Capítulo 31

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—Yo... lo siento, creo que... perdón —se disculpó Harry separándose unos centímetros de él, pero sin dejar de mirar aquellos ojos azules.

—Descuida, será mejor que bajemos —añade Louis abriendo la puerta del auto.

Las piernas le temblaban y el corazón le latía a mil por hora. Sentía el piso moverse bajo sus pies. Una sensación extraña le tocó las tripas y, de repente, sentía que el trago que había tomado iba a salir en cualquier momento. Hizo un esfuerzo por caminar hasta donde se suponía que debían ir.

Los cuatro se adentraron en un bosque, iluminando solamente con la linterna del celular. La luna brillaba especialmente ese día, y las estrellas titilaban con fuerza. Seguían el sendero de tierra, caminando con cuidado. Niall intentó probar su valentía y se adentró en el bosque adelantando a los demás. Liam no tardó en alcanzarlo. Y, a pesar de que Louis era el único que sabía dónde iban, dejó que los demás se adelanten. Harry iba solo a unos centímetros de él.

Caminaba mirando los árboles, intentando guiarse. De pronto, una raíz fuera de lugar se puso en su camino y tropezó. Justo antes de caer, Harry lo toma de la cintura y lo atrae hacia él, pero tropieza también y ambos caen. Louis golpeó contra el suelo y Harry queda tendido sobre él. Ambos se miraron. Louis podía sentir el corazón del ojiverde latiendo a toda velocidad contra su pecho.

—¿Estás bien Lou? —Indaga Harry sin apartarse.

—Sí, no te preocupes —contesta tratando de incorporarse, sin acordarse que Harry estaba sobre él.

—Lo siento —luego de ponerse de pie, sostiene a Louis para que haga lo mismo. Ambos se quedan parados, sin decir nada.

Continúan caminando, casi sin hablar. Siguen un largo trayecto hasta llegar a un sitio descampado que Louis conocía bien. Había un banco de madera, un lago con peces, un árbol que los protegía del frío, allí era donde Louis había pasado gran parte de su infancia. Había puesto sobre el césped una manta y sobre el banco unas botellas de tragos. Harry quedó anonadado ante tal visión, y Louis sonrió complacido. Liam y Niall no habían llegado, Louis temió que se hayan perdido.

—¿Niall y Liam...? —interrogó Harry.

—Ya van a llegar —contestó Louis sentándose sobre la manta en el piso.

—Que hermoso lugar.

Louis pensó que el lugar no era lo único hermoso esa noche. Moría de ganas de decirle a Harry lo hermoso que estaba esa noche, pero algo lo detenía: el miedo.

—Venía acá de pequeño a intentar olvidar mis problemas...

—Como escape de la realidad, funciona bien.

Harry se sentó a su lado y el poco frío que Louis sentía se fue al sentir el brazo de Harry rozar el suyo. Todo mejoraba con él a su lado, todo se sentía más cálido, más lleno de luz.

—¿Deberíamos preocuparnos por Ni...? —comenzó a hablar Louis.

—No creo. Lou... —ambos se miraron.

—¿Si?

—Disculpen la demora, Liam tomó el camino equivocado —ambos aparecieron entre los árboles cubiertos de telarañas y polvo.

—Descuiden, los estábamos esperando —habló Harry.

Tomaron asiento y Louis sacó de su mochila una bolsa de papel. La puso en el medio de los cuatro y la abrió con lentitud. Sacó de adentro cuatro plumones, unos papeles y un encendedor.

—Bueno, estuve pensando en que esta noche tenía que ser especial —comenzó a hablar Louis—, así que pensé en esto. Cada uno va a escribir en el papel algo que les gustaría decirle a alguien o algo que les gustaría decir, en general. Puede ser una carta a algún familiar, amigo, pareja, lo que sea. Y después, lo dejamos, vamos a juntar ramas secas y armamos una fogata para quemar esas cartas.

—Que buena idea —exclamaron los tres al unísono tomando un pedazo de papel y un plumón.

—Podemos separarnos para escribir más tranquilos —explicó Louis poniéndose de pie—. Si alguien necesita algo prenda la linterna del celular y vamos a buscarlo. Traten de no alejarse, ¿si?

Todos asintieron y se alejaron. Louis comenzó a caminar entre los árboles tratando de no perder el rastro. Tomó asiento por fin en un claro de luna donde la hierba se veía acogedora. Tomó su papel y comenzó a escribir, aunque su mente estaba en blanco, hacia un esfuerzo por escribir lo que sentía. Y ya sabía a quien iba a dirigir su carta.

"Maldito chico inglés... si, suena extraño, hace unos meses te estaba odiando y ahora te estoy dedicando esta carta. Nunca fui bueno con las palabras, o eso creo, pero voy a tratar de poner en esta carta todo lo que siento por vos. Cómo sé que nunca vas a leerla, me siento con menos presión y con libertad de escribir lo que yo quiera sin miedo..."

Un ruido a escasos metros de él interrumpió su carta, poniéndolo en alerta. Dejó de escribir e intentó agudizar su oído. Se puso de pie, desplazándose pegado a los árboles hacia donde provenía el ruido.

—Piensa, Harry, piensa. Llevas esperando todo el año poder decir esto y ahora que tenes la posibilidad de hacerlo te quedas en blanco.

Louis respiró aliviado. Era Harry.

—Podría empezar con un "querido tú..." no, no, muy raro —hablaba solo sobre su carta. Louis supo que debía irse, que a él no le gustaría que otro lo escuche escribiendo. Pero una parte de él se negaba a moverse—. A ver... "¿conoces esa sensación de alivio que sentis cuando te tocas el bolsillo y tenes el celular ahí? Bueno, así me siento cuando te veo"... no, demasiado feo.

Louis intentó moverse, pero sus pies no reaccionaban...

Cuando te vi por primera vez, tu carácter incontrolable y tu orgullo me hicieron saber que serías la última persona de la cual me enamoraría... y mírame ahora. Me encantas. No sé si eso sea bueno o malo, no sé si sea duradero, no sé si me convenga sentir cosas por vos, pero pasó, ¿sabes? Simplemente pasó, me alegras los días con un mensaje o con un gesto. Pensarte es lo único que me alivia aveces. Aunque por dentro me atormenta el no poder decirte todo esto a la cara. Me angustia saber que estas palabras van a terminar... "rotas"... no, no, mejor "quemadas" —hablaba para él mismo—. Van a terminar quemadas. En este momento te extraño como no te imaginas y no veo la hora de poder volver a verte. Cuando me alejo de ti siento que el mundo se cae, y cuando te veo mal siento que MI mundo se cae...

De pronto se encontró cuestionándose para quien sería la carta de Harry y un nudo atacó su estómago cuando vio la realidad: las palabras de Harry sonaban hermosas, pero no eran para él. De pronto se encontró cuestionándose el por qué de su amor a Harry. Sabía que Harry no lo veía como él lo veía, y sabía que lo suyo era imposible... sin embargo, le reconfortaba saber que podría llegar a pasar en algún futuro muy lejano, aunque su mente le grite todo el tiempo "eres poco para él".

Fucking English boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora