Nunca Dejes de Cantar

Capítulo 9

Narra Miriam

Es la hora de una de mis clases favoritas: baile urbano con Sheila.

Estiramos todo el cuerpo antes de ponernos a bailar.

— Hoy va a ser un poquito más difícil. — dice Sheila cuando terminamos de estirar y le preguntan si íbamos hacer la misma coreo que la clase pasada.

No me quejo, me gusta bailar aunque claramente no soy Mimi.

La granadina está detrás mío en la última fila, al ser la que mejor se mueve de aquí no tiene sentido que esté delante. Los que están en las primeras filas son los que tienen más dificultades a la hora de moverse y necesitan ver bien los movimientos de la profesora.

— No os estreséis.  — dice Sheila al escuchar los quejidos de Cepeda, Juan Antonio y algunos más.

Cuando la profesora logra que estemos en silencio empieza a explicarnos los pasos a la vez que los hace.

Mientras Sheila le explica  a Roi el paso que no le sale, hago todo lo que llevamos de la coreografía y pillo a Mimi repasando todo mi cuerpo, pero posando su vista en un punto exacto; mi culo. Luego de unos segundos decide que ya fue suficiente y pasa su mirada al cristal, haciendo que crucemos miradas. Elevo mis cejas en forma burlona dándole a entender que la pille. Me río ante su cara y ella se hace la loca y gira su rostro para otro lado algo avergonzada.

—Venga, poneros en parejas. —nos indica Sheila.

—¿Te pones conmigo?—me pregunta Raoul, extendiendo su mano.

— Sí, sí. — contesto tomando su mano.

—No me termina de salir el último paso. —dice frustrado mientras lo hace. Me pongo a hacerlo con él, a mi tampoco me sale muy bien.

Sheila vuelve a colocarse delante de todos y empieza a explicar la coreografía para cada parte de la pareja.

—Venga grupitos, así os veis.— Sheila estira los brazos e indica que los que están del lado derecho de la sala sea un grupo y los del lago izquierdo otro—Empezáis vosotros. —señala el grupo en el que me encuentro, el de la izquierda— Sentaros por aquí.— señala detrás suya— Así los animáis.

Mimi se sienta con una amplia sonrisa junto a Ricky y fija su mirada en mí.

Hago como si no me estuviera mirando, aunque claramente lo sé y por eso intento hacerlo lo más provocativo que puedo.

Cuando termino de bailar y veo su cara, sonrio victoriosa, conseguí mi objetivo; provocarla.

Esa actitud de victoria se me va al instante en el que empieza a bailar, se ve que no soy la única que quiere jugar.

¿Cómo puede moverse tan bien y a la vez hacer esas expresiones?

Mimi vuelve a morderse otra vez el labio de esa manera y me voy de la vida.

Es que uff...

En este momento estoy sintiendo demasiada envidia por Ricky.

Al terminar la coreografía Mimi me sonríe y me mira chula, sabiendo perfectamente que logró lo que quería.

—Poneros todos así la hacemos una última vez. — nos indica animada la profesora.

—¡Muy bien chicos! — nos felicita Sheila mientras todos aplaudimos.

Todos nos acercamos a la profesora para saludarla mientras ella comienza recoger sus cosas.

—Les traje la música que os había prometido la semana pasada.—nos dice Sheila.