Capítulo 17

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Los rayos de sol se asomaban entre las frondosas copas de aquellos viejos árboles. Louis se encaminó por un angosto sendero de tierra por el cual ya había circulado miles de veces de pequeño. Estaba todo como lo recordaba, aquel árbol torcido, el arbusto de espinas... las florcitas violetas... Se detuvo a mirar aquellas pequeñas flores que descansaban al costado del camino.

—¡Mamá, mira qué tengo aquí! —Entró a su casa moviendo rápidamente sus pequeñas manitas llenas de tierra.

—Lou, amor, ¿qué es eso? —Interroga su madre agachándose para estar a su altura.

—Una flor, la corté para ti —explica poniendo la flor detrás de la oreja de su madre.

—Gracias mi amor —susurra la mujer antes de abrazarlo.

Un canto de pájaro hizo que se distraiga, pero no iba a negar que aquel recuerdo había movido gran parte de su interior. No recordaba esas épocas con rencor o pena, y eso le sorprendía. Siempre vio optimismo en su vida, o por lo menos intentaba la mayor parte del tiempo.

Siguió caminando con la bicicleta a cuesta. Con cada paso dado sentía que superaba un pedazo de pasado.

Siguió caminando un largo trecho hasta que por fin lo vio... Aquel banco de madera, aquel árbol antiguo, aquel laguito donde danzaban los peces... todo estaba como lo recordaba. Sintió unas repentinas ganas de llorar al ver su infancia pasar frente a sus ojos, todas las tardes que pasó en aquel banco, todos los dibujos que hizo inspirándose de aquel lago, todas las quemaduras de sol de las que lo protegió aquel viejo árbol...

Apoyó la bicicleta sobre el césped quemado y arruinado por el frío, y se sentó sobre aquel viejo banco de madera. Apoyó la mochila a un lado y sacó de adentro aquel cuaderno de cuero que no había vuelto a abrir desde el accidente de su madre.

Paseó por las hojas, mirándolas con detenimiento. Había dibujos que un Louis de 10 años había hecho con el corazón roto. Dibujos que habían ayudado a descargar un poco del dolor que albergaba. Dibujos que le permitían seguir y ser más fuerte... uno en particular llamó su atención. Había dibujado un ancla con una soga, no recordaba su significado ni por qué lo había dibujado, pero ahora sabía que eso le parecía muy conocido... ¿por qué?

Un ruido se escuchó a lo lejos y una pequeña gota cayó sobre la hoja de su cuaderno. Miró hacia arriba y divisó una nube negra sobre él. Cayó otra gota y otra más. Cerró su cuaderno rápidamente para evitar que sus dibujos se arruinen y la guardó en su mochila.

Aunque no quisiera, debía volver... Se puso de pie, dándole un último vistazo a aquel lugar y tomando su bicicleta salió de allí caminando.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora