Parte 44: Al fin nos conocemos

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Después de unas cuantas horas, horas en las cuales el sol se ocultó escuchasteis como alguien os llamaba. Os levantasteis del sofá donde habíais estado descansando.

- Siento la tardanza, nos ha llevado más de lo esperado. Ahora si estás preparada (...).

Asentiste lentamente mirando el círculo donde tenías que colocarte ahora iluminado por la luna que entraba por la apertura circular en el techo. Antes de dar un paso sentiste una mano que tocaba ligeramente tu brazo. Diste media vuelta para encontrarte con el peli plata. 

- Te estaré esperando, mucha suerte. - Asentiste dándole una leve sonrisa. 

Diste media vuelta y comenzaste a caminar hacia tu posición. Tsunade y Shizune estaba cada una a un lado. Kakashi observaba desde la distancia intentando mantenerse alejado para no interferir, pero con su corazón acelerado por la situación que se producía ante sus ojos. Delante de ti te encontraste a Inoichi con una mirada bastante seria. 

- ¿Estás preparada? - Asentiste ante la pregunta. - Yo me encargaré de todo déjame llevarte. Cierra los ojos y cuando te indique que los abras estarás en un lugar oscuro. No te asustes, mantén la calma. Y sobre todo... ten cuidado. Estaré parte del camino contigo, pero ya sabes que no todo. - Asentiste de nuevo recordando la razón por la que Inoichi no iba a ir más lejos, para evitar que el demonio lo poseyera. - Bien, cierra los ojos (...). 

Tal y como te había indicado cerraste tus ojos, respiraste hondo mientras él realizaba una serie de sellos y comenzó su técnica. Las otras tres personas no perdían detalle de lo que allí estaba ocurriendo. 

Sentiste una pequeña presión en tu cuerpo y cómo se volvía más ligero. Tenías ganas de abrir los ojos para saber qué ocurría, pero recordaste lo que te habían indicado, nada de abrir los ojos hasta que el rubio te lo indicara. Al cabo de unos segundos escuchaste una voz. 

- Abre los ojos (...). 

Abriste los ojos y tal y como te había dicho todo estaba oscuro, sentiste como tu cuerpo comenzaba a descender hasta dar con algo sólido sobre el que tus pies aterrizaron. Miraste a tu alrededor sin poder ver nada más que oscuridad y entonces sentiste una presencia a tu lado y como una mano se posaba en tu hombro. Diste un respingo por ese contacto y al girarte te encontraste con un rubio sonriente. 

- Siento asustarte, tendría que haberte avisado. 

- Tranquilo Inoichi, no ha sido nada. 

- De momento todo ha salido bien. Ahora tendremos que acercarnos un poco. 

- Bien. - Asentiste caminando un par de pasos por detrás de él por aquel sendero que no podías ver. - ¿Por qué no podemos ver nada? 

- Este es el límite del alcance del área donde se encuentra sellado. Con cada paso que damos hacia él esta oscuridad se vuelve más densa y pesada. Todavía no debes de sentirlo por lo que puedo comprobar por tu estado físico, sin embargo, yo no puedo decir lo mismo. - En el momento que terminó la fase te fijaste que había comenzado a disminuir la marcha y su voz sonaba cansada, así como que su respiración era más notoria. 

- ¿Estás bien Inoichi? 

- Sí, aún puedo seguir un poco más. 

- ¿Hasta dónde puede alcanzar su poder? 

- No estoy seguro, pero creo que con esto te puedes hacer una idea ¿no? - Preguntó mirando hacia atrás por encima de su hombro con una sonrisa forzada intentando tranquilizarte. 

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora