Catorce

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Me desperté y sentí el cuerpo de Jack a mi lado, sonreí por inercia y lo abracé.

-Buenos días.-Su voz ronca retumbó en mis oídos.

-Buenos días.-Abrí los ojos acostumbrándome a la luz que entraba por la ventana.

-¿Cómo has dormido?.-Preguntó.

-Bien, aunque aún tengo sueño.- Respondí tallando mis ojos.

-Es normal.-Agregó abrazandome.-He estado pensando que no sería tan malo casarnos, si despertamos así todos los días soy capaz de llavarte a las vegas para ir a casarnos.-Reí y coloqué mi cabeza sobre su pecho.

-No tienes ni idea de lo que el matrimonio implica.-Le dije.

-Implica tener hijos, educarlos, apoyarse el uno al otro, economía, enojos y hacer cosas a solas.-Levantó las cejas pícaro.

-Creo que deberías de irte.-Le dije, viendo que ya era demasiado tarde para que estuviera en mi habitación.

-¿Me estás corriendo?.-Preguntó 'ofendido'.

-¿Qué hora es?.-Pregunté estirando mi brazo para tomar mi teléfono y ver la hora.

-Que importa.-Dijo, vi la hora y era pasadas la una de la tarde.

-Es más de la una, tenemos que ir a trabajar, mi padre vendrá a despertarme y estarás aquí.-Lo señalé histérica.

-Calmate, es sábado.-Dijo tranquilo, mierda, los sábados no trabajábamos.

-Genial, de todos modos tenemos que salir de aquí.-Le dije cubriendome con la sábana.

Un poco antes de las dos Jack salió de mi habitación, me duché y vestí para bajar a desayunar-comer.

-Hija, tendremos una fiesta esta noche.-Mi padre era la única persona que estaba en el comedor.

-¿Motivo?.-Pregunté tomando una manzana y dándole una moridad.

-El cumpleaños número 16 de Madison.-Asentí, ¿apenas 16?.

-¿Dónde está Jack?.-Él levantó la mirada del periódico y me vio atento.

-Llevó a Madison y a Marie al centro comercial.-Bien, eso no me gusta para nada.

-Okay, iré de nuevo a mi habitación.-Subí de nuevo las escaleras y al llegar al final de éstas recordé la visita con Mia.

Entré a mi habitación y comencé a buscar algo cómodo que ponerme, iría a visitar a Mia. Encontré el atuendo perfecto, busqué mis viejas converse y después entré a la ducha. Al salir me enrolle en la toalla y salí a mi habitación.

-Pensé que jamás saldrías.-La voz de Jack hizo eco en las paredes de mi habitación.

-Que bueno que te veo, necesito que me lleves a la casa de Mia.-Le comenté pasando de largo hasta donde estaba mi ropa.

-¿Por qué crees que haría eso?.-Se dio la media vuela para verme.

-Porque ahora eres el chofer se la casa, al parecer.-Él río suavemente.

-No te pongas celosa, sólo llevé a tu hermanita a comprar algunas cosas.-Se levantó de la orilla de mi cama y se acercó a mi.

-¿Te podrías ir? Necesito cambiarme.-Le indiqué mirando mi toalla.

-No veré nada que no haya visto ya.-Susurró muy cerca de mis labios.

-Jack, largate de mi habitación.-Lo empuje levemente, él se tambaleó un poco pero no cayó.

-Acacia, no te pongas así, ya te dije que jamás le haría caso a Madison.-Dijo, rodé los ojos.

-Está bien, pero me quiero alistar, vete por favor.-Le indiqué.

-Dame un beso.-Pidió, reí al escucharlo tan tierno pedirme un beso.

-Está bien, pero cierra lo ojos.-Le indiqué.

-Eres una tramposa y sé que no me lo darás.-Antes de que yo pudiera defenderme él estampó sus labios con los míos.-Te amo.-Susurró apartándose de mis labios y saliendo de mi habitación.

Ese 'te amo' sin duda me había hecho quedar en shock, él jamás me había dicho 'te amo' siempre utilizaba el: me tienes idiota, Acacia. Con una sonrisa terminé de vestirme, quería ir con Jack y decirle que también lo amaba, pero me esperaba todo un viaje hasta la casa de Mia para decírselo.

-Acacia, ¿a dónde vas?.-Preguntó Marie, Marie y yo no nos la llevábamos tan mal, podría decirse que ya la aceptaba como mi madrastra.

-Iré a casa de una amiga.-Avisé.

-No llegues muy tarde, tu padre tiene un aviso que darnos.-Asentí y salí de la casa, Jack estaba recargado en la camioneta y al verme sonrió.

-Hola novia.-Dijo, sonreí.

-¿Me llevarías con Mia?.-Le pregunté, él asintió.-¿Sabes de qué se trata el aviso de papá?.

-No lo sé, pero creo que tiene que ver algo con el ejército.-Odiaba el trabajo de mi padre y lo odiba más desde que mamá se fue; mi padre corría con el peligro de morir y al no tener a mi madre quedaría huérfana. Mi rostro quedó estático y creo que hasta me puse amarilla.

-La casa de Mia es por allá.-Indiqué, él asintió y dio la vuelta.

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»Nota«
Perdón por el retraso, pero es que me fui con mi family a un puebluki y pues no tenía internet..
Gracias por las leídas y votos, espero aumenten y dejen comentarios❤❤
Las quiero

El chico del 206 | Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora