Me levanté como de costumbre, antes de que la alarma sonará, Sarah aún seguía dormida y decidí ir a comprar unos cafés para cuando despertará. Tomé algunas prendas de mi cajonera, agarré mi toalla y entré al baño. Deje la regadera correr por unos segundos, me desvesti y me coloqué bajo la lluvia artificial, fácil, por unos cinco minutos.
Salí a cepillarme el cabello, me coloqué las botas, tomé mi bolso y salí del cuarto. Saludé a varias personas de mi trayecto del cuarto al ascensor. Llegué abajo, saludé a la inspectora de piso y salí del edificio.
-Hola Bleer.-Sonreí al escuchar su voz.
-Hola Mendes.-Me giré a verlo.
-¿Qué haciendo sola tan temprano?.-Preguntó poniéndose a mi lado derecho.
-Venía a comprar un café para mi y para Sarah.-Contesté.
-¿Crees que pueda acompañarte?.-Preguntó, sonreí con ternura.
-Claro, Shawn.-Desde que entre al campus Shawn ha sido mi mejor amigo, casi mi hermano, me apoya en todo, me ayuda, me alienta, me aplaude, para todo. Sin duda es el mejor.
Llegamos al café, Shawn pidió los tres cafés y después pagamos. Volví a mi cuarto, Sarah comenzaba a despertarse.
-¿Te podrías apurar? Llegaremos tarde.-Le dije por quinta vez, ya íbamos tarde a las clases correspondiente de cada una y ella seguía estática viendo su teléfono.
-Tengo la clase de psicología libre.-Aplaudio e hizo un bailesito raro.
-Esta bien, nos vemos más tarde. Suerte en tu día, Sarah.-Sonreí y cerré la puerta.
Baje corriendo para no llegar más tarde a la clase de sociología, salí por las puerta cristalinas y alguien me detuvo del brazo.
-¡Hey!.-Grité girandome a la persona que no me dejaba correr.
-Tranquila Acacia.-Dijo calmandome.
-¿Jack?.-Pregunté.-Jack, dejame. Llegaré tarde.-Luche por salir de su agarre.
-No me golpees.-Dijo tomando mi otra mano.-Ya llegamos tarde de todos modos.-Se encogió de hombros y me soltó.
-¿Planeaste esto?.-Pregunté.
-¿Qué? No.-Alguien no sabe mentir.
-Jack, ¿por qué? Ni siquiera somos algo, ni amigos.-Dije algo molesta.
-Pues perdón.-Dijo levantado la voz.-Me gustaría ser tu amigo.-Rodé los ojos.
-Si, lo siento.-Dije cayendo en cuanta que tal vez le había dolido mis anteriores palabras.-Solo bromeaba, es que no me gusta faltar a clases.-Me excuse.
-No te preocupes, algún día me amaras.-Volvió a encogerse de hombros.
-¿Por qué estas tan seguro?.-Me crucé de brazos y pregunté sarcástica.
-Porque si.-Me guiñó un ojo.-¿No me crees?.
-Para nada.-Negé y me quité algo de cabello de la cara.
-¿Apuestas, Bleer?.-Se acercó desafiante.
-No tengo nada que perder.-Me encogí de hombros viéndolo atentamente.
-Esta bien.-Sacó un paquete de cigarrillos y me ofreció uno, negé.
-¿Fumas?.-Pregunté cuando lo encendió.
-No, solo quiero que te enamores de un fumador compulsivo.-Rodé los ojos ante su sarcástica respuesta.
-Ya entendí, Gilinsky.-Tosi un poco.
-¿Te molesta el humo?.-Mostró preocupación.
-Para nada, solo fue un tos sin daños.-Dije.
-Que bien, espero que cuando salgamos estés acostumbrada a ese sabor.-Dijo y en eso sonó la campana para la segunda clase.
-¿Que sabor?.-Pregunté sin saber.
-Este, preciosa.-Se acercó y me beso, todo el sabor a cigarrillo y menta.-Nos vemos.-Se alejó y me guiñó un ojo.
Me quede estática asimilando lo que había pasado, cuando vi que Jack ya se había alejado toqué mis labios y sonreí. Él me había besado.
Después de salir de mi pequeño y raro trance, caminé a mi próxima clase. Me encontré a Camila en el trayecto, le pregunté algunas cosas sobre Gilinsky, ella llevaba más tiempo en el campus que yo. Camila no supo decirme nada sobre él, sabía que era de tercer año, pero no sabía nada más personal. Deje de lado los pensamientos por Jack y entré al salón.