7. Ecos del Pasado

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Era otra persona, en este caso, una mujer con el cabello recogido, intentó taparme la boca y alzarme para llevarme, pero yo forcejeaba con todas mis fuerzas mientras trataba desesperadamente de gritar, a pesar de tener la boca completamente tapada. Con paciencia, comenzó a arrastrarme lentamente fuera del lugar hasta que logré morder su mano, haciendo que me soltara. Mis gritos de auxilio resonaron en el aire, y no pasó mucho tiempo antes de que un disparo rompiera el silencio, dejándome paralizada con pensamientos que inundaban mi mente, preguntándome: ¿Murió Daryl? ¿¡Qué diablos pasó!?

La mujer, obviamente aprovechando la situación, volvió a agarrarme y empezó a decirme cosas horribles, afirmaciones de que él había muerto por mi culpa. A pesar de eso, seguía luchando por mi vida; golpeé su estómago y corrí hacia la cocina, con ella persiguiéndome. Al ser más grande y rápida, bloqueó mi salida, así que fui directo a los cuchillos y me preparé con uno, tal como Javier me había dicho que hiciera cuando me enseñó a defenderme.

Ella empezó a hablarme, pidiéndome que confiara en ella, insistiendo en que Daryl era mi enemigo y que dejara que ella me ayudara. Cuando intentó quitarme el cuchillo, reaccioné cortándole cualquier parte del cuerpo, al menos logrando herirla en el brazo. Se apartó para examinar la herida con la mano y, al ver que sangraba, comenzó a insultarme. Aproveché la oportunidad e intenté correr hacia afuera, pero intentó agarrarme de la remera. Fue entonces cuando directamente se lo clavé en el abdomen y lo dejé allí, abrumada por el horrible sentimiento que me generó hacerlo. Salí corriendo rápidamente para poder alejarme de ella, mi cuerpo temblaba completamente por los nervios, la ansiedad y la adrenalina que sentía en ese momento, provocando que a veces tropezara. Me di vuelta para ver dónde estaba, y la mujer seguía con sus ojos fijos en mí o en sus heridas, desangrándose y necesitando ayuda. Intentó salir también, Pero Daryl emergió siniestramente de detrás de la casa, plantándose en medio de la puerta y bloqueando cualquier vía de escape para la mujer. Su aspecto era aterrador: más despeinado de lo habitual, con mechones de cabello oscuro pegados a su rostro sudoroso, y su campera azul estaba manchada con la oscura evidencia de un enfrentamiento reciente. Las manchas de sangre contrastaban violentamente con el color de la prenda, creando una imagen impactante.
Aunque su apariencia infundía miedo, no para mi, lo miré sin temor, reconociendo en sus ojos la intensidad de la batalla recién librada. La oscuridad en su expresión no era dirigida hacia mí, sino hacia la mujer malherida. Daryl, en su estado ensangrentado, emanaba una presencia imponente pero protectora, como un guardián de la oscuridad dispuesto a enfrentar cualquier amenaza.

—¿Dónde mierda te crees que vas, pedazo de basura? — La empujó, logrando que cayera al suelo mientras rogaba que no la ayudaran. Él nuevamente me miró—. Termina de hacer tu trabajo.

Eso dijo mientras mientras me entregaba el arma, sentí cómo la empuñadura se deslizaba entre mis manos temblorosas. El metal estaba manchado de sangre fresca, un recordatorio gráfico de la brutalidad que acababa de ocurrir. No supe cómo reaccionar cuando él comenzó a gritarme, su furia resonando en mis oídos como un trueno ominoso. El terror se apoderó de mí, y mis manos se aferraron con más fuerza al arma. En ese momento, no supe si temblaba más por el miedo de tener que asesinar a una mujer no convertida en caminante o por la presión insoportable de las palabras de Daryl. Su voz era un eco ensordecedor en mi mente, y su mirada intensa me atravesaba como un puñal. Las lágrimas se acumulaban en mis ojos, pero me negué a dejarlas caer. Me esforzaba por mantener la compostura, pero era como si todo el peso del mundo se hubiera depositado en mis hombros.

Mientras apuntaba a la cabeza de la mujer, los sollozos se quedaron atrapados en mi garganta, luchando por salir. Rogaba en silencio que alguien más tomara esa decisión por mí. Sentí la contradicción abrumadora entre el deseo de Daryl y mi propia incapacidad emocional para hacerle daño a otra persona de esa manera. Coloqué el dedo en el gatillo, y el metal frío bajo mi pulgar aumentó la realidad de la situación.

Will All This End?  Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora