-Miren, el clima está cambiando-observó James.
A unos cien metros, había una densa neblina que cubría el camino hacia los cerros. El susurro del viento era fuerte. Habían recorrido unos cuantos kilómetros montados en las escobas robadas de Hogwarts, hasta alcanzar una zona plana donde descansar. James no quería parar, deseaba llegar al final de todo este viaje. Sin embargo, Roxanne le abrió los ojos. Tenían que poner un plan, ahora mismo o no volverían cuerdos y Maggie perdería la vida.
-Sí, ya sé-dijo James, ante la dura mirada de Roxanne.
-¡Ya volví!-gritó Fred saliendo de unos arbustos, limpiando sus manos en los shorts- ¡Uh, qué loco!
-¿Qué cosa?-preguntaron los dos.
-Disfrazarnos de héroes.
-Rox, ¿recuerdas el hechizo de convocación?-preguntó James.
-Sí, lo memoricé-respondió. Se colocó a su derecha- James, ya tienes el plan.
-Así es.
-Hagámoslo-sentenció Fred, parándose del otro lado- ¡Salvemos a Maggie Simmons!
Se adentraron a la neblina. Era helada. Vieron pequeñas partículas caer sobre ellos. Caminaron estando atentos. Con sus varitas en sus manos, sudorosas. James extendió su mano. Aquello parecía nieve. Desde que llegaron, solo sintieron el fuerte viento.
-Es...-murmuró Fred.
-Cenizas-confirmó James.
-¿De qué?
-Ni idea.
-Chicos, sigamos-pidió Roxanne- Caminen y hablen. Pero, no nos detengamos.
-¿Por qué?
-Solo, háganme caso.
Los muchachos asintieron. No iban a discutir en este preciso momento. Siguieron. Iban callados, mirando a su alrededor. No distinguían alguna forma entre la densa neblina que los rodeaban. James tropezó, cayó y frenó el golpe con sus manos. Sintió el suelo duro y rocoso. Estaban ascendiendo a los cerros. La neblina era la puerta al escondite de Coro. No había vuelta atrás. Fred lo ayudó a ponerse de pie. Sus manos estaban lastimadas por el impacto. Ardían, pero podía seguir.
-Mi varita...-dijo.
-¿Qué? ¡No, hombre!-resopló Fred.
-La perdí.
-Sigamos, vamos a cubrirte-replicó Roxanne- Recuerda, el plan.
Llegaron al final. La neblina se disipó. Un arco de madera con inscripciones en griego les daba la bienvenida al universo de los puntos cardinales. Coro pretendía despertar a sus hermanos y hermanas. Los amenoi. James respiró hondo. Quería terminar con esto que empezó por creer ser un héroe.
-Fred crearás un portal de multiversos. Cuando Coro abandoné el cuerpo de Maggie, querrá escaparse y tú estarás listo en ese momento-dijo James, comentando el plan- Roxanne convocarás a Zeus y yo hablaré con Maggie.
-Entendido.
-¿Funcionará?
-Solo, hay una manera de saberlo.
Fred se colocó delante iluminando el camino con su varita. Las cimas de los cerros estaban a unos treinta metros, debajo de estos, había un espacio amplio como una zona plana. Roxanne no se apartó del lado de James, quien estaba desprotegido. A sus padres no le agradaría la idea de tener que comprar otra varita, tampoco que James y sus primos estuvieran arriesgando su vida, casi sin experiencia. James sabía que no estaban preparados para semejante situación, pero lo resolvería a medida que las cosas fueran sucediendo. Así es como tomamos experiencia.
Llegaron ante una hoguera, de allí venían las cenizas. Las leñas ardían. Un tronco alto y grueso estaba en el centro, unas cintas azules y moradas se agitaban en el presente del viento. Algunas se enroscaban entre sí. Los chicos intercambiaron una mirada, recordando que las brujas fueron quemadas vivas en épocas pesadas. Era una amenaza.
-¿Alguien quiere retirarse?-preguntó Fred, tragando saliva.
-No podemos irnos. No hay camino-dijo James, pues lo mismo pasó en el bosque.
Coro quería asustarlos, pero eso significaba que sus planes tomarían poder. James empujó a sus primos aterrados ante la hoguera de leñas. Siguieron. Más adelante, vieron una entrada a una cueva erosionada por los temporales y temblores del suelo. Los chicos descubrieron a varias snitch al paso, estaban cerradas y esparcidas por donde sea. James recogió una de ellas.
-¡Coro!-llamó el muchacho.
-¡Espera, primo! ¿Qué haces?-intervino Fred.
-Tenemos que poner el plan.
-¡No tienes varita estúpido!
-Cállate y ve a prepararte-le ordenó con la mirada fija sobre el muchacho-. No vamos a rendirnos ahora. Nuestros padres nunca se dieron por vencidos.
-Eran otros tiempos.
-¡Fred Ashton Weasley!-regañó su hermana, dándole un golpe en la cabeza- ¡Concéntrate!
-Lo siento, chicos.
Escucharon el fuerte zumbido del viento saliendo de la cueva. Era arrullador y frío. Se quedaron callados. Los hermanos Weasley retrocedieron, hasta quedar escondido en la neblina. James guardó la snitch en su sudadera. Y, el dios amenoi apareció. El cuerpo de Maggie estaba herido. Había sangre en sus ojos, manchada de tierra y hollín. Tenía un mal aspecto. James tuvo el impulso de abrazarla, pero no era ella.
-¡Por fin, apareces, Potter!-habló. Gutural y fantasmal.
-Coro.
-Eres un atolondrado niño, ¡No sabes a quién te enfrentas!-gruñó Coro.
-¡Tú, eres un cobarde! ¡Abordas el cuerpo de una adolescente!
-Ella es mi sangre. Toda su familia es mía.
-¿De qué hablas?-preguntó Potter, disimuladamente, le dio la orden a Roxanne, detrás de su espalda.
-Mis hijos. Mis semi dioses. Controlan y se complementan con el viento-respondió el amenoi-. Son míos, hijos con mis poderes. ¿Acaso no te preguntas porqué son tan buenos en el aire, cazando snitch y convirtiéndose en profesionales de quidditch? ¡Ellos son el viento!
-Entre la snitch y el viento-murmuró James-, existe un dios.
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Entre la snitch y el viento [Editando]
FanfictionTodos tenemos un talento que nos destaca entre todos los demás. Ahí esta, Maggie Simmons siendo la más poderosa bruja a sus quince años. Pero, desconoce que tan lejos puede llegar con sus poderes. Un juego que no querrás perder Créditos a la portada...