"Maldito chico inglés... soy un cobarde. Un maldito cobarde. No me animé a decirte esto a la cara y ahora estoy pagando las consecuencias. Pero voy a terminar mi carta como pueda...
Empezamos:
Te conocí en un momento de mi vida donde todo era perfecto para mí... o eso creía. Pero apareciste tú, con tu talento, con tu carácter empalagoso y con esa chispa que te caracteriza y me hiciste dar cuenta que todo lo que yo llamaba "felicidad" no era más que una farsa. Decía estar completo, decía estar bien, pero solo me bastó con conocerte para tirar abajo esa idea. Llegaste y me hiciste sentir que a mi rompecabezas, que yo creía armado, le faltaba una pieza... esa pieza eras, y siempre vas a ser tú. No importan las circunstancias, te amo y aunque intenté arrancarme este amor del pecho y quemarlo con esta carta, se me va a hacer imposible porque de verdad te amo. Amas a alguien más, y no te culpo, solo pido que esa persona te entregue todo el amor y cariño que mereces y que te haga feliz. Me corro a un lado para dejarte ser feliz..."Arrastrándose, había vuelto hacia donde había estado escribiendo minutos antes, decidido a terminar su carta. Y así hizo. Dobló la carta en tres y la guardó en su bolsillo. De su cara caían lagrimas cálidas. Se las secó y se puso de pie, no quería que sus amigos lo vean llorar, no quería que Harry lo vea triste esa noche.
—Por fin, Lou, hace horas te estamos esperando —exclama Niall. Louis vio a Liam, él y Harry sentados al rededor de una pila de maderas.
—Yo, que terminé primero, busqué algunas ramas, pero faltan más. Así que creo que lo mejor sería que Niall, Harry y tú vayan a buscar ramas —indicó Liam—. Dejemos las cartas sobre la manta y vayan a buscar leña.
Louis se acercó a la manta y dejó su carta justo sobre la de Harry. Se adentraron al bosque.
Louis caminaba lentamente por entre unos árboles que se encontraban lo bastante torcidos como para dar miedo. De pronto una música comienza a sonar a lo lejos. Trató de acercarse, pero la música fue reemplazada por una voz al instante.
—Hola Evan, ¿cómo estás? —era Harry, Louis reconoció su voz—. No, no puedo hablar ahora, no tengo tiempo... sí, es una tontería esto, pero no podía decirles que no... ya sabes cómo son. No puedo esperar para verte de nuevo cielo... Te extraño. Eres el mejor del mundo, sí. Sí, ya sabes, ahí voy a estar. Gracias.
La llamada se cortó y... un segundo. Harry acaba de decir que todo eso era una tontería. Había estado fingiendo amistad todo este tiempo y ellos habían caído como idiotas. Louis sabía que algo andaba mal con él, y sabía que era un traidor. Esta noche no la hizo para despedirse, sino para festejar que se alejaba de ellos, quizás, para siempre. La ira era tan grande que hervía en la cabeza de Louis.
Media hora después volvían los tres con muchos troncos secos que habían encontrado tirados por el piso. Louis y Harry casi no se hablaron mientras buscaban leña, Niall sintió presión al verde obligado de estar en medio de ambos.
Depositaron los troncos junto a los que Liam había llevado anteriormente y luego los prendieron. Un fuego cálido comenzó a arder, se sentía tan satisfactorio que al instante los cuatro se sentaron rodeando el fogón para calentarse. Las chispas volaban y el fuego crujía con fuerza. Los cuatro se miraron y Liam sonrió.
—Me tomé el trabajo de doblar cada carta bien pequeña... descuiden, no las leí —advirtió Liam—. Solo la doblé para que sea más interesante. Tomen.
Reparte a cada uno una carta al azar. Al terminar vuelve a tomar asiento al lado de Niall y Harry.
—Yo voy a tirarla primero, pero antes quería agradecer... agradecerles a ustedes por el recibimiento que me dieron, hicieron de estos meses los mejores de toda mi vida, gracias —habló Harry antes de arrojar su carta al fuego.
Liam tiró su carta. Luego fue Niall. Y al final Louis, con duda en sus acciones, levantó su carta al aire y la tiró al fuego. El papel se redujo a cenizas, y el fuego ardía con mayor intensidad ahora.
—Bueno, yo quería decir algo —habló Louis con enfado—. Estos meses fueron lindos, sí, pero lo más lindo fue la amistad SINCERA que ustedes me brindaron, así que gracias por ser los mejores amigos del mundo —los demás notaron el sarcasmo en su voz y temieron que esa noche termine en un desastre.
De pronto el celular de Niall comenzó a sonar y su cara se puso roja.
—Hola ma... si, ya sé que... no, yo no tengo tus llaves. ¿Qué?... oh, espera, si las tengo. Ya voy en camino... —corta la llamada—. Era mi mamá, me traje las llaves de mi casa por error y está afuera. Lo siento chicos, tengo que volver, Harry, te deseo mucha suerte mañana. Liam, ¿podrías llevarme?
—Claro, fue hermoso compartir esta noche chicos, Harry, suerte en tu viaje —dijo Liam poniéndose de pie.
Tomó del brazo a Niall de forma dramática y ambos se alejaron entre el sendero de piedras.
—Lou... ¿crees poder llevarme a casa? —La cara de Louis se desfiguró e intentó ocultar su enojo.
—Claro, Harry —contestó de la forma más educada posible.
Luego de recoger todo, caminaron en silencio hasta el auto de Louis y sin decir ni una palabra comenzar el recorrido hacia la casa de Harry.
Cinco minutos después, habían llegado. Louis frenó el auto y ambos se quedaron mirando sin decirse nada.
—¿Esperas una invitación para bajarte o qué? —habló Louis con dureza.
—Sí, ya me voy... pero antes de eso... te noto extraño, ¿pasó algo? —cuestionó.
—Nada que te importe realmente.
—Lou, por favor, dime qué pasa...
—Escucha bien... perdón si te hago perder el tiempo con mis tonterías y perdón por haber organizado esta mierda para ti. Podrías haberme dicho que no y ya.
—Pero Lou, ¿por qué dices que...? Si pasé un momento genial.
—Yo... —dudó unos instantes, Harry no se tomaría bien la noticia de que Louis lo había estado escuchando hablar por teléfono, pero no le importaba, de todas formas, ya lo había perdido—. Te escuché Harry, cuando hablabas con tu novio. Escuché todo. Pero tranquilo, ya no tienes que fingir, ya sé la verdad.
—Louis, yo... no es lo que crees —sus mejillas se habían puesto rojas—. Verás... Hablaba con un amigo. Solo eso.
—Sí, suena muy creíble. Ve a contarle a tu amigo que un idiota organizó una despedida que, para ti, más que despedida, fue una pérdida de tiempo.
—Louis, ya basta, no es mi problema que no me creas. Cuando dije lo de la tontería no hablaba de ti, sino de tener que viajar a Inglaterra cuando yo quería quedarme acá. Obviamente quiero ir a ver a Evan, es mi amigo y lo extraño, y no podía decirle que no a mi familia... es la pura verdad, lo creas o no.
—Deja de fingir por un momento Harry, y, por cierto, Niall es mi amigo y no le llamo "cielo".
—Louis, Evan es un niño de 13 años que sus padres lo maltratan, trato de ser cariñoso con él y apoyarlo para que sienta que no está solo... la última vez que fui tenía quemaduras hechas por cigarros en su cuerpo. Estoy ansioso por verlo y comprobar que esté bien... sólo es eso. Él me llama "amigo" y confía en mí y yo trato de darle ánimos. ¿Ya estás feliz? Sabes, tenía esperanza de que mañana me vayas a despedir al aeropuerto, pero olvídalo.
Y sin decir más, se bajó del auto.
ESTÁS LEYENDO
Fucking English boy
RomanceOjos azules, como el Atlántico. Me hacen caer como el Titanic...