Capítulo 25

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Narra Mimi

Vamos las dos andando en dirección a su cama. Me hace un gesto para que me siente frente a ella.

— No sé cómo empezar. — murmura mirándome.

Mira, ahora de golpe si que me quiere ver.

— Vale voy. — hace una pausa en la que analiza mi rostro, el cual se mantiene firme — Lo siento, lo siento mucho. Me he dado cuenta que tenéis toda la razón, que me he estado comportando como una niñata. Ahora que estás... Que estás nominada, la oportunidad de que te puedas ir me ha abierto los ojos. Perdón, perdón por joder nuestra a mistad por ella. — toma aire. Ni siquiera se atreve a decir el nombre

— Por Miriam, querrás decir — digo cruzando mis brazos.

— Sí, por Miriam. Es que he sido una completa gilipollas.

—Mira en eso sí que estamos de acuerdo.

— Pues eso, que lo siento mucho. Pero es que Miriam me atrae, me atraía— se corrige la canaria — Es que tenía la sensación de que en en los casting yo también le gustaba, y que tú aquí, no sé, me la robaste. Lo sé, una locura, estaba totalmente cegada. Preferí  destrozar nuestra amistad por ese sentimiento, no sabes cuanto me arrepiento — admite Ana, queebrado su voz a medida que va hablando.

—¿Ana, a ti te sigue atrayendo Miriam? — pregunto mirándola.

—No —  niega luego de unos segundos de silencio.

—¿O sea que si yo ahora voy y le planto un beso a Miriam a ti no te importaría?— pregunto al verla poco convencida de su respuesta.

—Es que fue una tontería, no debería haber pasado, nunca me tendría que haber enfadado con Miriam ni contigo porque estén juntas. Hacen muy buena pareja, por cierto. — lo último lo dice esbozando una sonrisa— ¿Mimi y si dejamos todo eso atrás y recuperamos lo que teníamos? no sabes lo mucho que te echo de menos. — me pide Ana viéndome a los ojos, con total sinceridad.

—Claro. —  digo y ella se tira sobre mí —Yo también te he echado mucho de menos, Ana. — admito en medio del abrazo.

—¿Volvemos a ser las amigas de antes?—  dice la canaria separándose para verme.

— Mejores todavía — afirmo volviendo a abrazarla, cómo hace mucho tiempo no lo hacía.

—También voy a tener que hablar con ella. — murmura Ana sobre mi hombro, refiriéndose a Miriam, a lo que yo afirmo con mi cabeza.

—Uy, ¿y esto?—  exclama Ricky al vernos abrazadas, provocando que las dos demos un pequeño saltito por el susto. Cuando enfoco mí vista en él, veo como no está solo, sino que está muy bien acompañado por una chica de rizos que nos interroga con la mirada.

—Joder, que susto, maricón. — digo poniendo una mano en mi pecho, pasar del silencio a de golpe escuchar cómo alguien nos chilla en el oído no es muy agradable que digamos.

—¿Lo habéis arreglado?— pregunta el mallorquín intercalando sus ojos entre Ana y yo.

—¿A ti qué te parece?— digo moviendo mis abrazos con obviedad.

—Por fin. — dice Ricky, pero cuando va a volver hablar Roi lo llama, por lo que va con él, dejándonos a las tres solas.

— Miriam. — la llama tímida Ana.

—¿Sí? —  dice la gallega mirándola, a lo que Ana carraspea y luego habla:

—Lo siento, lo siento mucho. Ya se lo he dicho todo a Mimi, pero que perdón por como me comporté, mi cabeza estaba hecha un lío e hice las cosas muy mal. Lo que menos quería era perderlas — al decir la última frase nos mira a ambas.

Nunca Dejes de Cantar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora