Capítulo 33

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El sol salía con calma, sin apuro. Louis no pudo pegar un ojo. Sabía que el avión de Harry partía a las 7 de la mañana, y el sol parecía no querer salir. Cuando vio los primeros rayos salir con lentitud, respiró con dificultad. Su estómago se encogió. Quiso despegar su vista de la ventana, pero le era imposible. Vio la hora en su reloj de muñeca... las 6:03 a.m.

Su celular vibró sobre la mesita de noche, obligándolo a alejarse de la ventana para poder ver quién era.

A @Eleanorcalder le ha gustado tu publicación.

Se decepcionó al ver eso porque, en cierta forma, esperaba un mensaje de Harry. Sabía que después de la forma en que lo trató anoche no iba a mandarle específicamente un texto diciendo cuánto lo amaba, pero tenía una leve esperanza de recibir algo... aunque también Harry debería haberse puesto en su lugar. Si él hubiera escuchado a Louis hablando en medio del bosque sobre qué eso era una tontería y eso habría reaccionado igual. Por un lado, tenía ganas de correr a buscarlo y darle un último abrazo, pero por el otro le hervía la sangre de saber que no se había esforzado ni siquiera un poco por entenderlo.

Decidió que no iba a lograr nada quedándose sentado mirando la ventana, así que se vistió con un pantalón gris y una remera bordó y bajó las frías y solitarias escaleras para ir hacia la cocina. Para su sorpresa, su hermana estaba ahí.

—¿Ansioso por la navidad? —pregunta ella luego de apoyar su taza de café sobre la barra.

—No, de hecho... —miró a su hermana a los ojos, a aquellos ojos que siempre lo habían mirado con ternura, a aquellos ojos que él nunca pudo mentirles—. Tenías razón, me gusta Harry.

Ella aplaudió y comenzó a mover su cuerpo riéndose en voz baja.

—Yo sabía, sí sabía... —festejó.

—Fizzy... en menos de una hora Harry va a volar a Inglaterra y eso me tiene preocupado.

—¿Y qué esperas? ¡Ve y despídete de él!

—No sé si deba... verás. Anoche tuvimos una discusión, no creo que quiera verme.

—Lou, amas a ese chico y Harry te ama a ti —instintivamente se tapó la boca, como si hubiera dicho algo que lo debería.

—Espera... ¿Qué? ¿Me ama?

—Bueno... él me lo dijo, el día que vino a buscar un libro a casa... se lo veía algo triste y él me confesó que sentía curiosidad por salir contigo... pero siempre que quería invitarte lo tratabas mal o Niall y Liam estaban contigo y le daba pena que lo rechaces frente a ellos...

—¿Harry quería invitarme a salir? ¿Y apenas me lo dices? ¡Fizzy!

—Le prometí que no iba a contártelo nunca... o no iba a hacerlo a menos que sea el momento oportuno.

—Esperaste mucho hermanita, esperaste mucho...

Louis sabía que la carta que Harry había escrito la noche anterior no era para él, Louis sabía que, si su hermana le decía la verdad, eso ya era pasado. Harry se aburrió y simplemente se buscó otra opción. Y la carta se lo confirmó. Aun así, le gustaría ir al aeropuerto y decirle aunque sea un "adiós".

—Lou, Harry es un buen hombre, y serías un tonto si lo dejaras ir sin despedirte. Y no creo que seas tonto, así que corre y despídete de él.

¡Félicité tenía razón! No iba a quedarse de brazos cruzados viendo cómo Harry se iba de su vida. Si no podía detenerlo, por lo menos iba a despedirlo como debería.

—Ya vengo —le dio un beso en la frente, tomó las llaves del auto y corrió lo más rápido posible.

Las calles se encontraban llenas de autos, por lo que el tráfico era muy lento. Eran las 6:40 a. m. e intentó mantener la calma diciéndose que iba a llegar a tiempo. Aunque no tenía pruebas de eso, lo reconfortaba.

El semáforo en rojo parecía tardar una eternidad en cambiar de color, y eso le ponía nervioso. Mientras esperaba, no pudo evitar morderse una uña... y luego otra... y otra... y así, cuando el semáforo cambió, ya tenía cinco uñas mordidas.

La radio pasaba canciones lentas y tristes, por lo que decidió apagarla. El tiempo pasaba y el tráfico cada vez iba peor. Decidió llamar a Harry para poder explicarle.

Un tono... dos tonos... tres tonos... nada.

—¡Contesta, maldición! —Le gritaba inútilmente al teléfono. Pero él no contestaba. Aumentó la velocidad.

En ese momento, pensó en Niall. Sabía que si lo viera conducir así estaría firmemente agarrado de dónde le fuera posible mientras rezaba salir con vida. Louis era igual, pero en esta ocasión simplemente no le importaba... no le importaba morir si era en camino a ver a Harry... y en ese momento de su vida se desconoció. Nunca antes pensaba en otra cosa que no sea él, pero ahora estaba poniendo a Harry por sobre su vida y eso nunca antes lo había hecho. Comprendió que lo amaba de verdad y, aunque eso que dijo sobre perder el tiempo y eso hubiera sido verdad, lo seguiría amando...

Su celular sonó. Con apuro lo agarró, pero no era quien esperaba.

—Niall...

—Lou, necesito pedirte algo.

—Ahora no puedo, ¿puedes decirme si Harry ya salió hacia el aeropuerto?

—Sí, salió hace unos minutos... se lo veía triste, por favor Lou, tienes que ir a despedirte de él... anoche lo escuché hablando por teléfono. Decía algo así como "lo arruiné todo, no va a querer volver a verme porque soy un idiota". ¿Sabes? No sé qué pasó, pero sé que hablaba de ti.

—Estoy en camino, pero no creo que llegué —contestó doblando con velocidad en una esquina.

—No te rindas —y cortó la llamada...

No sabía que iba a hacer, pero eso lo alivió un poco. Continuó conduciendo con la lluvia golpeando contra el parabrisa.

Vio el auto de la madre de Harry en el estacionamiento del aeropuerto y comprendió que habían llegado. Debía correr o sino todo estaría perdido.

Entró empapado al lugar. Miró hacia todos lados si Harry estaba ahí. De pronto lo vio, saliendo de baño, un chico alto, con un jean azul y una camisa. Se acercó con rapidez y lo tomó del brazo.

—Harry...

—¿Disculpe?

El chico se dio vuelta. No era Harry, su rostro ni siquiera se parecía.

—Lo confundí con alguien, perdón.

Siguió corriendo. Recorrió todo el aeropuerto, hasta los lugares menos pensados. Decidió rendirse, ya se había ido, ya no tenía sentido. Se sentó en una de las sillas para recuperar el aliento y entonces vio algo...

Un chico algo, con el cabello atado, qué vestía un pantalón blanco y una camisa rosa con tiradores del mismo color. Se veía tan tierno, que Louis casi no se resistió a correr y abrazarlo. Estaba en la fila para revisar su equipaje...

—¡Harry! —Gritó tratando de recuperar el aliento.

—Louis... ¿qué haces aquí?

—Vine a despedirte.

—Al final si viniste —Louis notó cómo sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Claro que vine —se acercó unos pasos hacia él. Sus ojos azules conectaron con los ojos verdes de Harry, que estaban repletos de lágrimas.

—Lou, perdón por tratarte mal anoche, yo... debí haber entendido tu preocupación...

—Ni yo debí haberte escuchado a escondidas —reconoció Louis—... te voy a extrañar Harry.

—Y yo a ti Lou... nos vemos pronto.

—¿Pronto? —la confusión se apoderó de Louis.

—Solo voy a pasar navidad con mi familia y vuelvo, ¿no pensaste que me iba a ir por siempre, no?

—De hecho... tenía mucho miedo de perderte —baja la vista, apenado. Siente la cálida mano de Harry rozando la suya, tomándola como si fuese la cosa más delicada del mundo.

—Voy a volver, ¿si? Mientras tanto cuídate y... sé feliz —le dedicó una sonrisa cálida y comenzó a avanzar entre la gente.

Y cada centímetro que se alejaba, más le dolía. Pero entendía que era necesario. Aunque miles de kilómetros los separen, sus corazones iban a permanecer juntos.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora