Parte 39: Observar

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- Llevo diez años aguantando torturas por parte de Orochimaru. - Tras tu confesión la cara de Hidan cambió mostrando lo perplejo que estaba ante ese hallazgo.

- Imposible...

Aprovechando de nuevo su confusión comenzaste a correr hacia él con la vara en la mano dispuesta a atacarlo. Tras varios golpes consiguió arrebatarte la vara y golpearte alejándote de él. Aún en el suelo, comprobaste que te había herido en la parte superior del brazo.

Elevaste tu mirada todavía arrodillada en el suelo viendo como tu oponente se situaba de nuevo en el círculo. Elevó la vara para lamer la sangre que en ella había.

Sabías cómo continuaba el juego así que no tenías mucho tiempo.

Te incorporaste con algo de dificultad y empezaste a correr hacia él con la intención de detenerlo.

Estabas a cinco metros cuando viste que esta vez no iba a atravesar una extremidad, esta vez iba a por todas.

- Esto se ha acabado linda, una lástima.

Dicho eso, con la vara atravesó el corazón sin perder detalle de tus movimientos.

Te quedaste estática, a cinco metros de él con la mano elevada en su dirección, mano que fue bajando mientras algo de sangre escurría de entre tus labios. Con tus ojos abiertos como platos lo observaste mientras caías lentamente de rodillas al suelo.

Intentaste hablar, sin embargo, nada salió de tu boca salvo sangre.

Lentamente tus ojos empezaron a cerrarse y caíste hacia la derecha quedando tendida en el suelo lateralmente escuchando como Kakashi gritaba tu nombre.

- Por mucho que grites ya no va a escuchar nada. Está muerta y no hay solución para eso. - Comentó con una sonrisa burlona para regresar su vista as u compañero. - Kakuzu déjate de holgazanear hay que terminar con esto, es demasiado aburrido. Me cargaré a los tres críos de un solo golpe así que date prisa. No quiero tener que esperarte.

- No me digas como hacer mi trabajo, baka. - Tu oponente comenzó a caminar hasta pararse a tu lado, se agachó para observar tu rostro sin expresión ninguna, con los ojos cerrados y la sangre brotando de tu boca. Retiró un mechón de cabello para observarte bien.

- Sí que es una pena... qué se le va a hacer.

Se levantó observando a los tres jóvenes que lo miraban bastante estupefactos.

- No puede ser... (...)-chan. - Comentó para si la pelirosa que no apartaba los ojos de tu cuerpo inerte.

Hidan sonrió de medio lado al ver que había conseguido infundir miedo a los jóvenes al terminar contigo. Se relamió los labios a la misma vez que tomaba su famosa vara negra que le daba una de las bestias.

Y es que durante toda esa conmoción alguien había sido herido sin darse cuenta.

- Sasuke-kun... estás sangrando. - Volvió a hablar Sakura. El nombrado miró brazo, había aparecido una nueva herida de la que no se había percatado por estar pendiente de como Hidan te mataba.

Observó cómo en su vara caía algo de sangre. Así que había sido eso, una de las bestias se había acercado a él y lo había herido sin darse cuenta y ahora Hidan conseguiría de nuevo hacer su ritual.

Intentó levantarse para detenerlo, pero ya era demasiado tarde. Su oponente ya había dibujado de nuevo el círculo de su ritual, su piel ya había cambiado de color y la vara estaba situada justo señalando el pecho de éste.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora