Capítulo 23: Promesa

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Ahora si cumpliré mi promesa y subiré un capítulo cada miércoles, esta es la primera vez que les escribo antes del capítulo así que no estoy muy segura de qué decirles. Por ahora tenganme un tris de paciencia... Espero les guste este capítulo. Reaparece un personaje !

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Salí al atardecer. Caminaba con cautela y me concentraba en los pasos que daba, pensaba en el sonido de mis zapatos desgastados al chocar con el suelo.

Mientras me adentraba en el pueblo, me encontré con que casi no había gente a mi alrededor, era un pueblo pequeño y pronto anochecería así que las personas ya debían de estar en sus casas o a punto de salir del trabajo, me alerté un poco al pensar en esa última posibilidad, así que busqué rápidamente una papelería.

Un chico de mi edad atendía y al acercarme tuve las ganas de ir por él, me imaginé a mi misma saltando el mostrador, tomarlo con fuerza y morder su cuello; el horror fue tal, que pude contenerme, después de unos minutos entré al establecimiento. El chico se quedó boquiabierto al verme, supuse que mi nueva belleza vampírica era la que causaba ese efecto.

- Hola - Dijo el chico con voz nerviosa - ¿En que puedo ayudarte?

Lo miré directo a los ojos y se quedó observándome un rato, vi su cuello por un segundo pero me mordí la lengua para contenerme y saqué mi celular poniéndolo en la mesa que separaba al chico de mi.

- ¿Podrías imprimir las fotos de este celular? - Me sorprendió mi voz, era melodiosa y sexy.

- Por ti lo que sea - El chico me guiñó un ojo mientras se dirigía al computador antiguo y sacaba un cable para conectarlo. Me sorprendió que un computador así pudiera hacer eso - ¿Eres de por aquí? Nunca te había visto.

- Si, acabo de llegar - Tenía que mentir, y dije lo primero que me llegó a la mente - Vine a visitar un familiar.

La maquina empezó a imprimir, tenía bastantes fotos en el celular y supuse que demoraría un rato, el chico me miraba, coqueteaba conmigo, y eso rara vez me pasaba, más que todo por que nunca me había gustado llamar la atención.

- Espero que te quedes un buen tiempo. Podrías venir a visitarme y podríamos salir un día de estos.

- ¡Ray! Deja de coquetear con los clientes - Era una voz femenina que venia de arriba, unas escaleras comunicaban con el segundo piso; reí por que era el mismo nombre de mi gato.

Cuando la maquina terminó de imprimir, le sonreí al chico que se sonrojó al instante, con paso nervioso tomó las fotografías y las metió en una bolsa, en ese instante me di cuenta de que no tenía dinero para pagarle.

- Esto... - Dije buscando en mis bolsillos, sabiendo que no encontraría nada.

- Está bien, vas a quedarte un tiempo aquí, ¿No? - Asentí - Puedes pagarme luego.

- ¿De verdad? - Él sonrió como respuesta - Gracias.

Tomé la bolsa y le sonreí al chico antes de irme, por lo menos tenía mis fotos y eso era lo único que importaba, las miraba mientras caminaba, estaba la foto de Peter conmigo, también habían fotografías de Anna y yo en la escuela, una de Lucas y yo en el parque, una de mi madre y una de mi padre conmigo cuando era una niña. Sonreí, allí estaban todos los que me importaban, había valido la pena todo el esfuerzo. Abracé las fotos en mi pecho, eran lo más preciado que tenía junto al collar que me dio Peter.

No me costó mucho encontrar el camino de vuelta, no corrí, sólo caminaba, sentía la brisa y escuchaba como los árboles se mecían, un sonido que a pesar de mi cambio y de donde estaba seguía gustándome, no tenia sed de sangre así que estaba completamente tranquila. Bueno, en teoría, por que extrañaba mi hogar, a mis amigos y a Peter, su recuerdo era el que más me dolía, por que él debía estar odiándome.

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