Parte 12: Oportunidades

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- Jamás pensé que te importáramos tan poco, que yo te importara tan poco. 

Antes de que pudieras contestar a Kakashi, o más bien discutir, ya que toda la conversación se había convertido en eso, alguien entró en la estancia. Ambos mantuvisteis la mirada en el otro sin prestar atención a la recién llegada quién os observaba un tanto sorprendida. 

- Disculpad, ¿interrumpo algo? 

- No, yo ya me iba total está visto que no pinto nada aquí. - Sentenció la discusión caminando hacia la puerta dejándote más que estupefacta y tras cerrarse mantuviste la mirada ahí intentando procesar todo lo que había cerrado. Tus pensamientos fueron interrumpidos por la rubia puesto que se puso al lado de la camilla donde te encontrabas con un tono de preocupación reflejado en su rostro. 

- ¿Estás bien (...)-chan? 

- La verdad es que no. 

- No deberías alterarte de esa manera, debes estar en reposo para recuperarte bien de la operación. Dime, ¿qué ha ocurrido con Kakashi? - Interrogó la rubia con bastante curiosidad. 

- Se ha enterado de que me he sometido a la operación y de que lo sabía antes de que se fuera. 

- Y de que no le dijiste nada antes de la misión. - Concluyó comprendiendo el enfado del peli plateado. 

- Así es. 

- Entiendo que se enfadara, pero tendría que escuchar los motivos que tuviste. - Refutó intentando apoyarte puesto que podía percatarse de lo afectada que estabas en ese momento. 

- No creo que me escuche. 

- ¿Por qué no? - Preguntó un tanto confusa ya que el shinobi al que conocía era una de las personas más pacientes y comprensivas que había conocido en su vida. 

- ¿Has visto como se ha ido? ¿Alguna vez lo habías visto tan enfadado y que lo haya mostrado? 

- Ahora que lo dices no, siempre es muy calmado y si se enfada no suele mostrar sus sentimientos a los demás. - Contestó pensativa recordando el anterior comportamiento del shinobi. 

- Así es, así que imagínate lo molesto que debe estar conmigo para que discutiéramos así. - Comentaste agachando la mirada, notándose la tristeza en tu voz y en tus ojos ocultos por tu cabello. La rubia te observaba de pie sin saber que decir, encogiéndose su corazón a la vez que sentía tu tristeza en su propia piel. 

- No te preocupes, seguro que atiende a razones. 

Te limiste a elevar tu mirada hacia la ventana viendo el sol en lo alto del cielo iluminando todos los colores de la naturaleza. 

- No sé qué decirte Tsunade, parecía demasiado enfadado y todo lo que ha dicho... 

- Cuando uno está enfadado no mide sus palabras y dice lo primero que se le pasa a la cabeza, seguro que después lo lamentará. - Intentó reconfortarte con su respuesta, aunque no lo consiguió mucho. 

- Lo que me preocupa no es que lo haya dicho, sino que si es lo que realmente piensa de mí. 

- Seguro que no es así, él te conoce desde siempre. 

- Conoce a la chica que era antes de ser secuestrada, puede que tenga razón y que haya cambiado. - Aclaraste con el mismo tono de voz bajo mostrando tu dolor. 

- No conozco cómo eras antes, lo que sí puedo decirte es que ahora eres una estupenda persona y luchadora. No cualquier hubiera hecho lo que tú hiciste. 

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora