Aunque intenté, no pude dormir, de pronto el cuerpo comenzó a dolerme, era simplemente insoportable, justo como cuando era una niña, cada vez me dolían más el abdomen y las extremidades, tenía tan oprimida la garganta que no podía gritar ni respirar normalmente.
Era cómo si me estuvieran golpeando con fuerza, y no podía llorar ni avisar de ninguna manera lo que sucedía, traté de levantarme de la cama, pero las piernas no me soportaron el peso y me caí el suelo. Mi madre entró en mi cuarto segundos después y me ayudó a volver a la cama.
Cuando eso sucedía, mi madre o mi padre solían sentarse a mi lado y ponerme paños fríos para que se me pasara la fiebre, no podían hacer más, ningún analgésico servía, ningún doctor tenía explicación a lo que me sucedía. Por suerte para mi, el dolor dejó de aumentar a las dos horas, anteriormente duraba todo un día.
A la mañana siguiente encontré a mi madre preparando el desayuno en la cocina, me costó bastante llegar hasta allí. Me dolía todo el cuerpo, tenía fiebre y mareo, además de una jaqueca espantosa.
Pero a pesar de mi deplorable estado, mi madre estaba de muy buen humor y tarareaba; de cierto modo eso me molestaba, por que en ese instante ella creía que yo no vería más a Peter y que empezaría algo con Lucas, lo cual no sucedería por mucho que yo la quisiera a ella.
- Buenos días - Le dije con una sonrisa un poco forzada.
- ¿Cómo te sientes?
Me senté en una butaca lentamente.
- Aún me duele bastante - Ella me miró comprensiva.
- Será mejor que te quedes hoy, linda - Asentí aliviada y ella siguió hablando mientras preparaba el desayuno - Tal vez una noticia te haga sentir mejor.
- ¿Noticia? - Pregunté algo nerviosa.
- Adivina quien nos invitó a cenar.
- ¿Lucas? - Pregunté con honesta emoción.
- No, Jack, íbamos hoy a cenar, pero como le dije de tu condición dijo que se podía aplazar a mañana, ¿No te parece muy dulce?
Asentí desconfiada.
- ¿Crees sentirte mejor para mañana en la noche? - Mi madre se veía bastante emocionada.
- Oh vaya, de acuerdo, haré lo mejor que pueda - No es que Jack no me gustara, pero la idea de verlo no me emocionaba mucho.
- Excelente. ¿Puedes quedarte sola?
Noté que la pregunta no era tan preocupada como parecía.
- Si, claro, creo que lo peor ha pasado.
- Bien, me alegra.
Desayunamos mientras ella me hablaba sobre el trabajo y sobre varias cosas respecto a Jack, le presté la mejor atención que pude, ya que el dolor que sentía no me dejaba pensar en nada.
Despedí a mi madre con la mejor cara que pude, caminé un poco hacia la cocina y tomé unas pastillas para el dolor de cabeza, y de pronto escuché a Peter a en mi cabeza, aunque con eso el dolor aumentó. "Necesito verte", dijo. Hubiera respondido de inmediato, pero su voz estaba cansada y parecía tener verdadera necesidad. La cabeza me dolió aún más, aunque no me importó, algo no andaba bien.
Llegué al patio trasero de mi casa y miré por todas partes, allí no estaba Peter, la cabeza me dolía demasiado, pero aún así pensé con fuerza en su nombre esperando que él me oyera. No pasó nada.
Me dispuse a irme, pero escuché mi nombre a mi espalda, al voltear, vi que allí estaba Peter, estaba de pie, su expresión era neutral y no dijo nada. Con un suspiro de alivio al ver que mis sospechas eran falsas, caminé lo mejor que pude disimulando el hecho de que aún me dolía y fui a sus brazos
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Fire & Ice
RomanceFuego y Hielo. Hombres lobo y Vampiros. Opuestos naturales. Estar en el medio de ambos ha de ser horrible, pero, ¿Qué sucede cuando el destino elige para ti el bando que no querías? Alice Knight es una chica normal, aunque su vida no lo es del todo;...