Parte 8: Detalles

179 16 1
                                    

Tsunade acababa de salir de la habitación dónde te hallabas encontrándose que en la pared de enfrente estaba apoyado un ninja. 

- Veo que tu intriga ha sido demasiada como para aguantarte hasta mañana, Kakashi. - Nombró la rubia con una sonrisa de lado hacia el impaciente shinobi. 

- ¿Ya ha decidido? - Preguntó irguiéndose seriamente viendo a su Hokage. 

Ésta simplemente se limitó a mirar al suelo, dio un suspiro para luego elevar su rostro dejando ver una leve sonrisa. Acto seguido le dio la espalda a Kakashi para caminar por el pasillo que llevaba a la salida. 

- Su recuperación será larga y tediosa, pero está en el mejor lugar para curarse. Y con ello no solo ganaremos una buena persona, sino que también ganaremos una gran kunoichi más para nuestras filas. ¿Qué te parece? 

El peli plata suspiró de alivio para luego responder a la mujer rubia. 

- Que tiene toda la razón. 

- Necesita descansar, le esperan días muy duros en su hogar. - Comentó la mujer a modo de despedida dejando al peli plateado junto a la puerta de la habitación donde te encontrabas. 

Se acercó lentamente a la ventana de cristal que estaba en la puerta y que permitía ver parte de su interior. Al asomarse pudo ver la cama donde yacías descansando, parecías dormida puesto que no te movías y no podía ver tu cara. Una sonrisa tierna se dibujó en sus labios bajo la máscara. Su corazón latía tranquilamente, aliviado después de tanta tensión. Y con las manos en sus bolsillos se fue alejando lentamente de ese lugar. 

La luz que entraba por la ventana procedente del sol fue lo que provocó que despertaras. Por primera vez en mucho tiempo habías logrado dormir en condiciones cosa que provocó que una sonrisa de oreja a oreja se dibujara en tu rostro. Las cosas por fin habían cambiado de rumbo, a uno mejor, pero ese no era motivo para relajarse. Estiraste tus brazos hacia arriba a la vez que bostezabas para poder despertarte un poco más. Te incorporaste para sentarte en la cama, cruzaste tus manos encima de tus piernas y luego miraste por la ventana. 

Era cierto que todo estaba cambiando, que habías regresado a la villa, que te habían aceptado, revisado y que habías superado las pruebas. Era cierto que las noticias habían sido lo más buenas posibles, incluidas las noticias con respecto a tu salud. Después de tantos años bajo los cuidados intensivos de Orochimaru era imposible que estuvieras en perfecto estado. No obstante, eso no era suficiente para deprimirte, para tirar la toalla, para rendirte. Porque no había esa posibilidad, seguirías adelante costase lo que costase, no era momento para dar vuelta atrás. 

Unos pequeños toques en la puerta hicieron que perdieras el hilo de tus pensamientos, por la puerta ya entraba esa mujer rubia que la noche anterior te había dado un atisbo de esperanza para tu situación. 

- Buenos días Tsunade-sama. 

- Buenos días (...), ¿cómo te encuentras hoy? 

- Mejor contando con que esta noche he dormido como hacía años que no dormía. 

- Me alegra escuchar eso, en breves te daremos el alta y podrás ir a tu nuevo hogar, espero que sea de tu agrado. 

- Cualquier lugar es bueno si está en esta villa y sea tranquilo. 

- Puedes estar tranquila, es una zona de casas para ninjas, además habrá alguien que conozcas como vecino, así que no debes preocuparte por eso. Con respecto a tu estado, seguiré estudiando qué puedo hacer creo que en un par de días podré decirte algo claramente. Pero de momento lo único que se me ocurre es una operación. 

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora