Siete

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-¿Enserio le dijiste eso?.-Me preguntó Mia, asentí. Mia, Sarah y yo nos habíamos vuelto muy amigas, las mejores quizás.

-No puedo creerlo, de ti.-Incluyó Sarah, tampoco podía creer que le había dicho aquello a Shawn y a Jack.

-Pues creelo, ellos me estaban tratando como a una cualquiera.-Les afirme, las tres nos encontrábamos cenando sushi en nuestra habitación. Mia había pedido un traslado a nuestro cuarto y se lo habían cedido.

-¿Y con quién te quedarías?.-Preguntó Mia, volteé a verla sin entender su pregunta.

-¿Jack ó Shawn?.-Continuó Sarah.

-Con ninguno, a Shawn le rompí el corazón, nunca me gustó, sólo lo utilice.-Respondí, amabas me miraron esperando la explicación sobre Jack.-Y Jack, Jack es un problema, no me veo con alguien así.-Me encogí de hombros y las tres continuamos cenando.

Estábamos viendo una película y tocaron a nuestra puerta, Sarah, al estar en la esquina de la cama y más cerca de la puerta, ella fue la que se levantó.

-Cia, te hablan.-Me levanté de la cama y le pregunté moviendo la boca a Sarah quien era, ella se encogió de hombros.

Volví a abrir la puerta para ver a la persona que venía a buscarme y me encontré con Jack en mi puerta, con un ramo de flores y chocolates.

-¿No te a quedado claro?.-Cerré la puerta detrás de mi quedando frente a él y cruzándome de brazos.

-No, y no me quedará claro.-Respondió.-Vengo a disculparme.-Agachó la mirada y sonaba muy sincero.

-No creo que sepas lo que eso significa.-Recargue mi espalda en la puerta.

-¿Podemos hablar sin sarcasmo?.-Preguntó, una de las chicas abrió la puerta y me caí hacia atrás.

-Cia, lo siento.-Me quedé en el suelo y vi a mis compañeras de cuarto con las manos en la boca, observé a Jack frente a mi y él tenía una sonrisa a punto de salir.

-Dejame ayudarte.-Jack le dio las flores a Sarah y me tendió su mano.

-Gracias, Jack.-Le dije sobandome la espalda.

-Bueno, nosotros íbamos por más sushi, volvemos en un momento.-Comentó Mia, Sarah le dio las flores a Jack y él me las entregó.

-¿Me perdonas?.-Preguntó, podía perdonarlo y él me dejaría en paz o podía decirle que no y que me molestara hasta que me graduara.

-No lo sé.-Respondí.

-¿Podemos hablar en privado?.-Preguntó incómodo y observé a varias chicas mirándonos por el corredor.

-Pasa.-Le indiqué, él entró a mi habitación y la examinó con la mirada.-Toma asiento.

-Gracias.-Me tendió las flores y las tomé, las exhale su aroma, cerré los ojos; olían hermoso.-No sé si te gustan los chocolates, pero aún así te compré unos.-Sonreí, Jack siendo tienro era..tierno.

-Gracias.-Respondí, dejé los chocolates a un lado junto con las flores.-¿Qué quieres hablar?.-Pregunté y me senté en la orilla de la cama, frente a él.

-Lo siento por lo de ayer, pero es que enserio, me gustas.-Se rascó la nuca nervioso.-No me gustas, me encantas.-Se arrodilló frente a mi y tomó mis manos.

-Jack.-Cayó mis labios con un beso o una droga; que para mi eran lo mismo.

-Dame una oportunidad, cambiaré por ti.-Dijo sentándome junto a mi en la cama.

-Jack, no quiero problemas.-Le dije seria, sabía que con Jack tendría problemas con mi padre.

-¿Problemas con quién?.-Preguntó.

-Con mi padre.-Le respondí y me alejé un poco de él.

-¿Por qué?.-Preguntó.-No sé si no sabías, pero mis padres son de apellido, eso no será problema.-Negé.

-No tiene nada que ver el dinero, tú eres el problema.-Él volvió a tomar una de mis manos y la besó.

-Tú padre me aceptará, lo sé.-Volvió a besar mis labios como ayer en la noche, de nuevo pasé mis manos por su cuello y él fue haciéndome hacia atrás lentamente. Estaba completamente acostada sobre mi cama y él sobre mi, sin aplastarme, seguían las caricias por mis costados mientras que yo pasaba mis manos por su ya espalda desnuda. Jack buscó el cierre de mi short y lo desabotono lentamente.

-Jack.-Dije, esto se estaba llendo de mis manos, era más excitante y sobre pasaba los límites de lo que había pasado ayer.

-Sarah y Mia no vendrán, me han dado la noche contigo.-Sabía que ellas se estaban tardando algo porque tenían algo que ver con esto.

-¿Enserio has dicho eso?.-Le pregunté con una sonrisa.

-Si, todo por ti.-Respondió y besó mi clavícula.-Tendremos el fin de semana para ambos en éstas cuatro paredes.-Reí, obviamente no nos íbamos a quedar aquí para siempre.

Clavé mis uñas en su espalda al sentir su rápida entrada. Él gimió de dolor al sentir mis uñas.

-Tu me has lastimado primero.-Me defendí.

-Lo siento, hermosa.-Se disculpó.-Pero a ti no te quedarán marcas en la espalda.-Mordió levemente mi labio.

-¿Puedo marcarte?.-Le pregunté viendo detenidamente su cuello.

-Claro.-En cuanto me dio permiso puse mis labios en su cuello, primero besé su cuello y después lo succione lentamente.

-Que todos sepan que eres mío.-Le dije al volver a pasar mis labios por su moretón.

-Me tienes estúpido, Acacia.-Sonreí por su confesión y la verdad me sentía una completa zorra, pero me gustaba la sensación que Jack causaba en mi.

El chico del 206 | Jack GilinskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora