-¿No lo vio?-dijo indignado a la entrenadora que lo miraba atentamente- ¡Por favor! ¡Atrapo la snitch en segundos!-se quejó sin darle crédito a Hufflepuf por ganar el partido- No sé cómo lo hizo, pero percibió la snitch en poco tiempo.
-Señor Potter, estuve atenta todo el juego y la joven Simmons tuvo suerte, nada más-le aclaró la mujer de cabello tan corto, y gris- ¿Tiene algo más para comentar?
James Sirius suspiró fastidiado que la mujer no quitará puntos a esa casa por jugar sucio. No le gustaba nada esa chica. Iban al mismo curso, las mismas clases y los pasillos, la biblioteca. Era tener una acosadora en todos lados. No era rencoroso pero, sabía que Maggie Simmons hizo algo raro allí para que la snitch cayera en sus manos como nada. Salió del despacho de la entrenadora, creando su hechizo impermeable caminando hacia el castillo, pateando los charcos de agua en el camino de piedra, casi se resbalo y maldijo a sus mocasines. Estaba enojado con esa chica, era la primera vez que hacia trampa de algún modo personal. Siguió caminando, cuando un gran perro negro se acercó a él y tenía una gran rama en su boca, quería jugar. Estaba completamente mojado sin su dueño, el guardabosques. Saludó al animal, que lo siguió hacia la cabaña del hombre. Llamó a la puerta, que se abrió a los segundos. Delante de James Sirius, había un gran hombre de anchos hombros y tan fuerte que podría romper los huesos de un enorme animal, tal vez, el fémur de un león.
-¡Qué sorpresa, Jimmie!-dijo el hombre, Hagrid como todos le conocían- Pasa, ¡Está lloviendo como nunca!
El joven entró acompañado del perro, llamado Fang. La puerta se cerró, el guardabosque, también el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas recibió al hijo del famoso Harry Potter como cualquier otro visitante en su pequeña cabaña. Indicó al chico que tomará asiento en una silla a la mesa, sirvió té en una taza y le entregó a James Sirius que le agradeció con una sonrisa. Hagrid se reunió con otra taza de té caliente, la silla crujió bajo su peso y bebió un poco. El muchacho observó al hombre que entendía su mal humor en estos momenos para caminar debajo de la lluvia aunque tuviera su varita para protegerse, no dejaba rendirse tan fácil ni siquiera por una tormenta.
-¿Qué opinas del juego?-le preguntó James Sirius curioso, mirando el líquido verde en su taza.
-Fue interesante, y raro como se dio el final.
-¿Por qué?-cuestionó bebiendo de su té.
-Bueno, Maggie detuvo la snitch como un chasqueo de dedos. Eso me resulto raro, ¿no?
-Lo mismo pienso,-dijo James Sirius, levantó sus ojos marrones al hombre que se encogió de hombros-¿Qué sabes de ella? También, toma las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.
-Es buena estudiante, he oído buenas críticas de sus trabajos pero, se destaca en Aritmancia-contestó Hagrid, vacilo en darle detalles más profundos- ¿Te gusta? Admito que es linda.
-¡Ni loco saldría con ella!
Hagrid asintió con un murmullo, diciendo que era mejor no hablar de ella. Sin embargo, el joven Gryfflidor quería descubrir el caso de que Maggie detuviera la snitch con más ventaja. La entrenadora no quería hablar de eso, tampoco el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas quería mencionar algo de Maggie. El chico bebió de su té, esperando que el hombre pudiera decirle algo más, intento cambiar el tema de conversación sobre la próxima clase.En el salón común de Hufflepuf, los estudiantes festejaban la victoria de Maggie Simmons con serpentinas saltando de sus varitas, cantaban y reían entre todos. La joven bruja estaba halagada por la fiesta dedicada por sus buenos reflejos, o esto hizo creerles a sus amigos. Su prima Debrah sabía que había hecho trampa usando sus poderes, tuvo suerte de no ser descubierta por la entrenadora. Estaba sentada en un sofá marrón con las piernas cruzadas, viendo a los demás divertirse y notó que un chico de cabello rubio y semi largo estaba observándola. Finalmente, decidió acercarse a Maggie que estaba calmada, calentándose cerca de la chimenea.
-Hola, ¿cómo estás?-pregunto con respeto, ella le sonrió- Soy Nathaniel Hansen-se presento tomando asiento a su lado- Has jugado muy bien, siempre voy a los entrenamientos pero no me anime a hablar contigo.
-¿Estás ligando conmigo, Hansen?-dijo ella sonriéndole.
-Bueno, no lo sé...¿Es malo?
-Depende.
-No veo el problema, eres diferente a otras chicas de tu edad...Se ve que eres inteligente y divertida.
A Maggie le pareció agradable que un chico mayor que ella estuviera poniéndose cursi en la sala común, donde estaban sus amigos y su prima que usarían este momento para burlarse de ella. Se sonrojó un poco por los cumplidos que Nathaniel destacaba de ella después de tiempo de observarla a escondidas. Aunque, sonaba como acosador y él tenía razón en mantenerse distante por los comentarios de los demás, sin embargo no era algo que le interesará a Nathaniel realmente.
-De acuerdo, Hansen-dijo ella, acomodándose en su sofá- ¿Qué quieres saber?
-Todo, tal vez.
-Es aburrido enterarse de todo de una persona, rompería el misterio personal y el encanto.
-Cierto, cierto...Entonces, ¿de dónde eres?
-Cambridge.
-Oxford, en estos cinco años-dijo él sonriendo, parecía más calmado- Nos mudamos de un pueblo, algo aburrido.Se quedaron hablando de su origen, sus familias y Hansen descubrió que el talento en deportes de Maggie venía de un linaje genealogico. Eso le pareció que tenía sentido y explicaba la habilidad de la joven bruja en Quidditch. Compartían el fanatismo por Chudley Cannons, el cual pudieron dar opiniones sobre los jugadores y los campeonatos de este equipo deportivo. Maggie se sentía cómoda hablando de esto con Hansen, no tenía suerte con los chicos a pesar que tuviera quince años, la mayoría de sus compañeras soñaban con tener un novio, mientras Maggie deseaba entrar a la universidad de ciencias. Unos chicos se acercaron para buscar a Hansen para la cena, ella se despidió de él y se quedó pensando que Nathaniel Hansen no era tan malo, era amable y lindo para relacionarse con las personas. O, solo quería dar una buena impresión.
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Entre la snitch y el viento [Editando]
FanfictionTodos tenemos un talento que nos destaca entre todos los demás. Ahí esta, Maggie Simmons siendo la más poderosa bruja a sus quince años. Pero, desconoce que tan lejos puede llegar con sus poderes. Un juego que no querrás perder Créditos a la portada...