La incomodidad abordaba la situación, el silencio y el orgullo de ambos era lo que más se sentía al igual que todo el enojo que manteníamos guardado internamente, él me miraba recto pero yo evitaba tener contacto visual con él mirando directamente al suelo, yo mantenía la espalda encorvada y los brazos cruzados ya que no quería siquiera tocarme el rostro porque sabía que iba a generar que me dijera algo, me daba muchísima ansiedad no saber qué quería hacer ya que solo estaba sentado enfrentado a mí con sus codos apoyados en sus rodillas y su rostro no tan lejos del mío, sus suspiros eran lo que escuchaba y notaba como se tocaba el rostro como hacía normalmente cuando algo le estresaba, después de tanto silencio llegó un momento en el que él directamente con la yema de sus dedos tocó las partes más marcadas que tenía del rostro, el ojo y la mejilla era lo que se encontraba más hinchado y él obviamente lo notaba sin tener que obligarme a que lo mire, suspiró al darse cuenta que realmente se había pasado su gran mano derecha pero seguía sin hablar y solo se encargaba de observar.
—¿Aprendiste algo por lo menos? — estaba completamente serio.
—No me molestes— le respondí guardándome los insultos.
—Contéstame la pregunta ¿Aprendiste algo o no? —
—Aprendí que con toda tu hipocresía dices que no me golpeas—
—Es que no lo hago—
—Indirectamente sí porque permitiste que tu amigo me golpee como quiera e incluso le dejaste la libertad de que quiera matarme—
—No Alex, no te equivoques. Yo no tengo la culpa de lo que te pasó, yo te dije que tengas precaución de lo que hacías y no me hiciste caso así que hazte cargo de TUS cagadas- quedé en silencio mientras ambos nos mirábamos con total enojo— ¿Cuándo va a ser el día que aprendas a controlar tu estupidez? ¿No ves cómo terminaste? —
—No hubiera terminado así si no permitas que Simon los golpee—
—No vamos a dejar a la gente que mate a la mía como si nada y además queden totalmente impune de lo que hicieron, no pienso volver a tener piedad sobre tus hombres ya que se aprovechan de ello y mucho menos pienso defenderte cuando te repito muchas veces qué hacer y qué no— su tono de voz cada vez estaba más fuerte nuevamente.
—Yo no puedo dejar que te aproveches de su vulnerabilidad—
—Ellos solos se pusieron así de vulnerables ¿En qué cabeza está meterse de esa forma a un refugio enemigo? —
—Ellos quieren salvarme—
—Con razón eres tan imbécil, te criaron igual de estúpida e inútil que ellos ¿No ves que vas a terminar muerta si sigues como ellos? —
—Hasta ahora no morí y tampoco deberías meterte en lo que hago—
—Cuando no me metí murió quien más amaba en vida y no pienso permitir que pase nuevamente. Ella pensaba igual que vos, pensaba que tenía que defender a sus conocidos que no eran capaces de sobrevivir solos hasta que un día no pude defenderla—
—¿Ella era Lucille? — pregunté sin razonar lo que había dicho y él solo me miró.
—Pensaba que harían lo mismo por ella como tú pero se olvidó que era yo quien daba la vida por verla sana. Simplemente quiso defender a su amiga con su bebé de un enfermo que quería matarla tirándolos a ambos en donde estaba repleto de caminantes pero se metió en medio y mientras la mujer corría y sus amigos miraban la situación el hijo de mil puta la tiró a un lugar lleno de caminantes, cuando llegué ya era tarde. ¿Por qué no entiendes que no tienes que hacer eso? —
—Porque no quiero que mueran los que amo y ella habrá pensado lo mismo—
—Pero tienes que pensar en ti y en los demás que se desarrollan gracias a ti, si eres la líder no debes de morir e incluso te tienen que defender ellos—suspiró— ella pensó que no moriría, exactamente como tú, y se arriesgó hasta que terminó pasando, se olvidó de mí y de quienes la seguían en el santuario, además piensa un poco ¿Rick se metió cuando maté a dos de sus hombres y me lleve a dos más? —
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Will All This End? Parte I
Science-FictionOcho años. Apenas contaba con ocho años cuando mis ojos inocentes se encontraron por primera vez con la sombra de la muerte. A los once, fui testigo de cómo mis acciones desencadenaron ese oscuro e inevitable encuentro. Desde ese fatídico día, la mu...