale corriendo de allí.

La hora de irse había llegado, pero una lluvia torrencial amenazaba a todo el que salía. Louis maldijo interiormente su suerte, debía volver caminando y ni siquiera se había llevado un paraguas. Liam vivía al otro lado de la cuidad, no podía llevarlo, y Niall se quedó unas horas extras por un trabajo que debía hacer. Iba a tener que correr a su casa.

Se puso la capucha y empezó a caminar bajo el agua helada. Su ropa no tardó en empaparse entera, el viento se sentía muy fuerte y el cuerpo de Louis empezaba a perder calor.

De pronto sintió detrás de él el ruido de un claxon. Volteó lentamente, un auto había estacionado a un metro de Louis. La puerta del conductor se abrió y del auto bajó Harry con un paraguas.

—Oye, ¿quieres que te lleve? —propone caminando hacia él.

—No, gracias, no te preocupes —contesta Louis secándose la cara.

—En serio, para mí no es molestia, justo iba en esa dirección.

—No, además estoy empapado, no quiero arruinarte el auto.

—Lou, sube al auto —dijo en tono demandante.

Louis no sabía si asustarse y salir corriendo o sentirse agradecido y subirse al auto. La verdad era que tenía frío, y que sus pies le dolían. Dio media vuelta y corrió hacia el auto.

—Voy a tener que trabajar un mes entero para pagarte la limpieza del tapizado que acabo de mojar —indicó Louis al ver a su compañero subir al auto.

—Voy a tener que ir un año a terapia si te llegabas a morir congelado ahí afuera. Más aún sabiendo que te vi mojándote y no hice nada para ayudar —contestó Harry nervioso.

—Tampoco es tan importante —dijo el ojiazúl restándole importancia al asunto.

—Nunca sabes, Lou, nunca sabes... —sin decir más nada, encendió el auto.

El vidrio apenas dejaba ver hacia afuera, las gotas caían con furia sobre el auto. La radio sonaba de fondo con baladas lentas y la calefacción golpeaba de lleno en el cuerpo de Louis. Harry se había quitado la campera y la bufanda, se notaba que se estaba muriendo de calor, pero dejaba la calefacción prendida para que Louis no tenga frío.

—Por cierto, ¿sabes dónde vivo? ¿O quieres mi dirección? —indagó Louis, tratando de quitar el silencio incómodo.

—Niall me la dijo hace unos días, si me pierdo te la pido —aseguró él, mirando al frente.

Doblaron en una esquina y su casa se dibujaba borrosamente entre las gotas de agua. Harry estacionó el auto y apagó el motor. Sin embargo, Louis no atinaba a bajarse. Solo se quedó sentado ahí, mirando hacia el frente, con expresión neutra en su cara.

—¿Es esta la dirección? —preguntó Harry al ver que Louis no bajaba del auto.

—Sí, es acá —respondió con mirada seria.

—Deja te abro —dice, inclinándose sobre Louis para tomar la manija de la puerta. Y en ese momento el tiempo se congeló. La mirada de Louis estaba a unos centímetros de la de Harry y sus alientos se mezclaban. Estaban tan cerca que Louis podía sentir el corazón de Harry latiendo rápido contra su pecho. En cualquier momento sentía que iba a desmayarse si Harry no retrocedía. Sus ojos estaban clavados en Harry, quien parecía asustado, pero no planeaba correrse.

De pronto y rayo cayó a los lejos y, el sonido, hizo que ambos se separaran. Louis parpadeó un par de veces, tratando de entender qué había pasado.

—Emmm... gracias por traerme —dijo Louis mientras bajaba corriendo del auto.

Cerró la puerta de su casa y se apoyó en ella. Sentía que el corazón iba a salirse de su pecho. Había estado cerca, demasiado cerca, de Harry. Y nunca en su vida había estado tan asustado.

—Lou, por fin llegaste amor —la voz de su madre lo hizo reaccionar—. Quiero que conozcas a alguien.

Louis, así empapado como estaba, caminó hacia ella que, al parecer, no estaba sola. Vio a su lado a un hombre de aspecto extraño.

—Lou, no sabía cómo decirte esto, pero él es Simón. Trabaja conmigo, llevamos saliendo hace un mes —confesó su madre.

—Hola... ¿Louis, verdad? —el señor se puso de pie—. Tu mamá me habló mucho de ti, estaba ansioso por conocerte. Un gusto —suspiró estirando su mano hacia él.

Louis se quedó helado. ¿Su mamá en pareja nuevamente? Eso es algo que nunca hubiera esperado que pase. Pero no podía ser egoísta, ella tenía derecho a rehacer su vida y, si ella estaba feliz, Louis también lo estaba.

—Un gusto conocerte —contestó Louis al rato, estrechando su mano—. ¿Necesitas algo para el almuerzo? Porque necesito una ducha.

—Vamos a encargar comida cariño, no te preocupes.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora