🐺|| I, I got my eyes on the prize
Fight 'til the day that I die
Can't knock me down and that's why
I got 'em all the way up
- Todo es diferente cuando te
...
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Harper POV
El brazo de Deucalion se alejó inmediatamente, dejando libre a Melissa.
- Conoces a mi madre.
- No es momento de hablar, llévame a la terraza señora McCall.
Sin dar ninguna explicación, Melissa salió por la puerta llevándose con ella al alfa. Yo me quedé quieta aún en shock por lo que acabo de ver. ¿Quién era él para mi madre? ¿Por qué se conocían? Después reaccioné y los seguí a paso apresurado.
Llegamos a la azotea y terminamos delante de un póster de electricidad, que incluía una palanca. El alfa tiró de esta.
- Gracias, habéis sido de mucha ayuda.
- ¿Y ahora qué? ¿Qué quieres de nosotras?
- ¿Vosotras? Sois mi gesto de buena voluntad.
- ¿Qué? -pregunta Melissa-.
- Va a buscar a tu hijo, hazte un favor, ten cuidado por ahí.
La morena me miró y yo le indiqué que se fuera, así hizo, quedándome a solas con él.
- ¿No te apetece ir con tus amigos?
- No hasta que me digas de que conoces a mi madre.
- No sé qué habrás visto, pero no tengo ni idea de quién me hablas.
- Sí lo sabes, de Hayley. Era un alfa, cómo tú.
- Algunos alfas nos conocemos entre nosotros, ahora será mejor que te marches si no quieres que tus amigos mueran.
- ¿Así sin más? ¿Me dejarás ir sin nada a cambio?
- Exacto, corre pequeña bruja.
Sus ojos se volvieron rojos y no tuve más opción que irme de allí, por el mismo camino que Melissa había ido. Mi mente reproducía una y otra vez la especie de visión que tuve al tocarle, la sonrisa de los dos, eso era más que simples conocidos. Por otra parte, llegaron a mi cabeza las palabras de Deaton, "sé de alguien que no quería hacerle daño" eso dijo cuando Stiles y yo descubrimos que mi madre se juntó en algún momento con la manada de alfas. Tal vez Deucalion era esa persona, y estaba dispuesta a averiguarlo.
Caminaba por los pasillos del hospital, resultaba algo tétrico, todo estaba hecho un caos, cosas tiradas, arañazos en algunos lugares de las paredes, casi todo a oscuras de no ser por las luces de emergencias, las cuales algunas parpadeaban. Seguí andando hasta que escuché unas voces, al parecer venían de la recepción del hospital.
Me acerqué más para ver si podía distinguirlos. Cuando me asomé un inmenso alivio me cubrió todo el cuerpo.
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