Veintinueve

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Había entrado a la escuela pública de Ohio, era una de las mejores escuelas del estado. Estaba estudiando psicología, siempre me había emocionado estudiar eso y ahora lo estaba cumpliendo. Mis compañeros eran muy agradables, al principió fueron algo tímidos, pues que tu padre sea militar y una de las personas más importantes en el estado no es nada lindo. Cameron y Mia también estudiaban aquí y eso hizo que me acoplara más fácil y rápido.
Los maestros eran de los mejores, el programa de estudios era grandioso. Pero bueno, no los aburro con la escuela.

-Yo dijo que no.-Estaba estudiando para mi próximo examen, que era en una hora y justo en ese momento Kris y Laur se acercaron.

-¿Qué ocurre con ustedes dos, acaso dejan de pelear alguna vez?.-Les pregunté, ellas rienron. Laur y Kris eran amigas desde tercero de secundaria y se trataban algo así como hermanas.

-No peleamos, sólo conversábamos.-Dijo la pelirroja, Laur.

-Acacia, danos tu opinión.-Asentí.-Si te gusta un chico, y ese chico también le gusta a alguien cercano, ¿qué haces?.

-Sencillo, no lo dejo ir.-Respondí segura, y claramente pensando en Jack.

Volví mi vista al libro que estaba estudiando, pero no ponía atención en nada.

-Algo así pasa con Jack.-Escuché a lo lejos.

-¿Con quién?.-Pregunté exaltada.

-Con Dan, ya te lo te dicho.-Dijo Kris, me llevé la mano al pecho.

-Chicas, tengo examen, nos vemos más tarde.-Cerré mi libro, ellas asintieron y me levanté de mi asiento para correr hasta mi aula.

Mi teléfono vibró, me había llegado un mensaje.

"Jack: Suerte en el examen, también tengo uno hoy"

Sonreí, Jack también había entrado a la escuela. Sólo que Jack estaba estudiando criminología. Una carrera muy interesante y llena de desafíos, y muchos problemas.

"Gracias, suerte para ti también" Bloqueé el teléfono y lo guarde, la maestra había entrado al aula.

Las preguntas se contestaron solas, literal. Fui la primera en salir, llegué a mi auto y me subí lo más rápido posible. Manejé hasta casa y cuando llegué corrí hasta la puerta. Tenía hambre.

-Hola, ¿qué tal en el examen?.-Preguntó Marie, quien hacia la comida.

-Me fue excelente, creo.-Le dije con una sonrisa.

-Verás que si.-Respondió con su sonrisa de madre protectora.

-¿Y Mads?.-Pregunté, ella me señaló el jardín, asentí.-Hey.-Saludé.

-Hola, ¿qué tal tu día?.-La barriga de Madison crecía, ya estaba por cumplir dos meses y lucía realmente grande.

-Bien, emocionante.-Podía notarse que Madison estaba triste.-¿Estás bien?.

-¿No te ha dicho?.-Preguntó, frunci el ceño.

-¿Decirme qué?.-Trate de buscar su mirada con la mía.

-Ha llegado una carta del ejército.-Mi estómago se comprimió y mi corazón, ¿por qué no palpitaba?.

Las cartas del ejército, la mayoría de las veces, eran para dar anunció de algo malo. Esa carta podría decir que mi padre volvería pronto, o que no volvería jamás.

-¿Dónde está la carta?.-Le pregunté.

-Mamá la quiere abrir hasta que llegue Jack.-No podía esperar a Jack, tenía que ver que decía la puta carta.

-Me vale una mierda Jack, mi padre puede estar muerto.-Mis lágrimas iba a comenzar a brotar. No podía, no.

-Tranquila, no pienses en ello.-Trató de tranquilizarme colocando sus manos en mis hombros, no funcionó.

-¡No, la quiero ver ahora mismo!.-Grité, entré corriendo a casa y justo iba llegando Jack.-¡Marie, abra la carta!.-Estaba muy agitada por todo.

-Ya voy.-Sus ojos comenzaron a soltar algunas lágrimas y sacó el sobre blanco de uno de los cajones.

-¿Qué es eso?.-Preguntó Jack.

-Una carta del ejército.-Respondí.-¿Qué dice?.-Marie la leyó, pero no gritó, sonrió o lloró.

-Tu padre vuelve en unos días, está herido.-Aquello no eran tan malas noticias.

Mi padre estaba bien, y mal, pues estaba herido de bala. Seguramente.

-No fue tan mala la noticia.-Estaba sentada a la orilla de la piscina y Jack se acercó.

-Me esperaba una peor.-Jack metió sus piernas a la piscina imitando mi acto.

-¿Quieres?.-Ofreció un cigarrillo, lo tomé sin pensarla.-No me gusta que fumes.

-¿Para que me lo ofreces entonces?.-Su cometario había sido tan estúpido.

-Quiero ver que tan fuerte eres.-Se encogió de hombros, reímos.-Acacia.-Le di una calada a mi cigarro y asentí.

-Jack.-Imité su tono.

-Quiero darte las gracias.-Dijo, giré mi vista hacia él.

-¿Por qué?.-Pregunté algo extrañada.

-Por los momentos que pasamos, porque formas parte de mi vida y siempre lo harás. Por amarme, por lo menos un tiempo. Y quiero que sepas que estaré para ti siempre, esté en dónde esté.-Sus palabras me había hecho dudar.

-Jack, ¿estás borracho?.-Le pregunté riendo, negó.

-No, te quiero mucho Acacia, prometo volver.-Frunci el ceño. ¿Qué mierdas?.

Se levantó, tiro el cigarro y entró a casa, me tomé mi tiempo en fumar el cigarro e irme a dormir.

•••
¡¡Hola, Hola!!
Les quería decir que este cap fue inspirado en mi papá, lo se, raro. Pero es que mi papá es militar y acaba de llegar una carta del ejército diciendo que llegaría mañana por la mañana, y estoy muy feliz...
Sin más, muchas gracias mis linduras❤
Las amo, cuidense

El chico del 206 | Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora