Cap 17.

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Narrador Omnisciente;

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Narrador Omnisciente;

___ estaba profundamente dormida y Satori se encontraba viéndola desde el marcó de la puerta.

— Si Wakatoshi-kun, se quedo dormida... Era obvio, si estuvo llorando, era muy obvio que cayera completamente dormida.

Esté soltó un suspiro al escuchar las palabras del ex As de Shiratorizawa.

— Se que es raro que ella se haya rendido tan fácil, pero también hay que comprenderla, perdió la memoria, no puede recordar al amor de su vida y tampoco sabe...

Que gracias al accidente perdió a su hijo.

(…)

— ¿¡Cómo que mí hermana desapareció!? ¿¡Cómo pudo desaparecer de tu vista Tsukishima!? —le grito exaltado Tobio—.

Kei algo dolido intento pararse pero no tenía las suficientes fuerzas.

Los nudillos rojos y con sangre del contrario estaban siento cerrados en forma de puño haciendo que se le marquen más.

— ¡Yo te pedí solamente un puto trabajo! ¡Y es que ella no se fuera de tu lado!  ¿¡Y que es lo primero que haces!? ¡Es perderla de vista!

El chico se levanto del suelo y con voz grave y algo temblorosa por la irá grito.

— ¿¡Que carajo quieres que haga maldito rey!? ¡Yo tuve que salir para no gritarle y ella se fue!

— ¡Pero fue por tu puta culpa!

Kei no podía negar que también era su culpa.

Pronto esté salió de su mundo cuándo sintió unas manos sujetar su camisa y apretarla haciendo que esté más cerca del azabache.

— Más te vale encontrarla, ¡Por qué para la próxima no sales vivo Tsukishima Kei!

— La buscaré, no importa que... Prometí siempre estar a su lado y eso haré.

— Hjm... A veces eres un puto cursi —dijo el y soltó de forma brusca al rubio— encuéntrala, o te mato.

El Azabache salió de la casa hecho furia y cerro la puerta con fuerza haciendo que las paredes temblaran a igual que algunos objetos.

Tsukishima suspiro y toco su labio roto, solamente consiguió un quejido de su parte.

Fue al baño para quitarse la sangre y curarse algunas heridas.

Al mirarse al espejo se sorprendió con apareció rápidamente un moretón en su ojo derecho.

Miró por abajo de su cuello y notó como marcas rojas casi moradas empezaban a aparecer poco a poco.

El adulto tomó el botiquín de primeros auxilios y de adentró saco una pinza, algodón, pomada y parches.

Saco un pedazo de algodón con la pinza y abrió la pomada para así dejar que algunas gotas de aquel líquido caigan en lo blanco.

Poco a poco empezó a ponerse ello en las heridas.

A veces soltaba uno que otro jadeo de dolor pero aún así seguía con ello.

Pronto heladas lágrimas caían se sus mejillas haciendo que se sacará los lentes para que no se empañen.

— Donde...

¿Dónde carajos estás enana?

¿Dónde carajos estás enana?

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Otro Capítulo, siquesi.

Espero que les haya gustado este capítulo.

Bye bye, muack.

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