Parte 49: Visión periférica

40 5 4
                                    

- Menos mal que llegas estuve a punto de irte a buscar.

- Pensé que ya estarías dormido Kakashi. - El nombrado se incorporó en la cama para observarte detenidamente. - ¿Pasa algo?

- Después de la explicación que les distes a los chicos sobre lo que pasó en la pelea sigo con la mosca detrás de la oreja en un asunto.

- ¿De qué se trata? - Preguntaste sentándote en el borde de la cama sin apartar la mirada.

- ¿Qué fue lo que pasó en la pelea? - Lo miraste sin saber a qué se estaba refiriendo, después de todo ya explicaste con detalles lo que había pasado cuando el demonio tomó posesión de tu cuerpo. - No comprendo de todo lo que pasó en la batalla, me estaban atacando jutsus que no era capaz de ver.

- Eso... fue algo de lo que no estaba completamente segura hasta hace poco.

- Cuéntame, por favor. - Pidió palmeando el lado de la cama que estaba vacío indicándote que te metieras.

Sin dudarlo te sentaste un poco más cerca de Kakashi sin dejar de observar esos ojos tan característicos en él.

- ¿Recuerdas cuando al ir casi me choco con un tronco?

Una carcajada sonó por parte del peli plata.

- Cómo para no acordarme, me extrañó que casi te chocaras, pero eres algo despistadilla. -Inflaste tus mofletes un tanto enfadada por su reacción.

- No fue mi culpa, cuando miraba la discusión de los chicos no dejaba de ver por el rabillo del ojo el camino por donde estaba pisando y créeme que no vi ningún tronco hasta que tu advertencia me hizo mirar al frente y encontrármelo a escasos centímetros. - Ahora tenías toda la atención del peli plata que te observaba con mucha curiosidad.

- ¿No lo viste de reojo, pero sí de frente?

- Así es y cuando lo bordeé me di cuenta de que volvía a pasar lo mismo, a parte, de que una energía bastante peculiar emanaba de él. Cuando estabas peleando eso mismo era lo que estaba pasando. Ciertas cosas solo se pueden ver de reojo y otras solo se pueden ver de frente. Las sitúan según la forma general de observar, es decir, cuando vas caminando lo habitual es mirar hacia delante, de esa manera se vería el árbol, pero no si lo miras de reojo. Lo mismo pasó en la pelea, lo normal es que mires al frente esperando el ataque de tu oponente y no ver lo que hay a tus lados, eso fue lo que deduje.

- ¿Lo sabías cuando peleamos?

- Solo lo sospechaba, me lo confirmó ahora un grupo de aldeanos que vi desde la ventana. Pasaba exactamente lo mismo a parte de esa energía que desprenden. - Comentaste bastante confusa por no saber la razón por la que estaba ocurriendo ese extraño fenómeno.

- A partir de ahora lo tendremos en cuenta cuando los enfrentemos. - Solo asentiste ante ese comentario. - Aun así, me preocupa más otra cosa.

- ¿El demonio? - Él asintió suavemente sin dejar de observarte. - Yo también estoy preocupada, pero en ese momento no me quedaba otra manera para protegeros. Si vosotros no habíais podido con todos ellos, yo mucho menos conseguiría derrotarlos. Por muy recuperada y avanzada que esté en mis entrenamientos sé reconocer mis límites. Solo podía pedirle ayuda a él y por la cuenta que le traía lo haría. Después de todo, si yo moría... él también lo haría.

- Aun así, es bastante arriesgado, pero me alegro que lo hicieras porque sin eso puede que no estuviéramos ahora con vida.

- No sé si eso sea así, pero me dio bastante miedo.

- Era algo nuevo y algo desconocido es normal que te diera miedo.

- Más que eso, tenía miedo a haberos hecho algo. Kakashi... casi te hago daño, casi te mato y eso jamás me lo perdonaría. Si te llego a hacer algo...

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora