Treinta y dos

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-¿Sabes de dónde es Jack?.-Preguntó viendo algo en su computadora. Shawn se había mudado conmigo al departamento, pues no tenía ni familia ni casa aquí.

-Nebraska, creo.-Le respondí y me comí una fresa. Algo bueno de tener aquí a Shawn era que compraba comida.

-Una vez me dijo que venía de Omaha, ¿dónde demonios está Omaha?.-Se preguntó así mismo, rodé los ojos.

-En Nebraska.-Le respondí, él me miró.

-¿Nebraska? Tendríamos que pesar tres estado para llegar allá.-Me encogí de hombros, no me importaba atravesar medio continente, yo quería encontrarlo.

-Me dijiste que me ayudarías.-Shawn hizo una mueca y suspiró.

-¿Quién dijo que no lo haría?.-Preguntó, sonreí.

Era el segundo día que llevaba en el departamento. Le había pedido a Marie que me trajera todas y cada una de mis pertenencias, le había explicado el porqué no volvería y ella aceptó, no muy convencida, pero aceptó y ayer por la noche llegó el camión de mudanzas con cajas que contenían mi ropa, zapatos, cosas personales y adornos que tenía en casa. Casi me mandan los muebles.

Shawn me había dicho que empacara una pequeña maleta, pues sería un viaje largo hasta Nebraska. Tomé la primera maleta que vi y metí la ropa más cómoda que tenía, dinero y el cargador de mi teléfono. Podía subsistir con eso.

Ambos salimos del departamento, le dije a Marie, pero le mentí con que iríamos a visitar a Sarah. Shawn subió todo a su auto, y después partimos a la carretera, iba comiendo galletas mientras íbamos en la carretera. Ninguno de los dos hablaba.

-Shawn, no es por chismosa, pero ¿vas a volver con Madison?.-Le pregunté, no quería que Shawn volviera con Madison, Shawn se merecía a alguien mejor.

-No.-Respondió firme.-Hablé con ella y me dijo que le había dicho al chico que la embarazó que esperaba un bebé y que éste el correspondió.-Shawn no se veía molesto, se veía feliz.

-No sabia eso.-Le dije, él me miró obvio.

-Llevas dos días afuera de tu casa, ¿cómo ibas a saber?.-Ambos reímos, tenía razón.

-Tienes razón, ¿no estás mal por ello?.-Yo y mi bocota.

-Para nada, de hecho estoy feliz por ella, llegará la indicada para mi.-Se encogió de hombros.

-Eso si, eres un gran chico.-Le sonreí y él también lo hizo.-Gracias por esto, Shawn.

-No hay de que, me gusta ver a las personas felices y tanto tu como Jack son de mis mejores amigos.-Sonreí, recordé que en el pasado había utilizado a Shawn para causarle celos a Jack.

-Gracias, y perdón por lo que paso en el pasado.-Reímos un poco nervioso por mi trabalenguas.

-No importa, de hecho me di cuenta que lo que te pedí fue muy apresurado.-Se encogió de hombros.-Pero me di cuenta demasiado tarde y cuando les quería pedir perdón ya los habían corrido.-Ahora si reí con ganas.

-Eres un chico que vale oro, Shawn, y me alegra que seamos buenos amigos.-Él me sonrió, paramos en una gasolinera y compre algunas cosas en una tienda cercana.

Aún no entrábamos a carretera y me estaba muriendo de sueño. No quería que Shawn se quedara despierto, se me hacia algo grosero y me mantuve despierta hasta que llegamos a la caseta para entrar a Indiana.

-Tengo un amigo que vive en Indiana, podemos quedarnos con él para no pagar hospedaje.-Dijo, asentí, estábamos esperando a que la fila de autos avanzara.

-Sarah vive en Illinois, podemos quedarnos con ella cuando lleguemos allá.-Le dije, él sonrió.

-Sería buena idea, sólo pagaríamos hotel en Iowa, ya que en Nebraska llegaríamos con Jack.-Asentí, si es que lo encontrábamos.

-¿Cómo encontraremos a Jack? Ustedes eran amigos, ¿no sabes dónde vivía?.-Le pregunté, él negó.

-No, pero mi amigo tal vez si.-Sonreí, espero que el amigo de Shawn supiera.

-¿Traeremos a tu amigo con nosotros?.-Le pregunté, él río.

-Quizás, Taylor conoce muy bien a Jack.-Y eso me daba demasiada esperanza.

La fila avanzó demasiado rápido, el amigo de Shawn, Taylor, vivía cerca de la carretera y llegamos muy rápido a casa.

-¡Shawn, viejo!.-Un chico muy apuesto abrió la puerta y recibió a Shawn con un gran abrazó.

-¿Qué tal, bro?.-Saludó mi amigo, él chico me miró por detrás de Shawn y Shawn volteó.

-Oh, ella es Acacia, mi mejor amiga.-Me presentó. Taylor se acercó y me saludó con un beso en la mejilla.

-Un gusto Acacia.-Sonreí, amable.

-Lo mismo digo, Taylor.-Taylor nos hizo pasar y nos dio una habitación a cada uno, cenamos y conversamos un rato y después los tres nos quedamos dormidos en la sala.

El chico del 206 | Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora