Capitulo 25

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-¡Despierten, arriba!

-Deja de gritar-pidió Roxanne, cubriéndose la cabeza con su colcha.

-Debemos empezar el plan-explicó James. Su prima giro su cuerpo y se acomodó sobre sus codos, viendo confundida a James.

-¿De qué hablas?-preguntó.

-No hay un minuto que perder-dijo decidido- Iremos, ahora. Asique, empaquemos todo-sentenció. La chica se quedó pensativa, negando con la cabeza sobre los apuros repentinos de James- Despierta a Fred.

-¿Puedes decirme que te pasa?

James estaba yendo de un lado a otro, recogiendo prendas en el suelo y cuadernos sobre historias mitológicas, teniendo una idea ante que dios se enfrentaban en la búsqueda. Roxanne estudiaba las artes oscuras, en especial, el exorcismo. Era un viaje tan extraño para todos. Tal vez, faltaría el cerebro de Rose Weasley. Pero, la joven pelirroja se acobardó de vivir una aventura. El muchacho se detuvo, alejando todos esos pensamientos. No iba a morir nadie.

-Oye, Jimmy, no tenemos un plan-comentó Roxanne, colocándose de pie con esfuerzo, aun dormida- ¿Por qué ahora? Dijimos que nos moveríamos de a poco.

-Porque, Maggie dejará de ser ella-concluyó James, agitó su varita y los libros volaron dentro de la mochila de su prima-. El miedo puede consumirla, y creo que ella...está muriendo.

Roxanne abrió los ojos. No entendía que pasaba con él, pero había una lógica en ese razonamiento. Es que, Coro solo era un espíritu y el cuerpo de Maggie era un envase para tomar la forma que quisiera tener aquel ser. Por lo tanto, la joven dejaría de existir. Su alma sería rechazada, mientras todos sus atributos femeninos serían consumidos y nacería un nuevo cuerpo a través de sus huesos, sus músculos y lo demás. Roxanne se giró, tirando a su hermano con un empujón. El muchacho despertó de la manera más abrupta. Y, claro que un par de insultos singulares hacia su hermana, no faltaron a su golpe e interrumpido sueño con la hermosa morena Carol Higgs.

-Espero que tengas una buena razón para despertarme de esta manera- dijo Fred- Estaba a punto de declararme a Carol.

-Lamento que tu vida amorosa se basen en tus sueños, hermano-se mofó de él.

-Maggie está muriendo-intervino James, arrojándole sus pantalones y una campera al muchacho-. Hoy empezamos a subir a los montes.

-¿Qué dices?-inquirió Fred. Completamente, despierto- Eso no fue lo que hablamos.

-Ya no hay mucho tiempo, perdimos dos días enteros-dijo frustrado-. No evaluamos todas las posibilidades. No sé cómo lo lograron mis tíos y mi padre en salvar al mundo mágico.

Roxanne pellizcó al joven, que saltó de sus pensamientos y miro a la chica. Ella tenía una mirada advertencia, nadie iba a rendirse ahora. Cuando salta uno; saltan todos. Eso era el lema de los primos y hermanos Weasley. El joven asintió. Salieron de la tienda. Unos encantamientos por aquí, otros por allá y conjuros de protección. Estaban listos para continuar.

James lideró el camino. Desde la madrugada, recordaba de dónde venía la voz que intentó ahuyentarlo y lo único que le demostró eran sus miedos de perderse en el bosque, que las mujeres en la familia los dominaran. Era ridículo, pero James era único, incluso sus temores.

"Lejos el camino esta; con él no puedes volver. Atrapado quedarás, y tu instinto se perderá con tus miedos, el sendero no desaparecerá..."

Recordó aquella voz, fría y burlona de leer sus temores, su confusión.

Iban tomando el sendero de cientos de hojas secas, crujiendo bajo sus zapatillas y las ramas se estorbaban en el camino, eran esquivadas o arrancadas con hechizos. Todos callados, pensando en los riesgos y solo necesitaban suerte, porque al llegar a los montes. Todo estaría frente a ellos. Desconocían el lugar, de Coro y...lo peor, sería ver el estado del cuerpo de Maggie, tan dañada y contaminada por un dios, poco misericordioso.

[...]

-¿Cómo?-gritó una mujer de piel pálida y ojos profundos, cuales fulminaban a los maestros- ¿Dónde estaban, cuando raptaron a mi hija?

-Señora Simmons-intentó calmar la profesora de Transformaciones-, no tuvimos tiempo de detenerla.

-¿Nunca sospecharon de nadie?-inquirió la mujer llena de ira.

Un hombre de grandes músculos, con un look urbano y gafas espejadas se acercó a la madre de Maggie tomándola de los hombros, ubicándola en una butaca para que se relajara o se descompensaría delante de los profesores. El hombre bajó los lentes, mostrando una mirada turquesa e hechizante. Eran atrayentes y tan poco común. Volvió a subirlas, girándose hacia la directora.

-Expliquen todo de nuevo-pidió él.

-¿Quién dijo que era?

-El primo de Maggie-respondió hacia el profesor de Herbologia-. Macedonio Simmons, soy jugador en Las Arpías de Holyhead. Pero, no importa eso ahora-dijo, volvió a mirar a la directora-. Bien, empecemos a repasar los hechos.

Cada persona presente fueron uniendo piezas de la rebelión de Maggie, actuando de una manera tan atípica, mostrando el rostro y la personalidad de un ser superior. Incluyendo, poderes, antes jamás vistos. La madre estaba incrédula, había perdido a su hija y no pudieron frenar la huida de la adolescente. Era todo un problema.

Entre la snitch y el viento [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora