Capítulo 20

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Metió la llave en la cerradura de la puerta en completo silencio. Su corazón aún palpitaba con rapidez en su pecho. Todavía no sabía cómo había sido capaz de mentirle a aquella chica, no reconocía a la persona que estaba a punto de entrar ahora mismo a aquella casa.

Posó su mano sobre el picaporte y se detuvo unos segundos, no creía poder hacerlo. El frío de la noche le hizo creer que quizás estaba a salvo, que quizás encontraría lo que necesitaba en aquel oscuro cielo estrellado, mas sabía que todo era mentira. Ya no podía seguir así, giró el picaporte y entró. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, eso le preocupó. Ignoró aquel sentimiento y continuó caminando.

Detuvo sus pasos al oír un ruido proveniente de la cocina. En la casa reinaba la oscuridad, el silencio, excepto por un casi inaudible sollozo que provenía de la oscuridad que consumía a la cocina. Se adentró con pasos lentos, tratando de mantener la calma.

—Lou, hermanito, no te escuché entrar —la voz de su hermana estaba rasposa. Louis se apresuró a prender una luz, y cuando lo hizo vio el rostro de ella repleto de lágrimas. Aquellas mejillas que antes había sido blancas, ahora estaban rojas. Aquellos ojitos hermosos que Louis amaba, ahora estaban mojados. Aquella chica fuerte que él conocía, acababa de derrumbarse frente a la persona menos indicada, la persona que estaba más rota en el mundo.

—Fizzy, reina, ¿qué pasa? —se acuclilla para estar a su altura y poder verle los ojos.

—No ha pasado nada, estoy bien —miente tratando de evitar la mirada de su hermano.

—No... —su voz se rompió—. No me mientas —sintió una lágrima resbalar por su mejilla.

Ella alzó la vista y lo miró a los ojos. No hicieron falta más palabras, Louis entendió lo ella necesitaba. La abrazó con fuerza y notó como sus músculos se aflojaban, como las lágrimas comenzaban a correr por los ojos bellos de su hermana, como ella se rompía entre sus brazos.

¿Existe algo más feo que ver como la persona que amas se desarma entre tus brazos y no poder hacer nada?

—Parezco una estúpida —solloza contra el hombro de su hermano.

—No, está bien, no eres una estúpida —acaricia su cabeza mientras la aprieta más contra él—. ¿Quieres hablar sobre eso?

—No realmente —aleja su cabeza de Louis—... Lou, te quiero, ¿si? No lo olvides nunca por favor.

—Nunca lo haré hermanita —aprieta su mano, paseando su vista por la cocina intentando encontrar un tema de conversación para olvidar eso—. ¿Quieres café?

Ella sonrió, negó con la cabeza y luego le dijo que tenía sueño ese día. Luego de eso, solo se retiró de la cocina, sin decir más nada. Louis la miró hasta que desapareció, sabía que le habían cambiado la medicación y estas pastillas nuevas le daban más sueño, así que supuso que era eso.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora