Y de repente... tú

Capítulo 29: "Love me like you do"

Capítulo 29: "Love me like you do"

Evidentemente me perdí.

No es que tuviera un mal sentido de la orientación, sin embargo, en este internado nada parecía estar señalizado y el pasillo donde se encontraba el dormitorio de las chicas no estaba tan a la vista como me hizo creer en un principio Olivia.

Creo que esa fue su manera de vengarse de mí por no haberla dejado conducir.

Suspiré.

Si lo llego a saber la hubiera dejado al volante, aun sabiendo que había muchas posibilidades que nos detuvieran por exceso de velocidad, para que al llegar al internado me hubiera guiado hacia donde supuestamente estaba Érica.

-¡Que no pienso perdonarte!- chilló una chica detrás de mí.

Al percibir su tono amenazante decidí que lo más sensato era apartarme de su camino y dejarla pasar sin importunarla.

Detrás de ella un chico pelirrojo la seguía, sin embargo, en lo que me fijé fue en que horrible chichón que tenía en la frente. Por lo que supuse que esos dos se habían peleado y que la chica le había lanzado algo a la cabeza.

-Pero Danny que no fue culpa mía- exclamó el chico un poco cansado- además si hay que echarle la culpa a alguien sería a ti.

La chica se paró de repente y se giró hacia él con claros instintos asesinos.

Si hubiera estado en el lugar del chico habría aprovechado para ponerme de rodillas y suplicar por mi vida, pero él o no había captado que su vida estaba en peligro o tenía una vena suicida.

-¿Cómo?- preguntó ella aparentando calma.

Era el momento de huir.

Poco a poco me fui separando de la pareja, pero un grupo de estudiantes me impidió moverme. Al parecer todos se habían concentrado en ese punto para ver la pelea.

-Deberías cuidarme un poco más- se quejó el chico- si hubieras estado sentada sobre mí nada de esto habría pasado- indicó- pero no te preocupes soy un novio comprensivo y te perdono por tu desliz, pero más te vale que no vuelva a pasar.

El chico era un novio muerto más bien.

Después de sus palabras la chica no se lo pensó dos veces y se lanzó sobre él para enseñarle quien mandaba y que él debería de estar rogando perdón. Y mientras ambos estaban peleando en el suelo, pude ver la enorme sonrisa del pelirrojo.

Vale, elegía la vena suicida.

-¡Danny que lo matas!- gritó una voz que conocía muy bien.

Delante de mí apareció mi reciente vecina Jo, quien casualmente era prima de Érica, y se metió en medio de la pelea en un intento de que el pelirrojo siguiera con vida.

-¡Suéltame que tiene los días contados!- gritaba Danny echa una furia mientras Jo la agarraba por los brazos.

Tenía que darle un punto a Danny, quien a pesar de poder librarse con facilidad del agarre de Jo nada más sentir sus brazos dejó de luchar para no hacer daño a su amiga.

El pelirrojo se quedó tirado en el suelo con una enorme sonrisita sarcástica.

-Si me matas ya nadie querrá casarse contigo por lo bruta que eres.

Lo dudaba, la chica era preciosa y aunque a más de uno le echaría para atrás ese carácter explosivo había muchos tíos que les gustaba el rollo pasivo agresivo.

Eso pareció enfadar a la chica.

-¡Ahora sí que vas a morir!

En ese momento entendí por qué Olivia y Érica no paraban de quejarse de que la universidad era un completo aburrimiento. Si pasaba esto todos los días... me alegraba de que al final papá no hubiera decidido mandarnos a Élite.