Capitulo 21

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-Recuérdame porqué hacemos esto-dijo James Sirius, apoyando sobre un árbol.

-Para que no nos sigan mirando como "los hijos de"-le contestó Roxanne, mirando sus manos, mientras esperaban a su hermano.

-Cierto...-asintió el muchacho azabache.

-Espero que no estés arrepintiéndote, porque si volvemos vamos a estar en un gran problema.

-Roxanne, de todos modos, vamos a estarlo-le aseguró el chico con un resoplido-. Solo, quería que Maggie pudiera confiar en mí.

Fred II regresó con ellos, luego de usar un arbusto como baño. Se cerró la bragueta, en tanto caminaba hacia ellos. Su hermana le ofreció una botella de alcohol. James Sirius parecía meditar demasiado el tema. No era su culpa, eso intentaba creer; si había algo que hizo mal, quería remendarlo cuanto pudiera. Nunca tuvo la intención de lastimarla, o alejarla. Su instinto de peligro se alarmó desde aquel partido de quidditch. Ahora, quería salvarla. Porque, comenzó a quererla como alguien. No solo era heroísmo, era aprecio a Maggie.

-Continuemos-dijo él.

Habían atrapado a la snitch por las insistencias de Fred II por querer orinar. James Sirius era veloz en la escoba, tenía trucos sobre la escoba. Así como la sangre lo es, todo en él. Tenía técnicas de deporte y habilidades físicas como su padre, y su abuelo paterno. Eso era más acertado. A diferencia de Albus, quien era más reservado, pero, igualmente de aventurero y precipitado a los problemas. Venía de familia. James Sirius sacó la snitch de su bolsillo con cierre, las alas de la pequeña pelota seguían moviéndose rápidamente. Espero que sus primos se acomodarán en las escobas, y él subió a la suya, dando una patada sobre el suelo. Se elevó.

- ¿Preparados?

-Espero que lleguemos, pronto-comentó Roxanne-. Ya me duele el trasero.

- ¿Nadie tiene que ir al baño? -preguntó James, con su mano sobre su cabeza preparándose para soltar la snitch.

-Vamos, ya-dijo Fred II.

La snitch salió volando a toda velocidad. Los chicos fueron detrás de ella, principalmente, James estaba a centímetros de recuperarla. A veces, les sorprendía cuando bajaba en picada. Roxanne se sofocaba, asique iba muy detrás de los chicos. Habían dejado atrás todo Escocia, todo Inglaterra. Lo que veían era el mar de Irlanda. Por supuesto, no podía ir muy lejos. Coro debería tener un plan, lo cual esconderse sería unos días hasta que resolviera su libertad. Aún estaban a tiempo de salvar a Maggie Simmons.

La pelota alada bajó a toda velocidad. El estómago de Roxanne gruñó por la rapidez que iban las escobas, eran una buena marca de fabricantes. Soportaba distancias sin agrietarse, ni perder su magia. James llegó al suelo de un territorio en Irlanda, llamada Isla de Man. Ubicada en medio del mar, conectado con el océano Atlántico. Había unas casas de pocos habitantes en el lugar, unas ovejas pastoreaban sin ponerse nerviosas o asustadas. Roxanne había vomitado tras bajar de su escoba detrás de una roca. Su hermano rodeo los ojos, dándole unas suaves palmadas en la espalda.

-Vuelves a tocarme, -dijo la chica, limpiando sus salivas- y perderás una mano.

-Soy tu hermano.

-Ambas manos, y un pie.

-No sirves para los negocios-replicó Fred II- ¡Qué deshonra para nuestro padre!

-Chicos...

- ¡Ella empezó!

James Sirius colocó los ojos en blanco. Se quedó viendo todo a su alrededor, era una zona baja, más allá a unos cincuenta kilómetros, había unos montes. Era posible que estuviera escondida por ahí. También, Coro podía sentirlos. Eso lo ponía más complicado, tenían que continuar porque no había vuelta atrás. Estaban cansados, sudados y preocupados de lo que pudiera ocurrir.

¿Desde cuándo los dioses existen? James Sirius le parecía tan extraño, aun no lograba creerlo.

Sus primos se acercaron a su lado. Roxanne propusó acampar más adelante, así descansaban unas horas, comían y buscaban el método de convencer a Maggie que volviera a tomar control de su vida. 


***

Hola, potterhead! 

Estuve bloqueada con el final, no era lo que esperaba. Pero, creo que no está tan mal, tampoco.

Disfruten.


Gracias por leer, aun no sé termina, atentos!

Entre la snitch y el viento [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora