Capitulo 15

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Debrah tenía una mirada enferma, sus pies se enterraban en la nieve de camino a los carruajes. Maggie le ayudaba a caminar por el sendero tapado de blanco. Escuchó unas risas de unos chicos. Giró su cabeza, eran los holgazanes de séptimo que festejaban todo tipo de cosas en la sala común, lo mínimo que para sacar golosinas y dar un festejo. Esperaba no volverse así de fanfarrona cuando acabe el instituto. Uno de estos chicos notó la situación de Maggie, quien leyó los pensamientos y movimientos de él, antes de hacer.

-Sí, ayúdame a llevarla al castillo, Avan.

- ¿Cómo me llamaste? -dijo el muchacho extrañado que lo dijera sin haberse presentado.

-Tiene fiebre, no me dijo que estaba enferma cuando salimos del castillo-lo ignoró ella.

-Está bien...Te ayudaré, hazte a un lado.

Maggie dudo en permitir que el muchacho se ocupará de su pequeña prima, pero, no llegarían nunca a los carruajes. Avan era bastante alto, con una espalda estrecha. No era seguro que pudiera soportar el cuerpo de Debrah, que tenía más masa muscular que él. Sorprendentemente, Avan cargo en brazos a su prima, que aprovecho a colocar su cabeza en el pecho del chico. Los amigos de Avan siguieron caminando, hablaban con él. Todos eran estudiantes de la casa de Ravenclaw.

Finalmente, llegaron a los carruajes. Avan y sus amigos subieron con ellas, eran los primeros en irse del pueblo. Si no fuera que Debrah ocultó su malestar, hubieran quedado en comprar unas cajas de bombones para cada una. Maggie estaba asustada por la palidez del rostro triangular y mandíbula marcada de su prima. Cuando terminara de desarrollar sería un gran encanto. La genética de la familia Simmons.

-¿Estás bien?- preguntó Avan, a la Simmons mayor.

-Sí, solo quiero que ella se reponga.

-¿Qué pasó? ¿Por qué iban solas hasta aquí?

El carruaje se comenzó a mover por las calles nevadas del pueblo. Maggie se sonrojo, dado que el chico de su casa le intimidaba con sus preguntas, casi reproches por ocuparse de su prima ella misma. Maggie se sonrojo, más. Los chicos se intercambiaron una mirada. Igualmente, todos ellos pensaban que Maggie era irresponsable y testaruda para pedir ayuda con Debrah.

-¡Dejen de pensar así de mí, maldición!

-No hemos dicho nada...- dijo Avan.

-Es obvio, que piensan que soy una inepta- protestó Maggie.

-Lo sentimos. Solo, queremos ayudarte.

-Por oír a la gente, cuando no debo. Termino, haciendo lo incorrecto.

El resto del camino fue en silencio. Los chicos de Ravenclaw conversan entre ellos sobre sus academias luego de graduarse. Avan miraba a Maggie con atención, demasiado tiempo. Pero, ella no lo notaba porque le asustaba que su prima estuviera más enferma que una gripe. Debrah era vulnerable al invierno, cada tanto se resfriaba o contraía tos fuerte. Esta vez, la veía más enferma. Ojalá que las sanadoras pudieran curarla.

Llegaron al castillo. Avan y Maggie se ocuparon de llevar a la chica de trece a la enfermería. Sin hablar. Lo curioso, que el joven no tenía muchos pensamientos. Parecía que su mente se bloqueaba, cuando Maggie quería leer su mente. Al entrar a la torre, tenían unas escaleras en espiral hacia la enfermería. La situación de Debrah preocupaba a ambos. Le costaba caminar y respiraba con dificultad, Avan decidió cargarla otra vez. Maggie iba detrás de ellos, evitando que el chico pisará mal o se encontrará con un escalón falso.

Finalmente, una sanadora se ocupó de despejar una camilla y tomarle la temperatura a Debrah, quien se durmió a los segundos. La sanadora comento que tenía un virus común de gripe, solo necesitaba reposo y medicinas. Maggie le agradeció.

-Gracias por ayudarme. Nadie lo hubiera hecho- dijo Maggie saliendo de la enfermería con el chico.

-Somos iguales, Margarita. Nadie nos ve como quisiéramos que así sea.

-¿Qué...?-dijo sorprendida, que hablará en plural-. No me conoces.

-Sé quién eres, y qué puedes lograr con tu poder, si lo explotas al máximo.

-¿De qué hablas?

Avan sonrió con complicidad. Lo que provocó que Maggie tuviera desconfianza de tenerlo más cerca. El chico bajo las escaleras, dejando a Maggie tan confundida por ese cambio de personalidad. Esas palabras que dijo indicaban algo. Capaz que Avan Smith no era quien ella creía. Un simple estudiante de dos años más que ella. Algo le decía que las cosas nunca dejarían de estremecer su razón, incluso en sus pesadillas. 

Entre la snitch y el viento [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora