Will All This End? Parte I

10. Frágil Equilibrio

A pesar de que la conversación resultaba entretenida y ofrecía cierta paz, no podía evitar que un deseo de huir se apoderara de mí. La sensación se agravaba al ser consciente de que estaba rodeado de personas que, de alguna manera, representaban un peligro incluso para sus propios compañeros. ¿Qué opciones me quedaban cuando, de todas las formas posibles, señalaban que yo era un problema para ellos? Los mellizos habían logrado hacerme quedar peor al venir con falsas ideas, no entendía el por qué si podían simplemente decir que nos separamos o cualquier otra excusa lo suficiente creíble como la que dijeron. Pensaba en esas cosas, además, pensaba que era mejor en este momento ¿Huir? ¿Esperar? No lo sabia pero algo debía hacer

Decidí interrumpir la conversación entre ellos para expresar lo que estaba sintiendo. Tal vez así encontraría a alguien que compartiera mi deseo de escapar y buscar a Daryl.

—Lo importante de todo esto es lo siguiente: yo no quiero estar aquí. —A ninguno de los dos les gustó lo que dije, y ambos me miraron molestos.

—¿Por qué? Estás viviendo un lujo aquí y te quieres ir... No hay necesidad de que te vayas —respondió Becka al instante, mientras que Brahim dejó de mirarme.

—Aunque estén conmigo, no soy una persona común. Lo más probable es que sea una prisionera.

—No lo veas tan así; si lo fueras, no podrías ni salir.— Acotó Brahim con soberbia

—¿Se piensan que es cómodo cómo estoy viviendo aquí?

—Estás siendo una más de todos; este es el lugar más cómodo que puedes tener —comentó Brahim a su vez se levantaba, y yo hice lo mismo ya que me incomodaba.

—El lugar más cómodo que estaba teniendo era con otra persona.

—¿Dónde vivías? ¿En la calle? No puedo creer que prefieras una calle ante un lugar como este... Eso es de alguien malagradecido.

—¿Malagradecida de qué, Brahim? Yo no pedí que me buscaran, y lo peor de todo, que me terminen raptando.

—Ah, ¿entonces eras feliz teniendo que sobrevivir en la nada misma? Eres tan imbécil como el primer día que te conocí, y ahora es peor porque terminaste siendo una egoísta.

—¿¡Egoísta!? —No pude evitar enfurecerme, ¿Cómo era capaz de decirme semejante cosa? —¡Fuiste tú el principal que me dejó sola contra esas cosas! ¡Me viste tratando de seguirte y te fuiste sin dudarlo!

—¿¡Qué carajo querías que hiciera!? ¡Íbamos a morir todos!

—¡Preferiste la puta vida de los gemelos y la maldita madre antes que la mía! ¿¡Por qué no me elegiste a mí!? ¡Hubieras intentado algo mínimo al menos!—

Lo empujé con fuerza y él se aferró al mueble para no caer. Cuando notó lo que había hecho, me miró con un gran enojo. Al notar que cerró con fuerza sus manos comencé a retroceder. Intentó acercarse de inmediato, pero Becka lo detuvo, pidiéndole que se calmara. Después de eso, me señaló con el dedo índice y gritó: "No vuelvas a ponerme un dedo encima". Lo miré asustada, consciente de que, si Becka no estaba presente, probablemente enfrentaría consecuencias por mi acción. Sin embargo, Beckalo insultó como poco hombre por querer golpearme pero él, aun mas enojado, negó a muerte que iba a hacerlo "¿Quién mierda crees que soy?" recalcó con soberbia mezclada de furia.

Fue en ese momento cuando me sentí perdida, sin saber qué hacer. Ellos eran los únicos con los cuales mantenía una buena relación y saber que por mi error genere un ambiente similar al que tengo con los demás solo me preocupo mucho más, no sabía cómo ellos podían reaccionar o pensar luego de esto. Actualmente no tenía nada, me habían quitado mi mochila al entrar, y las únicas dos personas con las que me llevaba relativamente bien ahora estaban molestas conmigo.Pensé en disculparme, pero Luis interrumpió, entrando bruscamente. Necesitaba que fuéramos al pozo donde habíamos sacado agua, ya que le habían informado que alguien estaba a punto de dañarlo. Salimos rápidamente de la habitación y llegamos al patio. Brahim nos indicó que fuéramos al auto que Luis había traído y allí fuimos en grupo. Mientras me sentaba en el asiento del acompañante, Becka abría el portón. Brahim se subió al lado del conductor. Quise preguntarle por qué se había sentado allí, pero no fue necesario, ya que encendió el auto y comenzó a dar marcha atrás. Apenas lo sacó, y Becka subió, comenzó a conducir hacia el lugar. Me quedé sorprendida, ya que no sabía que él sabía manejar.