Treinta y nueve

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-Acacia es imposible, no me la creo.-Agregó Mia, ella y Cameron habían vendido a visitarnos a nuestra casa, pero Shawn y Jack habían salido a comprar algunas cosas.

-Mi papá está loco.-Les estaba contando sobre lo que mi padre me había dicho el otro día.

-¿Y qué harás?.-Me preguntó Cameron dejando su teléfono en la mesa.

-No lo sé, mi padre me obligara y no puedo hacer nada.-Les dije sin esperanza alguna, pues mi padre era capaz de sacarme a la fuerza por tal de que me fuera con él a Europa.

-¿Qué piensa Jack?.-Preguntó Mia, que pregunta tan más tonta.

-Obviamente no quiere, quiere irse conmigo, pero eso es imposible.-Le respondí mientras jugaba con el salero que había.

-¿Podemos hacer algo?.-Preguntó Cameron, Cameron era el mejor amigo que alguien pudiese tener, negué.

-Encontrare que hacer.-Les dije, estaba planeando irnos con Sarah una temporada o rogarle a mi papá porque no me hiciera esto.

Jack y Shawn habían llegado sin nada en la manos, estos dos actuaban muy extraños desde hace días; algo se tramaban. Usaron la excusa de que había demasiada gente en las compras y mejor se vinieron, aunque no les creí lo deje pasar. Comenzamos a platica los cinco, Cameron y Shawn se comenzaron a llevar muy bien, y pues Sarah ya lo conocía. A eso de las seis de la tarde Cameron y Mia se despidieron de nosotros, Shawn también al decir que tenía que ir a hacer una tarea en casa de alguien y al fin de cuentas Jack y yo nos quedamos solos.

-Estoy aburrido, ¿sabes que podemos hacer?.-Me preguntó Jack mientras se acercaba a mí por atrás, negué mientras me colocaba el arete.-Pues estamos solos, podemos no sé.-Dijo inocente y besando mi cuello, acariciando sus manos con mi cadera.

-Mejor deberías de vestirte, iremos a casa de mi padre.-Abrió los ojos y me miró por el espejo, negó.

-¿Qué haremos en la casa de tu padre?, todos me odian ahí.-Dijo, exagerado.

-Hablaré con mi padre Jack, no me pienso ir a Europa.-Le dije seria, tenía miedo de irme y dejarlo, no quería hacerlo.

-Mi vida, no pasara nada, lo tengo todo arreglado.-Me dijo tomándome de las mejillas para que lo viera directo a los ojos.

-No puedes hacer nada en contra de mi padre Jack, siempre hace lo que él quiere.-Le dije con miedo, beso mi frente y me acercó a él para abrazarlo, cosa que hice de inmediato.

-Está bien mi amor, deja y me cambio.-Besó de nuevo mi frente y me separé de él para que fuera a cambiarse.

Mientras Jack se cambiaba pensaba en las posibles palabras de mi padre, le explicaría todo y le pediría perdón. A veces llegaba a odiar a mi padre, pero era mi papá, no podía odiarlo siempre. Jack bajó y me tendió su mano para salir de la casa, me ayudó a subir al auto y manejó hasta la casa de mi padre.

-Vamos.-Habíamos llegado hace unos minutos, pero no me bajaba del auto, Jack sabía que yo tenía miedo y decidió no opinar nada.

-Todo saldrá bien, amor, también puedo hablar con él.-Me tomó de la mano y la apretó levemente dándome ánimos.

-Quiero hacer esto sola, Jack, pero gracias.-Le dije, él me sonrío comprendiendo y ambos bajamos del auto.

Toqué el timbre de la casa, unos instantes después abrió una nueva ama de llaves, al parecer. Me dejó pasar y cuando entramos a la sala; Madison y su novio estaban ahí, la barriga de Madison era mucho más grande y ella se veía feliz.

-¿Acacia?.-Preguntó, como si tuviéramos años de no vernos.

-Hola Mads, ¿sabes si está papá?.-Le pregunté algo tímido e incómodo.

-Está en su despacho, y hola Jack.-Lo saludó sólo con un gesto de mano.

-Hola, ahora volvemos.-Le dijo, colocó su mano en mi espalda y ambos caminamos hacia el despacho de mi padre.

Jack me siguió hasta el despacho de mi padre, suspire antes de tocar la puerta y miré a Jack.

-Entrare yo, no te preocupes, todo estará bien.-Le dije tomando sus manos, él me sonrío.

-Tú no te preocupes, aquí estaré afuera.-Asentí, le di un tierno beso en los labios y toqué la puerta. Mi padre me dejo pasar, él no sabía que era yo y al verme se sorprendió.

-Hija, no pensaba verte aquí hasta el viernes.-Aclare mi garganta y él se sentó bien en su silla.

-Vengo hablar sobre eso, papá.-Le dije dando algunos pasos frente a su escritorio.

-Veo que te has vuelto más madura, Acacia.-Dijo, asentí.

-Papá, no pienso irme a Europa contigo, cumpliré los veintiúno en algunos meses y ya soy responsable de mi misma.-Le dije yendo al grano, él asintió a todo, pero yo conozco a mi padre. Él tenía algo para ganarme, siempre.

-Pero aún estas bajo mi mando.-Agregó frío.-Y, ¿qué es eso de ir a buscar un chico?.-Se refería a mi escapada por Jack.

-Lo amo, papá.-Le dije, no tenía otra cosa que decir más que eso.-Dime, ¿tú no hubieras hecho lo mismo por mamá, por Marie o por mí?.-Le pregunté señalándome.-¿Quieres que sea infeliz siempre? Déjame vivir.-Parecía que le estaba rogando.

-Es muy difícil para mí, Acacia.-Dijo, lo miré sin encontrar sentido a sus palabras.-No te quiero perder.-Agregó.

-No lo harás, papá, soy tu hija y eres la única persona que me queda, jamás me perderás. Nunca.-Me acerqué hasta él y lo abracé por detrás.

-Lo siento, Acacia, pero Jack no te merece.-Cambió totalmente de rumbo.

-¿Cómo lo sabes?.-Me separé de él.-Déjame averiguar eso a mí, dale una oportunidad al igual que a mí, por favor, papá.

-Lo siento hija, te vas conmigo el viernes y punto.-Se levantó de su silla y me dejo dentro del despacho.

Salí de ahí con ganas de llorar, de golpear a mi padre, de irme, de morir. Jack estaba recargado en la pared y al verme así, corrió a abrazarme.

-Tu padre me ha dicho todo, te prometo jamás dejarte Acacia, antes muerto.-Me susurró mientras yo colocaba mi cabeza sobre su pecho.

-Me voy con él el viernes, es el fin Jack.-Le dije cerrando muy fuerte los ojos.

-Encontraremos una salida, no es el fin.-Elevé mi mirada hasta la suya.

-No tienes ni idea de cuánto te amo.-Le di un beso en la mandíbula, él me sonrió y besó mi frente.

-Te amo aún más, ahora vamos a casa, necesitas descansar.-Asentí, salimos de la casa sin despedirnos de nadie y al salir vi a mi padre en el balcón con un puro entre sus manos.

Estaba contra la autoridad, excepto la de mi padre.

El chico del 206 | Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora