Capítulo 15: "My HomeTown"

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Capítulo 15: "My HomeTown"

-¿Por qué estás conduciendo tú?- le pregunté a Emily desde el asiento trasero- y más importante, ¿por qué está Érica en el asiento del copiloto?

Hice un puchero.

-Porque es mi coche- se limitó a decir Érica.

-Porque conduzco mejor que tú- contestó Emily a su vez.

¿En qué momento se me había ocurrido que era buena idea juntar a esas dos? Ahora me estaba arrepintiendo, porque me estaban dando un infierno de día. Desde el minuto en el que Érica se presentó en mi casa conduciendo su Mercedes de color rojo indicándome que ella sería la que nos llevaría a mi casa, supe que no me lo iba a poner fácil.

Mi presentimiento se había cumplido, con el añadido de que Emily se había compinchado con ella para fastidiarme.

Annie soltó una risa.

Definitivamente la niña era ahora mi única amiga en el coche, ella cuando se enteró que era desterrado a la parte de atrás pegó un chillido contenta por estar conmigo y comenzó a pasarme dulces de contrabando.

La había enseñado bien.

-Menos mal que esto es un trabajo de clase- fruncí el ceño- lo único que hemos hecho es ir al zoo.

Annie aplaudió encantada.

-¡Fue fantabuloso!- chilló- me encantan los pandas rojos. Sean, ¿me compras uno?

Asentí.

Yo también quería un panda rojo.

-¡No vais a tener un panda rojo!- gruñó Emily desde su asiento- no es un animal para tener en casa, y ninguno de los dos iba a cuidarlo de todos modos por lo que me tocaría a mí hacerme cargo.

Era cierto, aunque estuviera viviendo en casa lo querría para jugar con él como Annie. Emily sería la encargada de darle de comer, pasearlo, bañarlo...

La dura vida de la hermana responsable.

-Además, yo le estuve preguntando para el trabajo- añadió Érica subiéndose las gafas de sol a la cabeza- tengo todas las preguntas contestadas en el borrador del drive.

Fruncí el ceño.

¿Cuándo había hecho eso?

-¿Cómo? Estuviste todo el tiempo con nosotros.

Érica rodó los ojos.

-No te diste cuenta porque estabas discutiendo con Annie sobre quien ganaría en una lucha de leones y guepardos.

Empecé a silbar, haciendo que Annie se riera.

-O puede que fuera cuando estabas embobado mirando a los delfines- se burló Emily-¿te acuerdas? No parabas de gritar ¡mira eso Emily! ¡Ha pegado un salto enorme! ¡No me puedo creer que haga eso!- dijo imitando mi voz.

-Yo no hablo así- me crucé de brazos.

Érica soltó una risita.

-Sí que lo haces.

-Es la última vez que pasáis tiempo juntas. Ya os metéis conmigo suficiente por separado.

Al ver mi ceño fruncido Annie me pasó un caramelo sin que las chicas se percataran de ello. Me lo comí al instante y le regalé una sonrisa a la niña. Tendría que comprarle algún peluche como agradecimiento, aunque no hoy que Emily fiel a su tradición le había regalado uno de un panda rojo que Annie abrazaba contenta.

Y de repente... túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora