Capítulo 37

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Narra Miriam

-—¡Ay! pensaba que eras Raoul. — exclama entre risas Agoney, con un bote de nieve falsa en la mano, tras abrir la puerta del baño y encontrarme a mí dentro.

Salgo, y no dudo en unirme en su búsqueda.

—Él es muy de meterse en el armario, eh. Ba, dum, tss. — dice Agoney, mientras va a fijarse en los armarios.

—¿Tú sabes dónde está? — pregunta el canario apuntándome con el bote.

—No, apártate. — miento.

Sigo a Agoney, que va a la habitación, y ambos entramos en ella. El canario descubre que el rubio se esconde allí, tras ver cómo Raoul sale del escondite salgo corriendo de la habitación, seguida por ellos.

—Tú lo sabías, perra. — me señala Agoney, estando los tres en una punta distinta del comedor, a lo que yo asiento, tomando un cojín como escudo.

Y sin verlo venir, el moreno me tira espuma.

—Lo mato, lo mato. —digo mirando al rubio —Raoul, ayúdame, se lo vamos quitar. — le cuento el plan.

-¿Y vamos a ir a por él?

-Sí, sí.

—Pues te vas a llenar de mierda, colega. — dice, encogiéndose de hombros Agoney.

-Pues me la suda, así te lo digo.- río.

Raoul y yo nos acercamos a él, el canario no duda en empezar a correr, pero mi amigo rubio es más rápido y logra atraparlo frente al pasillo de la habitación y robarle el bote.

—Traición de un amigo, traición de un amigo. Esto no tiene perdón, chaval, no tiene perdón. — digo empezando a seguir a Raoul, el cual está huyendo de nosotros tras bañarnos a Agoney y a mí en nieve falsa.

—Parece que en vez de Navidad estamos en carnaval. — digo, tras verme en el espejo, sacudiendo un poco mi ropa llena de espuma, para luego seguir persiguiendo al rubio.

—Voy a vomitar. — exclama Raoul, a la vez que es acorralado.

—Pues vomita. — suelto, provocando la risa de ambos chicos y la mía.

Luego de esto, él corre y se esconde en algún box con el bote. Pero en la sala de ensayos se encuentran Aitana y Nerea decorando el árbol de navidad, no tardo en pedirle a Aitana que me dé el bote.

Luego de eso comienzo una lucha con Raoul, en la cual pierdo y soy la única que se queda sin bote.

—Ahora tenemos que limpiar toda la academia. —dice Agoney una vez damos por terminada la guerra de nieve, no porque no fuese divertida sino porque como bien dijo Agoney tenemos que limpiar todo el desastre, además de que nos estamos cansando y hay un pase de micros que realizar.

—Fuisteis vosotros los originarios de todo esto. — digo, acomodándome el micrófono.

—Tú te uniste. — me señala Agoney, lo cual es verdad.

—Raoul, no. — niego, viendo las intenciones del rubio —Que acaba de salir de la ducha. — digo seria, y el chico me hace caso y deja de apuntar a Mimi con el bote de nieve.




***


Narra Mimi

—Ella, disimulada. — ríe Raoul notando como mis ojos se dirigen al culo de Miriam sin discreción alguna al verla llegar con la ropa de la gala.

Es que el pantalón le hace un culazo. No es mí culpa, es la del pantalón.

—Calla ya, pesao. — digo una vez Miriam dobla en dirección a los lavabos, saliendo de mi campo de visión.

Nunca Dejes de Cantar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora