Capítulo 27: Reencuentro

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Me dije que era prioridad pensar en lo de Lucas, pero no de noche, de noche los oscuros pensamientos son los que te rigen, te nublan la mente, tus propios pensamientos se vuelven contra ti; el silencio te hace sentir aún más sólo y salen a flote las peores decisiones.

Así que la mañana siguiente, antes de ir a trabajar y con lo brillante y fresco del inicio del verano, me dispuse a dar un paseo por el bosque, al principio iba caminando, pero terminé corriendo. El viento me golpeaba el rostro, era una sensación liberadora y me despejaba la mente.

No supe hacia donde, ni por cuanto tiempo corrí, pero me detuve al sentir que ya me había alejado bastante y que era mejor que volviera para ir a trabajar con Rose.

Iba a iniciar la carrera de regreso, cuando vi una sombra pasar a mi lado, puse en alerta todos mis sentidos, había un animal que me estaba dando caza.

Temerosa de que fuera un lobo, me detuve, tenía que ver qué era lo que se venía detrás de mi, antes de decidir si atacar o escapar.

Me reí de mi misma al ver una manada de lobos comunes y corrientes tratando de rodearme, había uno, el que podría decir que era el alfa que me miraba como su próxima presa, era de un color negro, me dio nostalgia tan sólo con verlo.

Iba a quedarme más, pero un lobo a mi espalda iba a saltar sobre mi, por lo que empecé a correr. Segundos después, había dejado a la manada atrás.

Llegué con Rose diez minutos después de que abriera la librería, eso, mas o menos me daba una estima de lo mucho que había corrido. No me sentía muy cansada, pero tenía esa sensación de satisfacción cuando se hace ejercicio.

- ¿Cómo te fue ayer? - Preguntó Rose - Supe que Connor estaba de visita.

Rose no dejaba de sorprenderme, ¿A cuantos vampiros conocía? Me pregunté si no conocería a algún hombre lobo, pero como le había contado mi historia con Peter, me dije que si fuera así, ella me lo hubiera dicho.

- Bien - Le respondí mientras acomodaba unos libros que habían llegado el día anterior. Ella me miró con una ceja levantada.

Sin poder ocultarle nada, terminé contándole lo que había sucedido con Lucas la noche anterior, le expliqué lo que sentía lo mejor que pude, era todo tan confuso que ni yo misma lo entendía.

- Complicado - Dijo Rose cuando terminé - Quisiera ayudarte, pero eso es algo que tienes que descubrir por tu cuenta.

- Lo sé, pero gracias por escuchar. Desahogarme también funciona.

Ella sonrió y después de eso no hablamos más del tema, pasamos un día tranquilo y normal, era viernes, por lo que la mayoría de las personas tendría algún plan y eran pocos los que iban a la librería. Rose estaba cansada así que cerramos temprano, dos horas antes del atardecer.

La acompañé a su casa, y aunque mi plan principal era quedarme en casa y hablar con Anna y con Lucy, ya que esta última me dio su correo electrónico; decidí ir de nuevo al lugar donde había encontrado a esa manada de lobos.

Traté de recordar por donde había ido, y después de correr bastante por media hora, y dar unas cuantas vueltas por ahí, logré llegar. Era parecido a mi escondite del bosque, los árboles formaban un círculo en el que había algunas flores y césped.

Respiré el aire puro del bosque, me hacia sentir tranquila y segura. Era lo que necesitaba para pensar, me recosté en el suelo para mirar el cielo. Cuando estaba totalmente relajada, escuché un ruido a mi izquierda.

Agudicé el oído, eran pisadas, aún no estaba muy acostumbrada a asociar el sonido con el tamaño, por lo que para mi, podía ser algo muy grande, o algo muy pequeño.

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