Capítulo 19

58 10 2
                                    

Se paró en aquella desierta calle y esperó. Esperó y siguió esperando. No veía señales de nadie en la calle. Faltaban apenas tres minutos para que se cumpla la hora acordada, por lo que decidió no perder la calma.

Se quedó quieto en el sitio mirando fijamente la acera... con todas las locuras de este día no había tenido tiempo de pararse a pensar en que casi muere bajo un auto. Y en este momento, sin razón alguna, le parecía lo más normal del mundo. Le parecía más extraño el hecho de estar por salir con una chica que acababa de conocer.

De pronto y a lo lejos vio aparecer unos gráciles rizos que se bamboleaban mientras aquel frágil cuerpo se movía en dirección a Louis. No pudo evitar quedarse embobado mirándola. Vestía un jean rosa claro con una blusa blanca y unos tacos altos de charol blanco, y tenía sus rizos firmemente armados; en cuanto a su maquillaje, no era demasiado elaborado, lo que para Louis parecía perfecto.

—Hola, disculpa la tardanza, pero mi chofer tenía día libre justo hoy —explicó mientras lo saludaba con un beso en la mejilla.

Louis respiró y por un momento pensó que estaba en las nubes. Su aroma, combinado a su voz de niña inocente, podían hacer a uno perder la cabeza.

—Descuida, no hace rato que llegué en realidad —su voz salió temblorosa.

—¿A dónde iremos? —Pregunta estirando su cuello, esperando ver quizás algún auto o algo que los lleve a su destino.

—Ven, sígueme —comenzó a caminar con pasos rápidos, pero se percató de que ella no había movido ni un músculo—. Vamos a tener que apurarnos si queremos llegar a tiempo.

—Ah, ¿entonces iremos caminando? —cuestionó mirando el camino. Louis asintió dudoso—. Ok, vámonos.

Ambos pudieron notar la incomodidad en el ambiente. Se notaba que ella se esforzaba por hacer sentir bien a Louis y que él se esforzaba por no ser él mismo...

Por fin llegaron a un lujoso restaurante que estaba en el centro de la ciudad. La gente se abarrotaba en la puerta tratando de entrar, pero sin perder la elegancia.

Lograron entrar y encontrar lugar bajo una vidriera bellísima. Louis acomodó la silla para que ella se siente y luego se acomodó frente a ella.

La luz tenue de la vela iluminaba el rostro de ella, haciéndola ver hermosa. Sus pestañas eran larguísimas, y sus labios tenían demasiada carne. Louis se sorprendió pensando en qué se sentiría besarlos.

—Cuéntame sobre ti, ¿estudias? —Indagó ella luego de un largo rato de silencio.

—Bueno, podría decirse que sí —sonrió incómodo. Hablar de su vida privada con extraños no era algo que le guste hacer, pero no podía dejar que le gane el miedo.

—¿Y vives lejos de aquí? ¿Tienes hermanos? ¿Cómo es tu casa? —Sus preguntas estaban haciendo a Louis sentirse cada vez mas incómodo. No quería ignorar sus preguntas, pero tampoco estaba listo para hablar sobre su casa que se caía a pedazos, su hermana en silla de ruedas y su vecino que sale en ropa interior al patio a regar el césped. Todavía no estaba listo para que conozca esa verdad... así que optó por lo que quizás sea lo peor...

—Pues, mi casa no está realmente tan lejos. Queda a cinco cuadras al sur —señala con su dedo haciendo que ella voltee a mirar.

—¿Y vives en el sur a pesar de haber venido caminando del norte?

—Sí, bueno, acompañé a mi hermana a casa de una amiga antes de venir hacia aquí —trataba de hablar con seguridad para no hacer notar que era un embustero.

—¿Cómo se llama tu hermana?

—Fizzy —aquella mentira iba a costarle mucho, pero simplemente no pudo decir la verdad.

No sabía cómo o por qué, pero al pensar en sus respuestas y mientras trataba de inventarse una vida perfecta, se le vino a la cabeza una persona: Harry Styles. Ese hombre sí era perfecto, y no pudo evitar pensar que con Eleanor harían linda pareja... de pronto se sorprendió a sí mismo pensando en Harry más de lo debido.

"Maldito chico inglés, hasta cuando no está, está arruinándolo todo" pensó en su interior.

—Es demasiado tierno, si la conociera me caería genial —ríe con una carcajada delicada.

—Seguro —contestó Louis tratando de restarle importancia al asunto.

La noche siguió entre risas, ninguno fue realmente consciente de que el tiempo estaba pasando demasiado rápido. Y cada minuto que pasaba Louis se sentía más incómodo con la situación, no le agradaba mentir, menos a chicas tan bellas como ella. Lo peor es que había hecho dos de las cosas que más odiaba en una noche: mentir y pensar en aquel maldito chico inglés.

—Gracias por invitarme Louis, realmente la pasé muy bien contigo —sonríe bajando del taxi que ambos habían tomado para regresar—. Toma, si algún día quieres repetir esta salida, llámame —saca de su cartera un papel con un número anotado, como si hubiese planeado darle su número desde antes y hubiera estado esperando el momento perfecto.

—De acuerdo —sonríe cerrando la puerta.

La realidad es que... no creía ni quería volver a verla. Ni una llamada, ni un café a la tarde, ni un mensaje, mientras menos sepa de su existencia, mejor. Había sido una noche extraña, se sintió incómodo gran parte de la velada, pero no entendía si era porque esa chica lo hacía sentir así o porque Harry había aparecido varias veces en su cabeza. En todo caso, no quería volver a salir de su habitación por lo que resta del año.

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora