Así pasaron seis años, acababa de cumplir doce años, en los que mi vida estaba lejos de tener preocupaciones o sufrimientos, una vida bastante normal, que dejaría de serlo cuando un nublado día de invierno, la tragedia nos sucumbió a mi y a mi madre. Un coche negro llegó a la casa, lo vi por la ventana y bajé al primer piso con curiosidad, un hombre alto y con traje oscuro tocó el timbre, mi madre dejó lo que hacía en su estudio y fue a abrir la puerta, no escuché ninguna palabra hasta que un sollozo desgarrador, proveniente de mi madre, rompió el silencio, asustada me acerqué a ella sin saber muy bien qué hacer.
- Lo siento mucho - El señor del traje hablaba con una voz grave y entregó una carta a mi madre, se despidió en silencio y tan pronto cómo llegó, así se fue.
Al cerrar la puerta, mi madre, aún llorando, se sentó en el sofá, sin decir nada y con el miedo en las venas, me acomodé a su lado, esperando una explicación, pero ella no parecía verme, sus manos temblaban y no podía abrir la carta, su cara estaba pálida y sus ojos se hincharon rápidamente después de tanto llorar. Después de verla de esa manera durante un buen rato, no pude resistir hablar, yo también lloraba, aún no muy segura del por qué.
- Mamá, ¿Qué sucede? - En ese momento ella pareció verme como si acabara de percatarse de que me encontraba allí.
- Ay mi niña - Me acarició el cabello - Me temo que de ahora en adelante solo estaremos tu y yo.
- No entiendo - Ella me abrazó con fuerza y después de unos momentos, con la voz rota, habló.
- Tu padre ya no va a volver, él ha... - Tragó saliva - ha...
No pudo terminar la frase por que empezó a llorar de nuevo, no era tan niña cómo para no comprenderlo, mi pequeño y frágil corazón se rompió en mil pedazos y mi madre y yo estuvimos así abrazadas llorando sin saber qué más hacer.
Me aterraba el hecho de que no volvería a ver a mi padre, lo que más extrañaría era cuando me leía, solíamos hacerlo bajo la sombra de un árbol de nuestro escondite, así fue como él me apasionó por la lectura. Eso no volvería a suceder, ya no escucharía sus consejos, ni sus historias, no estaría allí cuando me graduara o cuando me casara. Todo eso me llenaba el corazón de una pena profunda.
En el funeral muchas personas le daban el pésame a mi madre, varias que yo no conocía, exaltando cualidades de mi padre y hablando maravillas de él, varios de ellos hipócritamente, además de que al hacerlo, me miraban con lastima y eso me frustraba, no lo hacían más fácil para mi ni para mi madre y cualquiera que nos hubiera visto tenía que haberlo notado.
Nunca tuvimos velorio ya que mi padre murió en una explosión, por lo menos nos dijeron que fue instantáneo así que no sufrió, lo que en cierto modo calmó a mi madre, pero a mi no, nada me calmaría, yo quería verlo así fuera por una ultima vez, pero escuché a hurtadillas que su cuerpo había quedado destrozado e irreconocible y que era mejor que no lo viéramos así, que nuestra imagen de él debía ser el de las fotografías y recuerdos, más no la de el cuerpo destrozado.
Las primeras semanas fueron bastante difíciles, mi madre se encerraba en su habitación y apenas comía, yo tuve que arreglarmelas sola, ya que a sus ojos yo había desaparecido. Iba al bosque a sentirme acompañada, era lo único que podía hacer, lloraba muy seguido, pero después de un tiempo, estar allí me aliviaba.
Una sorpresa inesperada nos llegó un mes después, un compañero de mi padre nos visitaba, pero no era de la edad de mi padre, era más bien joven, como de unos dieciocho o diecinueve años, iba en el uniforme de la marina y era bastante guapo. Era pálido, demasiado, pero de alguna manera le quedaba bien, su cabello era rubio con algunos visos oscuros, su rostro parecía sacado de una película, lo más impresionante eran sus ojos, amarillos y brillantes, como los de un gato, mi instinto me decía que corriera lo más que pudiera, me daba una advertencia, pero no estaba segura de qué, así que lo ignoré, después de todo me miraba amablemente y con una sonrisa.
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Fire & Ice
RomanceFuego y Hielo. Hombres lobo y Vampiros. Opuestos naturales. Estar en el medio de ambos ha de ser horrible, pero, ¿Qué sucede cuando el destino elige para ti el bando que no querías? Alice Knight es una chica normal, aunque su vida no lo es del todo;...