Capítulo 25: Visión

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Hola... aquí estoy con un nuevo capítulo, espero les guste, van a saber algo nuevo sobre los vampiros de esta novela ;)

Comenten sus opiniones y preguntas ! :D

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El día siguiente, con un pequeño adelanto de mi paga, Rose y yo fuimos a algunas tiendas para variar mi guardarropa, era un pueblo pequeño por lo que todos la conocían y por ende, lograba conseguir buenas rebajas y todo tipo de cosas, conseguimos cinco camisas y una chaqueta de cuero que una amiga de Rose le iba a regalar a su hija, pero no le había gustado así que ella me lo dio a mi. Rose era bastante hábil cuando hacían preguntas sobre mi, las evitaba de una manera que hasta a mi me sorprendía. Al medio día ella me consiguió un termo de sangre. Tuve que encerrarme en un baño para poder tomarla, por que cada vez que tomaba mis colmillos aparecían, después de un día de ver tantas víctimas en potencia, tomar una bebida así calmaba mi sed.

Cuando ya anochecía la acompañé a su casa, quedaba a un par de cuadras de la librería, íbamos hablando animadamente sobre las personas que habíamos conocido y la buena compra. Cuando de pronto el chico de la papelería se atravesó en nuestro camino, parecía nervioso.

- Hola Rose, y... - Rose me miró como si preguntara, pero solo le sonreí.
- Alice - Dijo Rose.
- Alice, soy Ray - Me extendió la mano y yo reí.
- ¿Qué es tan gracioso? - Preguntó un poco ofendido.
- Tuve un gato con tu mismo nombre, lo siento - Le sonreí en disculpa y él devolvió la sonrisa.
- Está bien, ¿Rose es quien viniste a visitar? - No supe que responder, recordé que le había dicho que vine a visitar un familiar.
- Si - Rose se aventuró - Alice es mi sobrina.
- Vaya - Dijo Ray, escuchamos a su madre llamarlo desde una tienda y Rose y yo no pudimos suprimir una risita - Espero que vengas pronto para pagarme lo que me debes.

Ray nos guiñó un ojo y salió corriendo, ahora tendría que disculparme con Rose.

- ¿Qué le debes? - Dijo con una sonrisa maliciosa.
- No pienses mal, le pedí que imprimiera unas fotografías y me dijo que podía pagarle luego.
- Entiendo - Seguimos caminando - Ahora todos sabrán que eres mi sobrina.
- Perdona - Le sonreí como disculpa - No supe que responderle cuando me preguntó y tuve que inventarme algo.
- Está bien - Dijo después de una carcajada - Me gusta la idea de tener una sobrina en el pueblo. Pero tienes que mostrarme esas fotografías.

Ambas nos reíamos, seguimos hablando mientras caminábamos, le conté sobre mi escuela y sobre el bosque cerca a mi casa. Le tenía tanta confianza que le relaté mi historia con Peter y cómo había acabado todo, sentí que se me quitaba un peso de encima al poder hablarlo y Rose derramó las lágrimas que yo nunca hubiera podido dar.

Agradecía bastante el hecho de haber conocido a alguien como Rose, era como la abuela que nunca tuve, ella conocía bastantes cosas y era muy inteligente, su esposo, a quien había amado más que a si misma, había muerto unos cuantos años atrás. Vivía sola y vi que en cierto modo mi compañía la animaba, ambas nos apoyamos entre nosotras y sabia que podía confiar en ella.

Esa misma noche, estaba en "mi casa", y guardaba las nuevas compras y separaba esa ropa que no me quedaba y que no necesitaría usar para cacería gracias a la ayuda de Rose.

Todo estaba tan silencioso que me sorprendió escuchar un palpitar en aumento, era como el sonido de un reloj cubierto por una manta, o como el sonido que se hace al golpear un tronco hueco. Pensé que estaba escuchando mi propio corazón, pero no, al parecer había un vampiro en mi puerta.

Me dispuse a abrir pensando que sería Charles, pero cuán fue mi sorpresa al ver a Lucas, llevaba unos jeans claros y una camisa polo blanca, y su mirada estaba llena de preocupación. No pude evitar sonreír, estaba igual como lo recordaba, los ojos se me inundaron de lágrimas, al menos él no había cambiado.

- Alice, no llores - Me dijo suavemente, yo sonreí.
- Si, lo sé, Charles me dijo lo que sucede, lo siento.

Dicho eso, no pude soportarlo más y fui directo a abrazarlo, él me recibió con los brazos abiertos y me dio unas vueltas mientras reía conmigo. Charles tenía razón, ver a Lucas fue mejor de lo que pensé, era mejor que no verlo y sentirme sola.

- ¡Alice! No sabes cuán feliz me hace volver a verte - Dijo sin soltarme aún.
- A mi también, Lucas - Lo apreté con un poco más de fuerza, luego él me dio un beso en la mejilla para soltarme y ver mi nuevo hogar, hizo una mueca de lo más de graciosa al ver que la poca luz que había la producían unas velas.
- Bonito lugar - Dijo forzadamente, yo no hice más que reír.
- Lo sé - Me encogí de hombros - Está un poco descuidado pero me ha sido de gran ayuda.
- Puedo imaginármelo, pero creo que te mereces algo mejor - Dijo seriamente.
- Prometo que cuando ahorre lo suficiente conseguiré un lugar en el pueblo para quedarme.
- ¿Has ido al pueblo? - Preguntó asustado.
- Si, pero tranquilo, prometí a Charles que no lastimaría a nadie y he cumplido mi promesa. Inclusive tengo trabajo en una librería.

Lucas me miraba con los ojos bien abiertos, como si estuviera de verdad muy sorprendido, creo que no se esperaba que me las apañara tan bien como vampiro, y además tan rápido.

- No te sorprendas - Le recriminé con un puchero - Gracias a que sabía cómo lograbas controlarte he logrado hacer lo mismo. Aunque no digo que no haya sido difícil.
- Me alivia mucho saber eso, Alice - Volvió a abrazarme, pero esta vez era más dulce, como si no quisiera dejarme ir. Honestamente me sentía un poco incómoda.

- ¿Quieres algo de beber? - Le ofrecí, Lucas me miró con una ceja levantada, y yo asentí. Era sangre lo que le ofrecía.

Lo guié a la cocina donde tenia un termo que Rose me había dado ese mismo día; Lucas no dijo nada, al parecer estaba demasiado sorprendido para hablar, así que decidí explicarle todo.

- Tengo una amiga, es mi jefa y ella me da estos termos - Miré su cara de espanto y añadí rápidamente: - No te preocupes, ella descubrió lo que yo era sin necesidad de que le dijera.
- ¿Cuál es su nombre? - Dijo ayudándome a sacar unos vasos de la alacena.
- Rose - Dije con una sonrisa, Lucas se relajó visiblemente.
- Si, la conozco, es buena mujer. Que alivio que la hayas encontrado - Me sorprendió que la conociera, pero supuse que a eso se refería con que yo no era la primera de mi especie con la que se encontraba.

Cuando tomé un poco de sangre sentí mis colmillos crecer, por alguna extraña razón, tal vez por vergüenza, me tapé la boca con una mano. Lucas me miró frunciendo el ceño.

- Quiero verlos - Anunció - Quiero ver tus colmillos.

Me descubrí la boca y con una extraña mueca le mostré mis colmillos, Lucas sonrió de forma picarona, yo no supe qué hacer, pero él me abrazó.

- No quiero que creas que eres un monstruo, ¿De acuerdo? Tus colmillos son hermosos.

Reí un poco, Lucas, como siempre, me hacía sentir mucho mejor respecto a las cosas.

Después de eso, nos sentamos en el pequeño comedor que allí había y Lucas me contó las últimas noticias.

Anna, habló con la policía y dejaron de buscarme, en ese instante yo era otra chica rebelde que había escapado.

Mi madre estaba alegre de que yo fuera un vampiro, al parecer era lo que siempre había querido para mi, y que Lucas viniera conmigo era como decir que yo ya había crecido lo suficiente para vivir por mi cuenta - Lucas me lo contaba todo con un poco de vergüenza - Ella estaba feliz con Jack y parecía que ellos iban a casarse. Y pensaba que lo mismo sucedería conmigo y Lucas, y aunque él no me lo dijo, estaba bastante implícito en sus palabras.

Anna y Sam seguían juntos, bastante felices y enamorados, de hecho. Pero Anna quería verme y habló con Lucas para que tratara de convencerme, yo le respondí que tal vez aún no, pero que buscaría escribirle y llamarle de ese instante en adelante.

- Lucas... - Empecé a decir cuando terminó, aunque no estaba muy segura de cómo preguntar.
- ¿Quieres preguntarme qué sucedió "esa" noche? - Hizo énfasis en "esa", y yo asentí. Él se puso serio - ¿Segura qué quieres saberlo?
- Si, estoy segura - Le dije con firmeza. Él asintió y comenzó a hablar lentamente.
- Logré escapar de Miranda para ir tras de ti, me encontré con Peter en el camino, estaba herido, pero, como supe después, el esposo de su hermana evitó que lo mataran. Luego, a pesar de que estaba herido y no podía transformarse, nos dividimos para ir a buscarte.

Aunque sus palabras me asustaban mucho y me hacían sentir muy mal, traté de no reaccionar de ninguna manera para que él siguiera hablando.

- Alice, no puedo explicarte esto con palabras - Continuó - ¿En verdad quieres saber lo que sigue? - Me preguntó algo nervioso pero yo asentí - Muerdeme.
- ¿Qué? - Exclamé espantada.
- Si tomas mi sangre y te concentras en lo que quieres saber, lo verás con tus propios ojos - Después de que yo no dijera nada, él continuó - Nuestra sangre contiene recuerdos que podemos compartir con otros vampiros.
- De acuerdo - Suspiré profundo - Lo haré.
- Lo verás desde mi perspectiva. Así qué no te asustes.
- Bien, entiendo - Dije más calmada de lo que parecía.

Lucas se sorprendió, pero no rechistó, se puso de pie, yo igual y estábamos frente a frente, decidí que hacerlo rápido era lo mejor,  pero no sabía cómo, Lucas sonrió y me abrazó, su cuello quedó a escasos centímetros de mi boca. Traté de no pensar en nada cuando sentí que me crecían los colmillos y lo mordía con los ojos cerrados.

Sentí un jalón en el estómago antes de abrir los ojos, vi que era de noche y el bosque estaba frente a mi, corría, pero no era yo la que lo hacía, al parecer, como dijo Lucas, lo estaba viendo desde su perspectiva.
Tenía miedo ya que yo no era la que controlaba el cuerpo, pero me dije que era como si estuviera viendo una película y que si me rendía, Lucas no me dejaría volver a intentarlo.
Me concentré en lo que veía más que en lo que yo sentía, eso vendría después.

Cuando yo, es decir, Lucas dejó de correr, logró ver una figura en el suelo, una chica con un pedazo de madera enterrada en un costado, sangraba mucho. Lucas se arrodilló a su lado y tomó su mano. Me sentí como una tonta al darme cuenta de que no me había reconocido a mi misma.

Siguió la escena en la que él me mordía, eso podía recordarlo muy bien, así que preferí no mirar, pero cuando Lucas se separó de mi cuerpo, presté mucha atención. Eso era lo que quería ver.

Con fuerza, Lucas sacó el trozo de madera de mi cuerpo y me levantó en brazos, y salió corriendo. Lucas me miró mientras corría, lo que me permitió ver a mi yo pasado con detenimiento, de verdad parecía muerta, estaba blanca y tenía los labios morados, no parecía respirar y no lograba escuchar un palpitar. Por un segundo me pregunté si no había muerto.

Lucas llegó a un lugar pequeño, en el que recordé, era el lugar en el que había despertado. Él me colocó suavemente en el suelo y apoyó mi cabeza en sus piernas, me acariciaba el cabello con delicadeza y tarareaba una vieja canción de cuna. Sentí mucha lástima por él, Lucas había sufrido tanto como yo.

De pronto, Lucas miró al bosque, una figura con la ropa rasgada y sangrada apareció. Mi corazón se detuvo cuando vi que era Peter.

Su cara palideció terriblemente al ver mi cuerpo inerte, su cara no mostraba ninguna emoción, simplemente caminó un poco cojo en mi dirección y se derrumbó de rodillas al frente de Lucas y mi cuerpo inmóvil.

Lucas me miró una última vez antes de acomodarme de tal forma que Peter pudiera tomarme en sus brazos, cuando eso sucedió, su cara cambió drásticamente a una cara desesperada, lanzó un grito al cielo y luego me sostuvo fuertemente contra su pecho. Me besó en la frente y en los labios, susurrando incoherencias, sobre que era su culpa y que él moriría conmigo, también lloraba.
Mi corazón se partió en mil pedazos, ver a Peter sufriendo de tal manera me hacia sentir culpable, él no se merecía eso.

- ¡Dime que no lo hiciste! - Le gritó Peter a Lucas - ¡Por favor, dime que no lo hiciste!
- Tenemos que irnos - Escuché que Lucas decía - No es seguro.

En ese instante sentí ese jalón en el estómago y volvía a estar en la casa del bosque, en los brazos de Lucas.

- ¿Hacer qué? - Le dije.
- ¿De qué hablas? - Me preguntó asustado - ¿Estás bien?
- Si, estoy bien. Logré ver lo que sucedió después de mi transformación. Peter estaba allí, te pidió que le dijeras que si lo hiciste, pero...

Al ver el rostro de Lucas, preferí no preguntar, por la expresión que tenía, supe que no me iba a gustar la respuesta.

- Olvídalo - Le dije - Prefiero no saberlo.
- De acuerdo - Asintió - ¿Quieres que me vaya?
- ¿Por qué querría eso?
- Tal vez quieras estar sola después de lo que viste.
- No, eso no sería lo más conveniente - Admití - Pero estoy cansada. Quisiera dormir un poco.
- Es normal, es la primera vez que haces algo así, no estás acostumbrada - Él sonrió en forma de apoyo.
- Si quieres mañana iremos a visitar a Rose - Le sonreí tratando de no demostrar lo destrozada que me sentía por dentro.
- Sería genial - Dijo y yo me aparté de él y señalé uno de los cuartos.
- Puedes quedarte allí, el mío es el que está al fondo.

Me despedí con una seña y me fui a mi habitación, él no me siguió por suerte, me cambié sin pensar en nada y me acosté en la cama. Me dije que no debía llorar, no podía volver a hacerlo, era peligroso si despertaba mi sed.

Me dolía el pecho y cuando cerraba los ojos veía la imagen de Peter en mi cabeza, con su mirada consumida por el dolor y la desesperación. Por suerte, como vampiro podía, por así decirlo, hacer click en mi cabeza y caer profundamente dormida.

A la mañana siguiente, fuimos juntos a ver a Rose, me concentré en eso un cien por ciento, si pensaba en Peter rompería en lágrimas y eso no era conveniente.

En la calle la gente nos veía, me reí al pensar que debíamos parecer bichos raros, Lucas me miró comprendiendo,  él ya debía de estar acostumbrado a eso.

Al llegar, a la librería, Rose se sorprendió al vernos, me dijo que me veía muy bien con la nueva ropa que tenía y luego vio a Lucas a mi espalda y lo saludo como si fuera un viejo amigo.

- Gracias por cuidar de Alice - Dijo Lucas, Rose le sonrió.
- No hay por qué - Dijo ella, luego miró a Lucas de una extraña manera - ¿Tu eres el chico de que ella me habló verdad? El que conocía a sus padres.
- ¿Le hablaste de mi? - Me preguntó Lucas, yo sonreí apenada.

Después de eso, los tres nos quedamos hablando de todo tipo de cosas, Rose nos relataba unas historias muy graciosas y entretenidas, me distraía mucho de lo que había visto la noche anterior, aunque admito que de vez en cuando perdía el hilo de la conversación y recordaba de nuevo toda la escena que vi al morder a Lucas. Si él o Rose lo notaron, les agradecí que no me dijeron nada.

- ¿Tu qué dices, Alice? - Me preguntó Lucas de un momento a otro.
- ¿Sobre qué? - Pregunté un poco perdida, ambos rieron.
- Rose cree que debería volver a la escuela a mis prácticas de fútbol. Pero yo quiero quedarme contigo - Respondió Lucas.
- Estoy con Rose - Admití con una sonrisa - Siempre puedes visitarme los fines de semana. Te mereces ese descanso.
- ¡Te lo dije! - Exclamó Rose.
- De acuerdo - Suspiró Lucas admitiendo su derrota - Pero vendré todos los viernes.
- Me parece bien - Le dije con una sonrisa.

Al anochecer, dejamos a Rose en su casa y con Lucas fuimos al bosque, caminamos un rato mientras admirábamos la noche, justo como hacíamos antes.

- ¿Estás segura de que quieres que me vaya? - Me preguntó seriamente.
- ¡No es que no nos volvamos a ver, Lucas! - Le di un pequeño empujón y él rió - Estaré con Rose entre semana y contigo los fines de semana. Estaré bien.
- ¿Puedes prometerlo? - Me mostró su meñique. Recordaba que él me hacia prometer que no me metería en problemas de esa manera cuando era más pequeña.
- Si, lo prometo - Apreté su meñique con el mío - Saluda a Charles de mi parte, dile que gracias.
- No hay problema, princesa - Me dio un beso en la mejilla y se fue.


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