Y de repente... tú

Capítulo 25: "Mientes"

Capítulo 25: "Mientes"

Hoy estaba de un humor excelente, y la culpable era una chica muy dulce que había accedido a quedar conmigo por la noche. Por la conversación que habíamos mantenido el día de ayer era evidente a qué íbamos, por lo que me alegré de todavía tener una caja de condones en mi habitación.

La cogería para ir a su casa por la tarde.

Era una suerte que la universidad hubiera decidido cerrar unos días por culpa de un apagón a gran escala que se había cargado la instalación eléctrica de todas las facultades.

Estaba tan feliz que lo único que quería era ir a celebrar, por eso accedí a salir con Aarón la noche anterior.

Kyle, Aarón y un servidor nos divertimos como nunca. Brindamos a mi salud, por mi gran polvo, y por mil tonterías más. Era genial pasar de vez en cuando una noche de chicos, sin embargo, eché mucho de menos a Érica. No entendía por qué Olivia había decidido que hoy festejaríamos cada uno por su lado cuando era evidente que yo necesitaba hablar con una de mis mejores amigas.

Hace mucho que intenté no buscarle explicación a lo que hacía la rubia.

La cuestión es que la eché mucho en falta, y no solo para contarle las buenas noticias sino porque me divertía mucho más cuando estaba con ella. Era como si el resto del mundo se desvaneciera.

Justo entonces oí como alguien abría la puerta de mi casa.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté a mi hermano.

No quise saber cómo tenía las llaves de mi piso, porque era más que evidente que se las había quitado a Emily que sí tenía una copia para emergencias.

Aunque ahora que lo pensaba sería mejor si le diera otra a Érica, después de todo si me olvidaba las mías Emily no iba a venir a la ciudad de al lado solo para que pudiera entrar en casa. Sería mucho más sencillo llamar a Érica.

-Iba a preguntarte si vas hoy casa- se encogió de hombros.

-Claro- sonreí animado- ¿no te has enterado de las buenas noticias?

Rodó los ojos.

-Tu vida sexual no me importa. Lo digo porque yo voy a tardar un día más- explicó- tengo un trabajo importante que acabar.

-¿Y quieres que se lo expliqué a Emily para que no se enfade?- alcé una ceja.

Negó con la cabeza.

-A Annie- se estremeció- le prometí que la llevaría hoy a la playa, y no me veo con fuerzas para decírselo. Me destrozará vivo y amenazará con no volver a dejarme acercarme a su hermana.

Solté una pequeña carcajada.

Esa brujita.

Annie era una buena estudiante, tan solo una lección sobre cómo proteger a su hermana y sacarle todo lo que quisiera a Nath y ya era una experta.

Por su puesto que la enseñé yo. ¿Acaso alguien lo dudó?

-Pero me debes un favor- dije señalándolo.

Nathaniel suspiró.

-¿No puedes hacer nada por el amor hacia tu hermano?

Hice que me lo pensaba.

-No- sonreí ampliamente- necesito que me firmes un contrato en el que me dejas usar la casa del lago durante un fin de semana. Quiero llevar a Érica unos días para que se relaje de todo eso de los estudios.